«En TikTok hay niñas a las que aún no les ha venido la regla bailando en tanga»
Sociedad
El inicio del consumo de pornografía se adelanta en España a los ocho años, consolidándose como un peligroso modelo a seguir. «Al estar hiperestimulados, muchos adolescentes tienen luego dificultades para tener relaciones sexuales reales: las chicas no tienen orgasmos, los chicos tienen problemas de erección», advierte la sexóloga Nayara Malnero
26 Feb 2022. Actualizado a las 13:56 h.
Más de la mitad de los menores de entre 14 y 17 años ven porno en internet, un consumo que empieza muy pronto, a los ocho años, y que a falta de una educación sexual a la que la escuela mira de perfil y los padres evitan por vergüenza asumir supone su primer contacto con el sexo. ¿Cómo accede a contenido pornográfico un niño de tercero de primaria? «Cuando hacen la primera comunión se les regalan móviles y tabletas con acceso ilimitado a internet; no es que vayan a buscar estos vídeos, porque ellos no saben que existen —explica la sexóloga Nayara Malnero, al frente del podcast divulgativo de Podimo Sexperimentando—. Se los encuentran en ventanas emergente. Somos nosotros, los adultos, los que les estamos exponiendo a ellos».
—¿Y qué hay de las redes sociales? ¿Hay porno en TikTok?
—Hoy es muy sencillo ver contenido pornográfico. Desde que surgió Internet, ya nadie paga por él. Está en webs, pero también en redes, es infinito: en Twitter es fácil acceder a tuits eróticos; en TikTok, menos, pero hay niñas aquí a las que no les ha venido todavía la regla bailando en tanga, y son ellas las que lo publican voluntariamente. Es lo que ven y lo replican.
—Los adolescentes, incluso los niños, creen que las relaciones sexuales son como las que ven en los vídeos porno.
—Sí, porque no tienen otro tipo de educación. Y aunque las generaciones anteriores tampoco la teníamos, no estaba ahí el porno como modelo, al alcance de la mano. Se creen que lo que ven en esos vídeos es real, que es lo normal. Imagínate que nunca hubieras visto carreteras con coches y coches circulando, y solo vieses el agente 007. El día que te dejan un coche en tus manos, ¿cómo piensas que se maneja? A 200 por hora. Y que si das vueltas de campana no te vas a matar ni a despeinar. Es que ese es el mundo de los niños a nivel erótico.
—¿Qué consecuencias tiene esto en la manera de relacionarse?
—Primero, muchos complejos. Porque los cuerpos (los tamaños, las formas) que se ven en el porno son irreales. Pero también lo son las prácticas, que al final es lo que ellos imitan. Y lo que sucede luego es que no consiguen llegar al orgasmo o que acaban sintiendo mucho rechazo, porque hay porno muy violento. Es demasiado estimulante y agresivo para ellos.
—¿El consumo habitual de porno modifica el umbral de excitación y fantasía? ¿Provoca una hiperestimulación?
—Al consumir porno tan tempranamente, hay mucho niño sobreestimulado. Empiezan a masturbarse imitando el porno, tanto ellos como ellas, lo que pasa es que ellas se atreven menos a decirlo. Y al estar hiperestimulados, luego suelen tener problemas para tener relaciones reales. Es muy habitual. Tienen disfunciones sexuales... chicos jóvenes, de 20 años. Se acostumbran a un nivel de excitación tan alto que luego en la vida real carecen de habilidades.
—En el porno, las relaciones suelen ser desiguales, machistas, incluso violentas.
—Sí, y esto cala. Pero también hay muchos chicos que se sienten descolocados: al imitar esas prácticas no entienden por qué no les dan placer y por qué les resulta violento e incómodo, y muchos lo rechazan. Yo sí creo que hemos vuelto atrás, que hay muchas relaciones tóxicas, pero también que ahora se visibiliza más, que estamos más alerta.
—¿Hay niños adictos al porno?
—Hay chicos con mucha dependencia. En esta pandemia he tratado a muchos con problemas, chicos que en el confinamiento se masturbaban muchas veces al día, más de cinco, con pornografía.
—¿Debe abordarse algún tipo de limitación de estos contenidos para proteger a los menores?
—La culpa no la tiene el porno, la tenemos los adultos, que no educamos. Todos los niños ven dibujos animados con animales que hablan y ninguno piensa que un perro le va a hablar. ¿Por qué entonces se cree que el sexo es como el del porno?
—¿Cuándo y de qué manera deben los padres abordar la sexualidad con sus hijos?
—Desde que nacen, es muy importante que les pongan nombre a las partes del cuerpo, que hablen. Porque luego no saben pedir ayuda ante los abusos, «porque de esas cosas no se habla». Yo voy a colegios a dar clases y los niños me cuentan unas cosas… se destapan cosas ahí que nunca se habían atrevido a decir solo porque llevan una hora conmigo con espacio para decirlo. Lo ideal es que antes de que un niño tenga un dispositivo con acceso libre a internet sepa que existe el porno, tiene que saberlo y tiene que saber que eso es ciencia ficción. Es que es ciencia ficción de lo que hacen los mayores cuando se quieren, es así de sencillo. No hay que complicarse más. Y hay que explicarles que a algunos mayores les gusta verlo, pero que no es un contenido para ellos, y que lo tienen que hacer cuando lo vean, cuando se lo encuentren, es avisarnos, para que nosotros podamos quitarlo del ordenador y que no vuelva a salir. Fíjate, ¿cuántos niños pequeños han encontrado a sus padres teniendo relaciones sexuales? Los niños suelen pensar que sus padres se están pegando, no saben lo que es hacer el amor. Y hay que explicarles que papá y mamá hacen el amor para demostrarse lo que se quieren. Estamos hablando de amor y lo entienden así. Se les explica que la gente hace el amor porque se quiere y para hacer bebés, y a medida que van creciendo y van preguntando, se va especificando. Y así todo queda enmarcado dentro de una cosa bonita y natural que hace la gente.
—¿Cuáles son las dudas sexuales más frecuentes de los adolescentes?
—Están muy perdidos. Tienen muchas dudas sobre los riesgos que implican las prácticas sexuales, hasta el nivel de que no saben qué deja embarazada y qué no. Acabo de publicar un vídeo sobre si los dedos con semen embarazaban o no, porque me llegaban cientos de preguntas sobre esto. Y tuvo miles de visitas. Y con las enfermedades están cero concienciados, ni siquiera con el papiloma, porque al estar ellas vacunadas a ellos ya les da igual. El sida lo ven muy lejano: de los yonkies, cosas de los años ochenta.
—¿A favor o en contra de revisar el móvil?
—A favor, pero con su consentimiento. Sentarse con ellos, por ejemplo, una vez a la semana y mirarlo juntos, ver sus conversaciones, sus búsquedas… hasta cierta edad creo que es importante. Pero no a escondidas, porque eso es una falta de respeto y luego no confían en nosotros. Es bueno abrir conversación.