Sanidade explota la IA para ofrecer una mejor atención a los pacientes
Sociedad
La reciente versión de la historia clínica digital alimenta las nuevas aplicaciones
27 Nov 2024. Actualizado a las 05:00 h.
«El reto es utilizar las herramientas de inteligencia artificial en beneficio primero de los pacientes para ofrecerles una mejor respuesta asistencial y que el profesional pueda dedicarles más tiempo, y después mejorar la toma de decisiones clínicas». Las palabras de Alfredo Silva Tojo, director de Asistencia Sanitaria del Servizo Galego de Saúde resumen el camino que Galicia ha iniciado de forma pionera para implementar y explotar la gestión de los datos y la aplicación de herramientas de inteligencia artificial en el sistema sanitario, tanto para agilizar y afinar los diagnósticos como para predecir el riesgo de enfermedades y anticiparse a ellas, personalizar la atención y los tratamientos, monitorizar a los pacientes o mejorar la gestión de las citas.
Son innovaciones que ya se están introduciendo para mejorar la salud de los gallegos, pero que también presentan un enorme potencial de cara el futuro. Lo mejor aún está por llegar. De todo ello hablaron tanto Alfredo Silva como Benigno Rosón Calvo, subdirector xeral de Sistemas e Tecnoloxías da Información de la Consellería de Sanidade y Cristina Enjamio Cabado, jefa de servicio de Consultoría de Galaria, la empresa pública de servicios sanitarios, en un foro organizado por La Voz de Galicia en colaboración con la Consellería de Sanidade.
En esta carrera Galicia parte con ventaja. Su mejor arma es la historia clínica digital, que introdujo de forma pionera y que ha permitido digitalizar una enorme cantidad de datos de los pacientes —hasta 3.000 millones— que suponen «una mina para explotar», en palabras de Benigno Rosón. Son un valioso tesoro que se enriquecerá aún más con la nueva versión del programa, Ianus 5, que aproximará la relación entre profesionales y pacientes del Sergas.
«Una de las grandes ventajas de esta quinta versión es que nos permite trabajar por procesos asistenciales. Es decir, que todos los profesionales implicados en el mismo proceso asistencial trabajen con la misma herramienta», subraya Alfredo Silva. También abre un canal de comunicación con la ciudadanía, de tal modo que médico y paciente puedan establecer videoconferencias, realizar una telemonitorización de forma continua o que el enfermo pueda introducir nueva información en su carpeta de salud, según apunta Benigno Rosón. «Ianus 5 —añade— también nos permite un registro más protocolarizado y estructurado de la información, que es lo que nos posibilita después emplear las herramientas de inteligencia artificial, bien orientadas a ayudarnos a tomar mejores decisiones clínicas o a manejar mejor toda esa información».
Otro de los grandes proyectos en los que también está involucrada la IA es la informatización de las unidades de críticos en los hospitales de referencia, un proyecto de 2,5 millones que está a punto de adjudicarse. «Lo que se pretende es tener toda la información, tanto de los parámetros que se monitorizan como del resto de dispositivos que están conectados al paciente. Disponer de todos esos datos en tiempo real y registrarlos nos ayuda a que la IA nos apoye en la toma de decisiones», dice Cristina Enjamio.
Anticipar las complicaciones
Pero, a efectos prácticos, cuál será el beneficio tangible. «Con el análisis de estos datos podremos ser capaces, mediante un sistema de alarmas o de predicción, anticiparnos a posibles complicaciones del paciente, evitando, por ejemplo, su ingreso en uci o un procedimiento terapéutico más agresivo», responde Enjamio. O, lo que es lo mismo, el profesional podrá anticipar la toma de decisiones, lo que le facilita ajustar el tratamiento o pedir determinadas pruebas y no otras.
«Permite una medicina más personalizada y proactiva en el ámbito de los pacientes críticos. Es un antes y un después», resalta Alfredo Silva. «En un año o año y medio esperamos llegar a las ucis de todos los hospitales, que trabajarán en red. Los datos fluirán, por lo que compañeros de otras áreas más específicas que no están en la uci podrán participar en la toma de decisiones», señala Rosón.
Sanidade también acaba de adjudicar otro proyecto que robotiza los procesos, de tal forma que permita recolocar citas médicas para lograr una mayor eficiencia y que ofrecerá al paciente información al momento de todos los procesos relacionados con su atención.
