Apoyo en gestiones administrativas, hábitos saludables y ocio para los más vulnerables

Brindar una atención integral a personas con discapacidad o problemas de salud mental es el objetivo del programa «Ao seu lado» de la Fundación Aldaba, en el que colabora la Fundación ''la Caixa''. «Son individuos casi invisibles que prefieren pasar desapercibidos, pero que necesitan mucho seguimiento y acompañamiento para tener una vida de calidad», explica Ana Martínez, coordinadora de la iniciativa.

Desde la entidad prestan una atención individual a usuarios «curatelados por la Fundación Pública Galega para a Tutela de Persoas (Funga), cuyo caso ha llegado al juzgado porque o no tienen personas de apoyo o no son las adecuadas». Y lo hacen a través de seguimientos en sus domicilios para «asegurarnos de que la vivienda está en condiciones adecuadas, también realizamos acompañamiento a compras para que tengan una buena alimentación y acompañamiento a citas médicas y ayuda en todo tipo de gestiones administrativas», dice Martínez. El apoyo económico es otra de sus intervenciones claves: «Presentan dificultades para administrarse económicamente, necesitan que alguien les gestione y les enseñe a priorizar».

Las actividades formativas de capacitación sobre hábitos cotidianos también forman parte del programa. «Les enseñamos desde a elaborar un menú saludable hasta a aprender a recargar un pastillero semanal o dónde guardar en una casa los productos de limpieza». Además, promueven la participación social a partir de actividades de ocio grupales. «Son clases variadas, por ejemplo, de surf, visitas a sitios cercanos y talleres manuales en los que trabajamos mucho la psicomotricidad», señala la profesional. Un tipo de prácticas con las que logran combatir la soledad: «Aunque les cuesta participar, al final lo hacen activamente y les gusta porque se encuentran con otra gente, ya que de otra forma no lo harían porque no tendrían con quién».

Perfil predominantemente masculino

A pesar de que la sede de la asociación está en Vigo, atienden a hombres y mujeres mayores de edad por toda la comunidad, aunque el perfil del usuario es predominantemente masculino. «Suelen tener entre 45 y 55 años, presentan, principalmente, problemas de salud mental y se encuentran en una situación de vulnerabilidad, incluso con dificultades para mantenerse llevando una vida independiente en cuanto al pago del alquiler», detalla Martínez. Unos rasgos que tienen en cuenta, pues el tipo de intervenciones que realizan tienen como protagonista a los usuarios. «Ofrecemos una atención en proximidad donde la persona participa activamente en las tareas que se realicen y en los apoyos que quiere que se le preste». 

El proyecto, que se puso en marcha en el 2013, cuenta con un amplia recorrido, aunque «se fue ajustando y adaptando a medida de que las situaciones iban cambiando». Precisamente, la capacidad para escuchar y detectar las necesidades les asegura una atención y un acompañamiento con los los usuarios pueden «seguir manteniendo una vida independiente en unas condiciones dignas, que es nuestro propósito», concluye la coordinadora.