Ana Rosa Quintana: «Me dijeron que yo era la mejor opción para las tardes de Telecinco»
Sociedad
La presentadora cierra su etapa en «El programa de AR» después de 19 años como «reina de las mañanas» en Telecinco. «Hemos sido muy felices», apunta. Sobre los «robos» de colaboradores por parte de Antena 3 asegura: «Yo no podía pagar lo que les han ofrecido»
24 Jul 2023. Actualizado a las 16:11 h.
Cierra la puerta de las mañanas para abrir una nueva etapa en las tardes de Telecinco. La periodista Ana Rosa Quintana (Madrid, 67 años) se despide de El programa de AR tras 19 temporadas como líder de audiencia, convirtiéndose en el espacio matinal más longevo en la historia de la televisión. A partir de septiembre, la presentadora salta al horario vespertino con TardeAR, un nuevo formato que pretende revolucionar e impulsar las tardes de la cadena.
—¿Cómo va a desconectar este verano?
—El martes me voy ya a la playa. Serán unos días de desconexión y después, Xelo Montesinos (CEO de la productora Unicorn Content) y yo estaremos trabajando.
—¿Va a hacer algo especial por su despedida de las mañanas?
—He pedido, de verdad, no hacer nada especial. Y espero que me hagan caso. No me voy, solo me mudo de casa, y vamos a seguir controlando la productora, los equipos y los contenidos. No me voy a Australia.
—¿Confirma que por la tarde no va a hacer política?
—No, no es verdad. No voy a hacer una tertulia política por la tarde, eso no tiene sentido, pero si hay temas políticos, por supuesto que los vamos a tratar. No pensaba que a estas alturas de mi vida me iba a enfrentar al reto de las tardes. A mí me lo puso sobre la mesa Alessandro Salem (consejero delegado de Mediaset), que llegó a Madrid en diciembre. Y el primer día que me vi con él me pidió que hiciera las tardes. Que yo era la mejor opción.
—¿Reclamó alguna condición para aceptar el cambio?
—Le pedimos hacer el programa que queríamos hacer y que nos diera los medios para ello. Eso se está cumpliendo. Si la cadena, que me ha tratado tan bien y con tanto cariño, que me ha apoyado tanto en lo que he hecho, me lo pide, creo que es de gente de bien hacerlo. No puse ninguna condición.
—Ha dicho que su nuevo programa vespertino no va a recordar a «Sabor a ti».
—Ir para atrás ni para coger impulso. No voy a rebajar el tono. Yo soy yo y pienso lo que pienso. Lo hago en conciencia y voy a seguir haciéndolo, ya sea un suceso o un tema de corazón. No coges a un comunicador para decirle qué tiene que pensar o qué tiene que decir.
—Pero ahora hace más editoriales. ¿Lo va a mantener?
—Algo haremos. Eso surgió en la pandemia. Recuerdo un día, que estaba en casa viendo lo que estaba pasando, y me puse a escribir lo que pensaba de determinadas cosas. Siempre he sido muy respetuosa con la libertad de expresión de todo el mundo. Nuestra tertulia política, incluso la de actualidad, es la más plural que hay, con todas las sensibilidades. Yo entendí que el editorial era mi opinión personal y no debía involucrar al resto de la mesa. Por eso empecé a hacerlos yo sola al principio del magacín. Es la opinión de Ana Rosa Quintana, no del programa.
—¿Cómo lleva que su nombre, y ahora también el de Silvia Intxaurrondo, se cuele en campaña electoral por sus entrevistas a líderes políticos?
—Me parece impresentable. Esto no ha ocurrido nunca. Silvia ha entrado ahora en el último momento, pero Carlos Herrera, Pablo Motos, Vicente Vallés y yo llevamos sufriendo un acoso real en los últimos meses. Desde el poder se ha decidido que hay periodistas buenos y malos; periodistas que relatan hechos y otros que solo dan opiniones. A mí no me parece bien lo que ha pasado con una compañera periodista, que tiene todo el derecho a expresar su opinión o discrepancia, como no me parece bien que a mí me saque Podemos en una campaña electoral como si fuera fascista o cosas peores. Los periodistas tenemos derecho a controlar el poder, sea quien sea y esté el que esté. Tienen muchas lecciones que aprender tanto Podemos como el PSOE. Se han traspasado muchas líneas y me hubiera gustado el apoyo de otros compañeros.
—Su productora sufrió salidas de colaboradoras históricas a la competencia, como Beatriz Cortázar. ¿Hubo oportunidad de retenerlas?
—No hubo oportunidad. Cuando nos lo comunicaron, ya estaba hecho. Yo lo entiendo, porque todo el mundo tiene derecho a cambiar de empresa y de programa, además de asegurar su futuro económico. Yo no podía pagar lo que les han ofrecido.
—El futuro programa que presentará se llamará «TardeAR». ¿Se le ocurrió usted el nombre?
—Yo soy muy de tardeo (risas). Se me ocurrió, porque nos vamos a las tardes. Uno no puede vivir de la nostalgia. Hemos tenido muchísimo éxito en la mañana, donde hemos sido muy felices, pero se cierra una etapa. Hay que renovar todo.