La Voz de Galicia

La NASA consigue reparar una nave de los años setenta que está a 24.000 millones de kilómetros de la Tierra

Sociedad

J. L. Álvarez Madrid / Colpisa
Los científicos del equipo de vuelo de la Voyager I celebran el éxito de la reparación en una sala de conferencias del Laboratorio de Propulsión a Chorro de California

La Voyager I, lanzada en 1977, vuelve a enviar datos después de cinco meses en los que se daba prácticamente por perdida

24 Apr 2024. Actualizado a las 16:33 h.

La Voyager I sigue adelante. El ingenio espacial que más lejos ha llegado surcando el espacio ha recuperado su comunicación con la NASA tras cinco meses de silencio y mensajes ininteligibles. Un auténtico hito en la historia de la tecnología, no solo por los medios que monta la sonda espacial lanzada en 1977, sino porque los expertos de la agencia espacial estadounidense ha conseguido reparar el fallo trabajando a 24.000 millones de kilómetros de la Tierra.

A finales de noviembre el pánico cundió en el centro de control de la misión. Después de 46 años de trabajo y superando los problemas que con el paso del tiempo afectan a la sonda, la Voyager I solo enviaba datos entrecortados y repetitivos en código binario. Pasaron las semanas hasta que se localizó la avería en el ordenador encargado de telemetría de los datos de vuelo (FDS, por sus siglas en inglés). Al parecer parte de la memoria del este módulo, un 3%, estaba destruida. El chip podría haberse averiado por el impacto de partículas energéticas procedentes del espacio exterior o bien porque los años empiezan a cobrarse el desgaste de los materiales. Hay que recordar que un teléfono móvil actual es más rápido y potente en el tratamiento de datos que la sonda, que emplea tecnología de los años setenta del siglo pasado. Las Voyager cuentan con 69 kilobytes de memoria, frente a un terabytes que llevan los teléfonos actuales más potentes. En todo caso, esos 69 kilobytes permiten a estas naves espaciales ejecutar 11.000 instrucciones por segundo, según explican desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Estos ingenios cuentan con tres ordenador abordo: el citado FDS, el sistema de comando de ordenador (CCS) y el sistema de control de actitud y articulación (AACS).

22 horas para responder El reto de la distancia para comunicarse con la Voyager I fue importante a la hora de la reparación. Los mensajes u órdenes se envían desde la Red de Antenas de Espacio Profundo. Tardan unas 22 horas en llegar al ingenio y tienen que esperar otras 22 horas que se reciba la respuesta en la Tierra. Esto supuso un trabajo titánico para reparar el FDS, lo que se consiguió, según la agencia espacial, desviando el tráfico de datos que pasaban por la unidad averiada hacia otras. El éxito de este monumental teletrabajo se confirmó el pasado sábado, cuando llegaron los primeros datos coherente de la Voyager I al centro de control.

La sonda Voyager 1 abandonó el sistema solar el 25 agosto de 2012, convirtiéndose en el primer objeto enviado por el hombre para alcanzar el espacio intersideral. La expectativa de vida de las dos sondas Voyager, lanzadas en 1977 con un mes de intervalo y que avanzan a 55.000 kilómetros por hora, no superaba los cinco años, pero se encuentran todavía en la actualidad en buen estado de funcionamiento. Sus cámaras fueron apagadas para ahorrar en su batería de plutonio que debería haberse agotado en 2020. Pero la Voyager 1 y la Voyager 2 funcionan y continúan su camino hacia nuevos mundos.


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