Menos tiempo y más calidad de la resonancia magnética
Los algoritmos de inteligencia artificial también se están introduciendo en los equipos de alta tecnología sanitaria que se han implantado en los hospitales gallegos, fundamentalmente en el ámbito de la imagen y la medicina nuclear. Se trata de tecnología espectral aplicada a los tac, unidades más sofisticadas de resonancia magnética, de tomografía de emisión de positrones (pet) o sistemas de intervención vascular o cardiológica, equipos adscritos al plan Inveat con cargo a una inversión de 67 millones de los que la Xunta aportó siete para extenderlos a los hospitales de referencia de las áreas sanitarias.
«Como tenemos más imágenes, y además a diferentes energías, es necesario procesar toda esa información y ahí es donde intervienen las herramientas automatizadas de postproceso y de inteligencia artificial», explica Cristina Enjamio. Esta tecnología permite, por ejemplo, acortar los tiempos de una prueba de resonancia magnética, lo que a su vez posibilita beneficiar a más pacientes, y mejorar la calidad de la imagen, con lo que se afina el diagnóstico y se evitan pruebas redundantes o innecesarias. «Los propios equipos ya traen algoritmos de IA integrados en su propio funcionamiento», advierte Benigno Rosón.
La inteligencia artificial también se utiliza para elegir a los mejores candidatos para realizar un cribado de cáncer de pulmón o de próstata —están en marcha sendas pruebas piloto— o de otras enfermedades, o para predecir el riesgo ante determinadas patologías, lo que permite intervenir al paciente de forma preventiva y priorizar su atención.
Uno de los proyectos relevantes es Orion, que se está ensayando en el área sanitaria de Ourense para evaluar el riesgo de insuficiencia renal crónica. Un algoritmo predictivo es el que realiza la selección de pacientes y, si se detecta el riesgo, se actúa con antelación. La intención de Sanidade es extender el modelo.
«Estamos ahora con la insuficiencia renal, pero probablemente podamos extenderlo al lupus o a otras enfermedades sistémicas. La idea es avanzar por ahí, utilizar estos modelos predictivos para poder anticiparnos y dar un mejor pronóstico», apunta Silva Tojo.
De la detección de lesiones en el tórax a las retinopatías
«El primer proyecto es que la inteligencia artificial esté bien gobernada, que se utilice de manera transparente y segura de cara a la ciudadanía, que el usuario sepa qué decisiones de salud se toman con el uso de algoritmos, y que sea sostenible», precisa Benigno Rosón, antes de adelantar algunas iniciativas concretas en las que se emplea esta tecnología o se hará en breve.
El diagnóstico por imagen ayudado por la IA se utiliza en urgencias y atención primaria para la detección de lesiones musculoesqueléticas o de tórax con «un funcionamiento muy bueno».
También se han introducido 184 ecógrafos inteligentes en el ámbito de la atención primaria y a lo largo del próximo año se implantarán 7 retinógrafos, también en centros de salud, para la detección temprana de la retinopatía diabética. «A partir de ahí evaluaremos su fiabilidad y coste-beneficio para poder extenderlos», explica Rosón Calvo.
La digitalización de los servicios de anatomía patológica es otra de las prioridades. De esta forma, el diagnóstico a partir del análisis de una biopsia —una muestra del tejido del paciente— se realizará de forma digital y automática, cuando ahora se hace tras un análisis de la muestra con el microscopio.
E-Diabetes, un modelo para otras patologías
El proyecto E-Diabetes, del que ya se benefician 5.096 pacientes, es un ejemplo de las actuaciones que se pretenden impulsar desde la Consellería de Sanidade. Los pacientes disponen en sus casas de sensores de glucosa y bombas de insulina administrados por la Xunta y cuyos datos analizados por IA se conectan en tiempo real a una base en la que se observan las variaciones en los niveles de glucosa, de tal modo que si se produce una alteración significativa se genera una alarma. Es solo un pequeño detalle de lo que ofrece un sistema que permite una atención continua de las personas con diabetes.
Es un modelo que se pretende extender con el tiempo a «cualquier patología cuyos pacientes dispongan de dispositivos asociados», adelanta Alfredo Silva.