José Manuel Castro Tubío: «Una persona podrá morirse de vieja antes que de cáncer»

José Manuel Castro Tubío (Santiago, 1987) apenas lleva 10 años dedicado a investigar la genómica del cáncer, pero en ese tiempo ha desarrollado una carrera meteórica hasta convertirse en un referente. Primero en el Centro de Regulación Genómica de Barcelona, luego en la Universidad de Cambridge, donde trabajó varios años, más tarde en la de Vigo y, desde el 2018, en el Cimus de la Universidade de Santiago, donde dirige el grupo Genomas y enfermedad. El pasado año recibió el premio al mejor investigador joven de la Asociación Española de Investigación contra el Cáncer y ahora acaba de ser reconocido con el Premio Nacional de Investigación en Cáncer Doctores Diz Pintado, la mayor distinción en este ámbito en España.

—Es el primer gallego en recibir este premio. ¿Qué supone?

—Sí, es la primera vez que viene a Galicia y que se da a un gallego. Pero se lo tengo que agradecer a mi grupo de investigación, porque por mucho que sea a título individual yo no soy nadie sin ellos. Son chavales súper válidos, súper inteligentes y súper trabajadores. Se lo merecen tanto como yo.

—Su investigación en genómica es la base para la medicina personalizada.

—El cáncer es un conjunto de enfermedades que tienen una base genética, lo que quiere decir que son mutaciones genéticas lo que lo causan. Y nosotros estamos en ese primer frente de lucha, que es identificar tanto las mutaciones como los mecanismos moleculares que las causan. Y esto, con el tiempo, debería tener un impacto en el desarrollo de nuevos fármacos, pero esto es algo que lleva mucho tiempo, una década o así.

—¿Cuándo será algo rutinario para la mayoría de los tumores?

—Aún va a llevar mucho tiempo, porque cada cáncer es un mundo. Cada uno de ellos genera subtipos de enfermedades distintas, pero, aún encima, cada tumor que crece en cada persona es un mundo distinto. Vamos a tener que sacar tratamientos para un tipo de mutación concreta y, como hay tantas, pues nos va costar. Hoy en día conocemos más de 500 genes implicados en el cáncer y cada uno de ellos tiene una o más mutaciones implicadas en cáncer. Si de lo que se trata es de tener fármacos que corrijan las alteraciones que produzcan esas mutaciones, pues hablamos de que llevará mucho tiempo.

—¿Estamos entonces solo al inicio de la medicina personalizada?

—Muy al principio. Pero la buena noticia es que no solamente el tratamiento del cáncer pasa por la medicina personalizada, sino que antes de eso está la prevención y el diagnóstico temprano, que nos van a ayudar mucho para reducir el riesgo de contraer cáncer y el número de casos.

—¿Llegaremos a ver la cura del cáncer o al menos a controlarlo?

— Hoy en día ya hay tumores que somos capaces de curar con una alta frecuencia, pero no hay un tratamiento mágico ni va a existir para todos los tipos. No va a haber una cura universal, porque, como enfermedad, siempre va a existir, porque está asociada al envejecimiento. Y, aparte, el cáncer es un proceso evolutivo, el tumor evoluciona, por lo que aunque se desarrollen fármacos dirigidos a frenar determinadas mutaciones, evolucionará para resistirlos.

—¿Pero podremos controlarlo?

—Uno de los objetivos es cronificarlo. Es decir, que si una persona tiene un tumor que no se puede eliminar por cirugía o porque los tratamientos no son efectivos al 100%, pues que podamos cronificar la enfermedad. Que esa persona se acabe muriendo de algo que no sea cáncer, que se muera de vieja o por cualquier otro problema médico. Podremos conseguir que una persona se muera de vieja antes que de cáncer y con una buena calidad de vida.

«Con proyectos nacionales no nos llega»

José Tubío, como prefiere que se le conozca, dirige a un equipo de 20 personas en el grupo Genomas y Enfermedad del Cimus. Hasta hace poco lo financió con su Starting Grant de la UE, pero ya agotó la financiación. Ahora espera obtener una Consolidator Grant.

—Dirige un grupo de 20 personas. ¿Están consolidados?

—Estamos en un momento de consolidación. Y este año es crítico para lograrlo. Estamos en la final de los Consolidator Grant de la UE y a ver qué pasa. Hemos hecho un montón de cosas en los últimos años, somos conocidos en todo el mundo, hemos dirigido proyectos internacionales, hemos publicado en las mejores revistas.. Pero, ¿qué nos falta ahora? Consolidar esta línea, por lo que el premio es un revulsivo.

—¿Cuánto necesitan para mantenerse en primera línea?

—Para mantenernos necesitamos una financiación de 300.000 euros y esto solamente se consigue con una beca europea. Lo máximo que podemos conseguir con un proyecto nacional son 350.000 euros a repartir en tres años, y a nosotros también nos han dado 300.000 euros a tres años la Asociación Española contra el Cáncer.

—¿Sin Europa entonces, lo tendrán muy difícil?

—Solo la financiación europea permite consolidar a grupos grandes. En Cambridge, donde trabajé, no la necesitan tanto. Pero el problema es que aquí no tenemos tantos medios como en Cambridge. Aquí tenemos equipo humano, pero no financiación.