«Cobra Kai», el excelente e inesperado revival de «Karate Kid»
Sociedad
La tercera temporada de la serie triunfa en Netflix con Ralph Macchio y William Zabka
18 Jan 2021. Actualizado a las 20:09 h.
En agosto del 2015, Jim Matthew Turner, un editor de vídeo aficionado a revisar los taquillazos de los ochenta y los noventa con giro de tuerca -buenísimo ese análisis de Willow como una obra maestra y subliminal del feminismo-, sorprendió a propios y extraños lanzando un vídeo en su canal de YouTube titulado The Karate Kid: Daniel is the Real Bully, algo así como «Daniel es el verdadero abusón» Para Turner, la película es la historia de Daniel, «un violento sociópata», que se muda con su madre a Los Ángeles y «empieza a atormentar a Johnny y a sus amigos».
Ni qué decir tiene que en la pieza, que ya acumula más de trece millones de visionados, asoma la comedia, pero no sería descabellado deducir que los responsables de Cobra Kai, la ficción serializada que arranca justo 34 años después de la película original y con los mismos personajes, han tenido muy presente el vídeo de Turner para decidir los derroteros por los que discurre la serie, que acaba de estrenar su tercera temporada en Netflix.
Al fin y al cabo, digámoslo claramente, el material de partida tampoco era gran cosa, aunque es innegable que la película original marcó a buena parte de la generación de los ochenta. Karate Kid, ahora sí, seguía la pista de Daniel Larusso (Ralph Macchio), un joven que se acaba de mudar a un suburbio de Los Ángeles. Con problemas para encajar y adaptarse a su nueva vida y al instituto, pronto empieza a recibir acoso por parte de Johnny Lawrence (William Zabka) y sus amigos. Enamorado de Ali (Elisabeth Shue), buscará la ayuda del señor Miyagi (Pat Morita), el responsable de la finca en la que vive junto a su madre, para aprender a defenderse por medio del kárate. Escrita por Robert Mark Kamen y dirigida por John G. Avildsen, ganador del Óscar a mejor director por Rocky, la Karate Kid de 1984 no hacía más que trasladar la historia de superación que había escrito y protagonizado Sylvester Stallone, ocho años antes, al entorno juvenil. Por el camino, se apoyaba en cientos de películas de artes marciales de los setenta, de origen asiático, que ahondaban en las figuras del maestro y su discípulo, y que hacían furor por aquel entonces en los videoclubes estadounidenses. Tenía encanto y resultaba entretenida, pero los más duchos en la materia reconocen que era una versión light de lo que llevaban años haciendo en Hong Kong y sin rastro del humor que acompañaba a esas producciones.
La película fue un éxito y dio lugar a una serie de dibujos animados, dos secuelas de la película original -Karate Kid II: La historia continúa (1986) y Karate Kid III: El desafío final (1989), una cuarta entrega titulada El nuevo Karate Kid (1994), todavía con Pat Morita de maestro y Hilary Swank como la adolescente con problemas, y un reboot de la franquicia en el 2010, en el que Jaden Smith daba vida al protagonista y Jackie Chan era el maestro.
Si el universo Karate Kid volvía, debía hacerlo con los personajes originales. Es la idea que tuvieron Jason Hurwitz, Hayden Schlossberg y Josh Heald con Cobra Kai, preguntarse qué había sido de ellos. El problema es que los guionistas de cintas como Dos colgaos muy fumaos y Jacuzzi al pasado no tenían los derechos de la franquicia. Contactaron primero con Caleeb Pinkett, responsable de Overbrook, la productora que había relanzado la película con Smith, con una idea clara en la cabeza: si ellos querían seguir haciendo películas, la serie no iba a interferir en ellas. Convencido Pinkett, llamaron al patrimonio de Jerry Weintraub, productor de la original, y a Sony. A todos les entusiasmó el proyecto. Quedaba, pues, hablar con los actores. Zabka no lo dudó un segundo, el personaje de Johnny había sido muy importante para él, pero Macchio en los últimos años había mostrado sus reticencias a formar parte de cualquier producto que llevara el nombre de Karate Kid. Finalmente, dijo que sí y la ficción echó a andar en YouTube Premium en el 2018. A pesar del éxito de sus dos temporadas, la plataforma decidía dar carpetazo a la creación de contenidos originales.
Netflix ha acabado recuperando una ficción que, por fin, desarrolla la historia de ambos personajes, mostrando sus claroscuros. Daniel posee un exitoso concesionario de coches, una familia y una casa idílicas; mientras que Johnny es un chapuzas alcohólico y divorciado cuya vida no ha dejado de torcerse desde que perdió aquel torneo. Funciona porque permite empatizar con un personaje al que Zabka se entrega con pasión y porque, más allá de la nostalgia, Cobra Kai entrega una historia interesante y entretenida sobre las rencillas del pasado y la educación que los hijos reciben de sus padres que, esta vez sí, se salpimenta con mucho humor.