Portugal desentierra el horror de los abusos sexuales a niños en la Iglesia: «Me decía: 'Ahora debes ir a confesarte'»
Sociedad
Una comisión independiente hizo pública una investigación que atañe a los últimos 72 años, con un mínimo de 4.815 casos identificados. Las víctimas exigen que se pida perdón.
14 Feb 2023. Actualizado a las 20:56 h.
Portugal empieza a despertarse de una pesadilla, pero lo hace aterrorizado. Este lunes por la mañana, la comisión independiente establecida para investigar los abusos sexuales de la Iglesia Católica a menores estableció como mínimo 4.815 casos, calculados a partir de 512 testimonios recogidos durante un año. Se trata de un estudio exhaustivo que abarca los últimos 72 años, y cuyas conclusiones no solo cuantifican las víctimas, sino que da una idea de cómo se ejercieron los abusos, cómo se pueden evitar y cómo restaurar la memoria de las víctimas.
La cifra publicada se considera el «absolutamente mínima», pero también la punta de un gigantesco iceberg cuya dimensión no será posible calcular. Actualmente, de media las víctimas tienen 52 años, y tenían 11,2 cuando sufrieron abusos. Además, padecieron las agresiones en más de una ocasión y más del 70 % nunca llegaron a denunciarlo, motivo por el que se teme que no se pueda desentrañar la totalidad del problema. El pico de casos se encuentra entre las décadas de los 60 y los 90, pero también hay hasta un 25 % de menores de 40 años, y desde 1991 se reportó un cuarto de los casos. Un 77 % de los culpables son curas y el 94 % de sexo masculino.
Los testimonios proceden de todas las regiones de Portugal, pero también se recogen datos de ciudadanos emigrados a todos los continentes del planeta. «Los efectos del trauma perduran hasta ahora», se dijo.
El estudio también especifica dónde se cometían las agresiones: el 23 % de los casos tuvieron lugar en seminarios, pero también en sacristías, en confesionarios, en la propia casa del párroco y en colegios e instituciones educativas a cargo de la Iglesia. Además, se añade que las agresiones más frecuentes fueron las «más invasivas», como la manipulación de órganos sexuales, masturbación y penetración.
En muchos de los testimonios, las víctimas explicaban que se les había repetido la frase «el señor padre es vuestro dios», lo que condujo a establecer también que una de las características fundamentales consistía en el poder del abusador sobre el niño, que sufría de una vulnerabilidad debida a la relación espiritual y moral.
«Me despertaba con su pene entre las piernas»
«Me despertaba con su pene entre las piernas. Después me decía: ´ahora debes ir a confesarte'». Es uno de los múltiples testimonios que se decidieron hacer públicos para que la sociedad visualice esta realidad, pues la investigación también se proponer dar un nuevo enfoque al problema y su resolución.
Los siete miembros de la comisión actual dan por concluido su trabajo, aunque todavía debe finalizarse la lista de sacerdotes en activo que van a ser llevados a la fiscalía. El Ministerio Público ya analiza 25 casos.
Especialmente problemática es la edad límite para denunciar los abusos, que ahora se sitúa en los 23 años y que la Comisión Independiente quiere alargar hasta los 30. Significa que si la víctima es mayor de 23 años, ya no puede denunciar, un límite estricto, dado que desde el abuso hasta la denuncia suele transcurrir un período muy prolongado.
El obispo José Ornelas, presidente de la Conferencia Episcopal Portuguesa, dijo que «es una situación dramática que no será fácil superar». De hecho, entre las voces desoladas, ya hay quien propone reformar íntegramente la Iglesia, regulando el trato a los menores con mayor rigor e incluso cancelando el celibato obligatorio. En esa línea, también se pretende abordar una nueva incógnita: los posibles crímenes de ocultación.