La Voz de Galicia

Caída de los niveles de agua dulce

Sociedad

xavier fonseca redacción / la voz las consecuencias de la década más cálida

Satélites de Estados Unidos revelaron que la cantidad promedio en lagos, ríos y acuíferos subterráneos es menor

22 Dec 2024. Actualizado a las 05:00 h.

El aumento de la temperatura global de la Tierra debido a los gases de efecto invernadero ha sido progresiva desde mediados del siglo XIX. Sin embargo, a partir de 1970, la tasa de calentamiento se ha estado intensificando y cada década ha sido más cálida que la anterior. De esta forma, desde el 2015 se han observado los años más calurosos desde que hay registros.

Un mundo más cálido tiene un impacto en el ciclo del agua. «La atmósfera retiene más vapor de agua, lo que se traduce en precipitaciones más extremas. El agua termina escurriendo en lugar de absorberse y reponer las reservas subterráneas. Además, el calentamiento también intensifica la evaporación del agua de la superficie, aumentando la frecuencia e intensidad de las sequías», explica el meteorólogo Michael Bosilovich, del Centro Goddard de la NASA.

Los satélites de la misión GRACE de la Agencia Espacial de Estados Unidos revelaron que la cantidad promedio de agua dulce almacenada en el planeta, que incluye lagos, ríos y acuíferos subterráneos, fue 1.200 kilómetros cúbicos menor que los niveles desde el 2002 al 2014. «Eso es dos veces y media el volumen del lago Erie», apunta Matthew Rodell, hidrólogo de la NASA.

La disminución del agua dulce global documentada en el estudio publicado en la revista Surveys in Geophysics, sostiene que comenzó con una sequía masiva en el norte y centro de Brasil, y fue seguida poco después por una serie de sequías importantes en Australia, Asia, Sudamérica, Norteamérica, Europa y África.

Las temperaturas oceánicas más cálidas en el Pacífico tropical desde finales de 2014 hasta 2016, que culminaron en uno de los fenómenos de El Niño más importantes desde 1950, provocaron cambios en las corrientes en chorro atmosféricas que alteraron los patrones meteorológicos y de precipitaciones en todo el mundo.

Sin embargo, incluso después de que El Niño remitiera, el agua dulce global no se recuperó. De hecho, la investigación asegura que 13 de las 30 sequías más intensas del mundo observadas por GRACE ocurrieron desde enero del 2015, con los años más cálidos registrado. «No creemos que esto sea una coincidencia, y podría ser un presagio de lo que está por venir», concluye Rodell.

 

 

 

 


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