Portugal despega en protonterapia gracias a la Fundación Amancio Ortega

Este jueves por la tarde, se puso la primera piedra de un proyecto que «revolucionará» el tratamiento de los pacientes oncológicos en Portugal, gracias a la colaboración del Gobierno con la Fundación Amancio Ortega. Según ha evaluado el director médico y presidente del consejo de administración del Instituto Portugués de Oncología, Julio Oliveira, visiblemente emocionado, se trata de una manera «excepcional» de celebrar los 50 años que cumple el centro, el principal de Portugal para la lucha contra el cáncer y en el que trabajan 2500 médicos e investigadores.

Con la firma del acuerdo del convenio de colaboración, se espera que los primeros pacientes puedan ser tratados en pocos años. Hasta entonces, será necesaria la construcción de infraestructura civil, que está apoyada por la adquisición de aceleradores de protones y formación de personal técnico, presupuestado en 80 millones de euros que la Fundación Amancio Ortega (FAO) donará al Estado portugués, que se sumarán a otros 17 millones de euros procedentes de fondos europeos. Desde la firma del convenio, comenzarán los procesos de licitación para construir locales habilitados, el concurso para la adquisición pública de las dos máquinas —que se construirán ad hoc— y la posterior formación de personal, incluyendo médicos, ingenieros o radiólogos. «Por nuestra experiencia en proyectos similares en España, los primeros pacientes podrán ser tratados en unos cinco años», explica una fuente de la fundación.

El primer ministro, Luís Montenegro, tomó este caso como ejemplo para reivindicar una de sus banderas de campaña, que es mejorar la asistencia sanitaria combinando el sector público con el sector privado. «Una de las prioridades era privilegiar a quienes sufren problemas oncológicos. Ya hemos conseguido eliminar los retrasos en el tiempo de respuesta que se considera excesivo». Montenegro puso de relieve este «compromiso tripartito», que implica una donación privada y organismos públicos.

«Queremos replicar en Portugal el impulso que España ha experimentado en centros de protonterapia», añadió Julio Oliveira. Suya era la intención de que el Instituto Portugués de Oncología se desarrollara en dirección de la protonterapia, por ser una técnica que reduce las secuelas de los pacientes y por suponer un gran polo de desarrollo para la innovación y formación. «En ese punto se encontraron nuestras voluntades», comenta la FAO, cuya presidenta, Flora Pérez, destacó que «siempre hemos tenido una estrecha relación con Portugal».

La protonterapia es una técnica avanzada de radioterapia, que usa protones en vez de los fotones o electrones de la radioterapia convencional. Estos, aplicados directamente en el tumor, destruyen las células cancerígenas sin dañar otras áreas circundantes. Dada su poca disponibilidad, se da preferencia para este tratamiento a quienes corren más riesgo de ser dañados por la radioterapia, como niños o pacientes con tumores en zonas más sensibles. Actualmente, los pacientes portugueses son tratados en el extranjero. Está previsto que el centro de Oporto atienda a pacientes de todo el país.