Convectiva, la lluvia del futuro que ya inunda Galicia
Sociedad
Las consecuencias de la lluvia que inunda Galicia
Las precipitaciones de carácter torrencial serán cada vez más frecuentes en la comunidad gallega
05 Jun 2023. Actualizado a las 04:14 h.
Galicia es una región atlántica. Esto quiere decir que incluso en el peor escenario de cambio climático, las borrascas seguirán llegando desde el oeste con sus estructuras largas y estrechas, conocidas como frentes, que continuarán regando el país con un tipo de lluvia de carácter persistente. Sin embargo, debido al aumento de la temperatura global, la precipitación en el noroeste de la Península se está «mediterranizando». Una realidad que se ha vivido recientemente.
La comunidad gallega sumó entre el 26 de mayo y el 5 de junio once jornadas consecutivas con una situación más propia de las latitudes tropicales que de las regiones templadas, donde se ubica. La configuración se repitió un día tras otro. La combinación de aire cálido en superficie y frío en las capas altas de la atmósfera propició la formación de poderosos sistemas tormentosos que descargaron miles de rayos y fortísimas trombas de agua por la tarde. El episodio fue tan largo que dio tiempo a que diluviara en muchas zonas de la comunidad e incluso que tres ciudades gallegas colapsaran: Santiago, Ourense y Lugo.
El tipo de lluvia capaz de generar una inundación en cuestión de unos minutos es de tipo convectivo. Para entender su potencial basta con mencionar el caso extraordinario de Lugo del pasado domingo. En cuestión de una hora se acumularon 49,9 litros por metro cuadrado de los 58,8 que se recogieron en todo el día. En solo diez minutos cayeron 16,9 litros y otros 30 litros en 20 minutos. Son unas cifras descomunales que no se parecen en nada a los registros que suelen provocar las lluvias frontales, capaces de descargar mucha agua, pero no de manera tan súbita.
«As tendencias sobre cambio climático para a nosa rexión apuntan a un descenso na cantidade total de precipitación, pero ao mesmo tempo tamén sinalan un aumento da súa intensidade. Polo tanto, este tipo de episodios serán cada vez máis frecuentes en Galicia», confirma Damián Insua, investigador en el Laboratorio de Extremos Hidroclimáticos de la Universidad de Gante.
Las recientes inundaciones evidencian además hasta qué punto la comunidad gallega depende de lo que haga el anticiclón de las Azores. Lo mismo genera una sequía que favorece esta clase de episodios de lluvias extremas. En las últimas semanas, el sistema de altas presiones que en junio debería estar situado al norte del archipiélago portugués que le da nombre está situado al noroeste del Reino Unido. Esto ha obligado a las bajas presiones a circular más al sur. Sin embargo, el tipo de borrasca que afecta a la Península cuando se mueven por latitudes más bajas suelen ser depresiones aisladas en niveles altos (dana). Estas llevan asociadas las precipitaciones convectivas y son famosas en el sur y el este de España, donde suelen referirse a ellas como «gota fría».
En este sentido, de la misma manera que la precipitación se parece cada vez más a la que hay en el Mediterráneo, la dinámica atmosférica se asemeja a la de los subtrópicos. Esto quiere decir que ya no habrá que observar solo al norte del Atlántico para vigilar los ciclones, sino también a la región subtropical. De hecho, la visita de Óscar representa otro caso. La borrasca que nos afecta esta semana no llegó de Terranova, donde suelen nacer las que afectan a Galicia, sino que vino desde Florida.
«Estes eventos son unha ventá cara o futuro. Estamos todavía nunha fase inicial do cambio climático. Algúns efectos xa se están vendo, coma o aumento da temperatura ou das secas. Pero cando o quecemento sexa máis intenso, os efectos tamén o serán e teremos que prepararnos. No futuro, aínda que o que tivemos este días non se vai a repetir tódolos anos, as inundacións terán un potencial maior para provocar danos», concluye el investigador.