Las intensas lluvias de Semana Santa llenan los embalses españoles, ya al 63 % de su capacidad
Sociedad
Ganaron tres mil hectómetros cúbicos en siete días, subiendo hasta cinco puntos porcentuales. Almacenan 35.375 hectómetros cúbicos, una cantidad récord desde el 2018 para esta época del año
02 Apr 2024. Actualizado a las 17:02 h.
La reserva hídrica española ha dado un importante estirón de cinco puntos porcentuales en solo una semana y se encuentra ya al 63,1 % de su capacidad total, según el boletín que ha publicado este martes el Ministerio de Transición Ecológica (Miteco). Si se compara la misma semana (la número 14) con la de otros años, habría que remontarse a la del 2018 para ver un volumen de agua tan alto en los pantanos españoles.
Los embalses almacenan actualmente 35.375 hectómetros cúbicos de agua, aumentando en la última semana en casi tres mil hectómetros cúbicos (2.968). Una tercera parte de esa aportación corresponde a los pantanos del Guadalquivir, que en los últimos siete días se han recargado con mil hectómetros cúbicos. Desde marzo del 2018 no se producía en esa cuenca un episodio con un aumento tan importante en tan poco tiempo.
Con relación a hace un año, los pantanos españoles se encuentran muy por encima del 51,5 % de la capacidad que presentaban entonces, mientras que, por fin, han igualado prácticamente la media de la última década (63,3 %), una situación que no se alcanzaba desde hace años. Casi todas las cuencas han ganado caudal y las tres que no lo han hecho son precisamente las que mejores niveles presentan, las de Galicia y el Cantábrico, donde las presas se acercan o superan el 90 % de su capacidad y no tienen problemas de sequía.
La reserva por ámbitos es la siguiente: Cantábrico Oriental se encuentra al 93,2%; Cantábrico Occidental al 82,9 %; Miño-Sil al 86,9 %; Galicia Costa al 87,3 %; Cuencas internas del País Vasco al 90,5 %; Duero al 86,4 %; Tajo al 76,6 %; Guadiana al 48,7 %; Tinto, Odiel y Piedras al 84,3 %; Guadalete-Barbate al 27,2 %; Guadalquivir al 42,9 %; Cuenca Mediterránea Andaluza al 26,9 %; Segura al 22,8 %; Júcar al 52,6 %; Ebro al 73 % y Cuencas internas de Cataluña al 16,4 %. Estas últimas son las que peores niveles presentan, aunque han subido un punto porcentual con relación a la semana pasada.
Adiós a la sequía «ibérica», pero no a la «mediterránea»
Con las últimas lluvias, la emergencia por sequía ha finalizado en las cuencas del Guadiana y el Guadalquivir, lo que permite garantizar el abastecimiento en estas zonas al menos hasta después del verano. «Ha finalizado la sequía ibérica y se ha pasado a una sequía mediterránea, el foco de atención lo vamos a tener que poner en las comunidades del Mediterráneo porque ahí sigue la situación delicada», apunta el climatólogo y catedrático de Análisis Geográfico Regional en la Universidad de Alicante, Jorge Olcina.
«En las cuencas que desembocan en el Atlántico ha cesado la situación de emergencia por sequía y las fases más agudas, no así en las mediterránas», es decir las cuencas que afectan a Cataluña, Comunidad Valenciana, Región de Murcia y este de Andalucía.
Cataluña mantiene las restricciones
Para los agricultores las lluvias y el aporte a los embalses son una gran noticia. «Ahorra riegos, garantiza agua para el futuro y recarga los acuíferos. En Andalucía se ha podido almacenar agua en embalses y en acuíferos. A veces no hablamos de la parte subterránea del agua, pero estas lluvias son importantísimas porque van rellenando acuíferos y gran parte del regadío español se nutre de las aguas subterráneas». Olcina cree, además, que el abastecimiento urbano queda garantizado para los próximos seis meses, «salvo en Cataluña, donde la situación es más delicada» y mantienen las restricciones.
Para el experto, las últimas lluvias son como un premio de la lotería «que ahora tenemos que saber gestionar muy bien para que no tengamos otra situación de emergencia». Con todo, no cree que podamos decir que estas lluvias han acabado definitivamente con la sequía. «Ha solucionado mucho, pero no podemos hablar del final de la sequía. Ahora vendrán meses en los que teóricamente no va a llover nada. Hay que hacer un uso prudente para poder garantizar estos recursos un año más, no solo para el otoño sino para el próximo invierno».
Optimismo entre los agricultores
Los agricultores son los que más están celebrando especialmente esta lotería. Javier Fatás, responsable de Agua y Medio Ambiente de la organización agraria COAG, recuerda que se arrastraba un déficit hídrico muy importante: Ha habido cuencas como la del Guadalquivir que se han recuperado con 13 puntos porcentuales, lo que nos permite afrontar con optimismo la próxima campaña de riego después de tres campañas agónicas».
Fatás señala que el caudal acumulado supone una buena base para que el 2024 pueda ser un año normal en el campo «tras dos o tres años con dificultades hídricas tanto en los cultivos de regadío como de secano». «En secano estas lluvias han llegado en un momento muy bueno y con una necesidad alta de agua, sobre todo en algunas zonas de cereal de secano que ya estaban bajoestrés hídrico», comenta. No lanza las campanas al vuelo. «Habrá que esperar cómo termina abril. Pero las perspectivas son desde luego mucho mejores que el año pasado».
El responsable de COAG, alude a la posibilidad de que estas lluvias acaben influyendo en los precios de los productos del campo, especialmente del aceite de oliva, que sigue disparado por la sequía de los últimos años. «Las producciones dependen de una casuística más amplia, pero es verdad que al olivar le va a venir bien; que se empape ahora de agua es positivo para el precio del aceite de oliva en un futuro».