Belén Esteban, presentadora de «La revuelta» por un día: «Ha sido la mejor inversión de RTVE»
Sociedad
La colaboradora de «Ni que fuéramos shhh» ha pedido presentar las próximas Campanadas junto a David Broncano y Lalachús
08 Jan 2025. Actualizado a las 14:32 h.
«Broncano, tiembla», había adelantado Belén Esteban. No eran amenazas vacuas, como demostró en el regreso de La revuelta tras el parón navideño. El presentador de La 1 se hizo de rogar, y evitó todo lo que pudo que La Patrona se hiciese con los mandos del programa, a pesar de que se había comprometido a ello en su apuesta previa a las Campanadas. Pero toda resistencia fue inútil.
Primero desde el control de realización y luego desde el trono real en las gradas, Belén respetó los tiempos de David Broncano. No tenía por qué. Quizás para que el presentador bajase la guardia permitiéndole dirigir a su antojo la parte inicial de charla con el público o la visita de Jorge Ponce. Pero con la llegada de Lalachús, la madre de Andreíta ya dejó claro que no se iba a ir sin cobrarse su premio.
Primero manejando la realización de las cámaras, y luego ya sobre el escenario, Belén Esteban se hizo dueña y señora del plató, evidenciando que no estaba allí en calidad de invitada. Obligó a ampliar la visita de Lalachús hasta el final del programa, sentó tanto a ella como a Broncano en el sofá y ella se adueñó de la mesa del presentador para ser ella la encargada de las preguntas del programa.
La Esteban es un animal televisivo. No le cuesta nada ponerlo todo patas arriba. Un agente del caos con una imprevisibilidad —la de ella y la de quienes fueron sus compañeros en Sálvame— que, desde enfoques muy diferentes, comparte con Broncano y compañía. Pero en las preguntas a sus «invitados» es donde se aprecia la diferencia en ese planteamiento televisivo. Frente a la aleatoriedad de las cuestiones del jiennense que descolocan a los entrevistados, las de Belén tienen un acercamiento mucho más personal. «¿Cuál fue el mejor y el peor momento del año para vosotros?», fue la primera pregunta que les hizo a Broncano y a Lalachús. Y a continuación iba hacia la familia, cuestionando sobre si sus madres les habían echado la bronca por algo de lo que hacían en el programa.
También acudió a una de las preguntas clásicas de Broncano, casi como venganza, interesándose por cuánto sexo habían tenido cada uno de ellos en la última semana. La fanfarronada del presentador de La revuelta, que se jactó de empezar el año entregándose a las redes del amor allí mismo en la Puerta del Sol, no convenció a nadie, ni a Belén ni al público en el teatro.
Belén tampoco dejó pasar de autoinvitarse a las eventuales bodas tanto de Lalachús como de Broncano. «No sé cuándo te vas a casar, no quiero ponerte en un compromiso, pero cuando lo hagas, que sepas que voy a ir», le dijo al nacido en Compostela. Y además lanzó un deseo de cara a este 2025: «El año que viene quiero dar las Campanadas contigo [Broncano] y con Lala», expresó, queriendo cerrar ya el trato ahí mismo.
Pero Broncano se resistió. Ya había dicho solo unos minutos antes que no repetiría como presentador de las Campanadas a pesar de la buena experiencia y del éxito de audiencias.
Belén Esteban dedicó un buen rato a agradecerles a los miembros de La revuelta la consideración que tienen hacia ella y hacia sus compañeros de «un programa pequeñito» como es Ni que fuéramos shhh, y aprovechó además para invitar a Lalachús —«Porque David no va a nada», especificó— a acudir al plató del programa de Ten TV, a lo que esta accedió.
La Patrona tuvo su momento incluso para inmortalizar su paso por el plató de La revuelta llegando a levantar un Premio Emmy, el que les habían prestado los actores de la serie La promesa, que se llevó uno hace unos meses como Mejor Telenovela Internacional. Y zanjó cualquier debate sobre la contratación de Broncano por La 1 con un alegato que no admitía réplica: «Ha sido la mejor inversión de RTVE».