Una testigo de la vacunación del obispo de Cartagena: «Comentamos la frescura y la poca vergüenza»
Sociedad
«Cuando íbamos por la mitad de la vacunación aparecieron varios coches, y de ellos comenzaron a bajarse sacerdotes», narra una trabajadora anónima que teme perder su puesto
10 Feb 2021. Actualizado a las 13:56 h.
Una trabajadora del Hogar para Ancianos Betania denunció, en una carta anónima dirigida por correo ordinario al PSOE de la Región de Murcia, que el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, recibió la primera dosis de la vacuna contra el coronavirus.
En la misiva, a la que ha tenido acceso Europa Press, la autora evita dar su nombre y apellidos, así como el puesto de trabajo que desempeña y la fecha exacta en que tuvo lugar la vacunación, si bien indica que se administró «cinco o seis días» antes del 2 de febrero, jornada en la que escribió la carta.
«Por miedo a perder mi trabajo no puedo denunciarlos (los hechos) yo misma, pues estoy segura de que perdería mi puesto de trabajo, y tampoco puedo firmar esta carta», comienza el texto escrito a ordenador, sin firma a mano, y remitido por correo.
La trabajadora prosigue explicando que el día de la vacunación del obispo tocaba vacunar a los residentes y personal. «Cuando íbamos por la mitad de la vacunación aparecieron varios coches, y de ellos comenzaron a bajarse sacerdotes; es fácil saber esto porque llevaban el típico alzacuellos».
Continúa la carta: «Primero llegaron unos más jóvenes y después unos un poco más mayores, serían unos ocho o diez, y después llegó un coche más grande de color crema» donde viajaba «el obispo con otro cura». Posteriormente, ambos se bajaron y «hablaron incumpliendo las normas de separación» entre personas.
La empleada apunta que, no obstante, esto no fue «lo más relevante». «Mi sorpresa e indignación llegó cuando vi que eran vacunados con las vacunas contra el covid-19. Fueron vacunados todos los sacerdotes y el obispo».
Esta actuación «no pasó desapercibida a nadie», según la autora de la carta: «Todos los que trabajamos en esta residencia comentamos la frescura y la poca vergüenza del obispo y de los otros curas», quienes «sin estar llamados, sin ser incluidos en ninguna lista, aprovechando que esta residencia es de la Iglesia, se hicieron vacunar sin que les correspondiera».
La trabajadora explica que en las últimas semanas «mucho» se ha hablado de políticos y cargos públicos que han recibido la vacuna sin corresponderle, lo que «ha tenido para ellos consecuencias como perder su puesto de trabajo o tener que dimitir».
En el caso del obispo, «me parece del todo inmoral y es posible que sea un delito que el obispo y sus amigotes se vacunaran por delante de enfermos, personas mayores, cuidadores y demás». «Yo misma -continúa la carta- que soy sanitaria convivo con mi madre mayor que corre un verdadero riesgo al estar conmigo y no ha recibido la vacuna».
La misiva concluye con un mensaje dirigido al PSOE: «Le pediría que después de comprobar los hechos los publicara para que la sociedad murciana conozca cómo es este señor obispo que piensa que por ser quien es tiene más derecho, él y sus amigotes, a vacunarse saltándose todas las normas».
LA CONSEJERÍA HA ABIERTO UNA INVESTIGACIÓN
En declaraciones a Europa Press y al ser preguntada por este caso, la Fiscalía Superior de la Región de Murcia ha dicho que no puede facilitar ninguna información al respecto «mientras estén abiertas las diligencias de investigación».
En cambio, la Consejería de Salud sí confirmó este martes que abrirá una investigación sobre la vacunación del obispo. Así lo hizo saber el portavoz técnico del Comité Covid, Jaime Pérez, en una rueda de prensa en la que explicó que el centro residencial -perteneciente a la Diócesis según aseguró el obispo en un comunicado- introdujo a Lorca Planes «como personal» del mismo en el listado enviado para la administración de la vacuna.
«Por lo que se nos ha informado y hemos averiguado, la vacunación se produjo en una residencia. A nosotros nos mandan los listados de personas a vacunar, pero es el sitio donde se va a vacunar el que dice su personal o personas ingresadas» que tienen que recibir la dosis, aseguró el portavoz técnico, quien entiende que la Comunidad «no es responsable de eso».
Tras recordar que quienes pueden vacunarse son los trabajadores del centro y los residentes, así como los profesionales sanitarios, Pérez ha vuelto a insistir en que «ha sido la residencia la que, a través de un programa informático, ha introducido a esa persona como personal de ese centro».
El obispo de Cartagena, monseñor José Manuel Lorca Planes, admitió que se vacunó contra el covid-19 en un centro de la Diócesis aunque «en ningún momento creyó estar actuando mal» y ha anunciado que renuncia a ponerse la segunda dosis a partir de la cual se genera la inmunidad. Otras fuentes, sin embargo, aseguran que él y otros accedieron a las listas inscribiéndose como capellanes.
En un comunicado, el Obispado de Cartagena explicó que Lorca Planes, de 72 años, recibió la primera dosis en el centro en el que se vacuna cada año, perteneciente a la Diócesis de Cartagena. Se trata de un centro de asistencia a personas vulnerables al que el obispo acude «con asiduidad» al ser el presidente de su patronato. En concreto, realizó su última visita al mismo el pasado 30 de enero para celebrar la Eucaristía junto a los residentes.
Según explican, el obispo rellenó el consentimiento necesario para que la Consejería de Salud autorizase su vacunación «días previos» a llevarla a cabo. La Consejería de Salud de la Región de Murcia abrirá una investigación sobre la vacunación del obispo de Cartagena, según ha confirmado este martes el portavoz técnico del Comité Covid, Jaime Pérez.
Pérez ha explicado que el centro residencial introdujo a Lorca Planes «como personal» del mismo en el listado enviado para la administración de la vacuna. «Por lo que se nos ha informado y hemos averiguado, la vacunación se produjo en una residencia. A nosotros nos mandan los listados de personas a vacunar, pero es el sitio donde se va a vacunar el que dice su personal o personas ingresadas» que tienen que recibir la dosis, ha asegurado el portavoz técnico, quien entiende que la Comunidad «no es responsable de eso».
El obispo de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, ha sido uno de los prelados que ha rechazado la segunda dosis después de la repercusión que ha tenido su vacunación aunque, en cualquier caso, ha asegurado que la recibió «sin buscar ningún trato de favor» y «siguiendo la dinámica de las demás campañas de vacunación», debido a su «vinculación sanitaria».
Murgui ha renunciado a recibir la segunda dosis de la vacuna por la «repercusión mediática causada por la interpretación de este hecho» y por el «bien espiritual de todos los fieles» de la Diócesis de Orihuela-Alicante. El Obispado ha señalado que Murgui se ha puesto «en manos de la Sanidad Pública» para completar su vacunación «cuando, donde y como determine la autoridad sanitaria».
Además, la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana abrió una investigación sobre la vacunación contra la Covid-19 del obispo de Orihuela-Alicante, para determinar si esta se ha producido o no de manera irregular.
Por su parte, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ya ha recibido la segunda dosis de la vacuna contra el covid-19 en la residencia de sacerdotes mayores y jubilados de Sant Pere i Sant Bernat, en Palma, el pasado 27 de enero.
Según confirmaron a Europa Press fuentes del Obispado de Mallorca, Taltavull recibió la segunda dosis «al igual que el resto de usuarios» de la residencia porque «la vacuna consta de dos dosis». La primera se la puso el pasado 5 de enero y pidió «perdón» por el malestar que haya podido provocar este hecho.
Según argumentaron desde el Obispado, Taltavull «forma parte de la unidad sanitaria» de esta residencia y «siempre que se ha puesto vacunas, lo ha hecho allí» pues «se le trata como uno más de la residencia».
También se vacunó el pasado 13 de enero el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, quien recibió la primera dosis junto a los sacerdotes mayores que viven en la residencia sacerdotal San Juan de Ávila, en La Laguna, las religiosas, responsables del centro, personal de la casa y de la empresa externa que se ocupa de la limpieza.
Desde el Obispado precisaron entonces que Álvarez estaba incluido en el listado enviado a las autoridades sanitarias al mantener su domicilio en ese lugar, concretamente en un apartamento adjunto, con cuyos residentes tiene frecuentes contactos y comparte algunos servicios que se prestan.
Si bien, consultados este martes 9 de febrero por Europa Press al respecto de si se le ha administrado la segunda dosis de la vacuna al prelado, desde la diócesis han informado que se ha decidido no hacer más comentarios sobre este tema.
El pasado viernes, el Servicio Canario de la Salud (SCS) dio por finalizado un informe en el que concluye que algunos cargos públicos como la consejera de Sanidad del Cabildo de La Palma, Susana Machín, o el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, se saltaron el protocolo de vacunación.
Entre los prelados que ya han recibido también la primera dosis de la vacuna y que lo han hecho público se encuentra el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, a quien le fue administrada la segunda semana de enero, en su caso, en calidad de residente de la Casa Sacerdotal San Juan de Ávila de Córdoba.
Fue el primer obispo en hacer pública su vacunación, y según informaron desde el obispado, el prelado recibió la dosis junto al resto de residentes de la residencia, y dada su consideración como grupo de riesgo por su edad.