Lily Collins, protagonista de «Emily in Paris», y su marido, Charlie McDowell, padres por gestación subrogada
Sociedad

La pareja ha recibido tanto felicitaciones como miles de críticas por parte de detractores de esta práctica
01 Feb 2025. Actualizado a las 19:41 h.
La actriz Lily Collins, hija del músico Phil Collins y protagonista de Emily in Paris, y su marido, Charlie McDowell, han dado la bienvenida en redes a su primera a su primera hija, nacida por gestación subrogada. «Bienvenida al centro de nuestro mundo, Tove Jane McDowell», escriben en un post conjunto en Instagram, «nunca podremos expresar en palabras nuestra gratitud sin límites a nuestra increíble [madre] subrogada y a todos los que nos han ayudado en este camino».
La publicación no ha tardado en llenarse de decenas de miles de mensajes en ambos sentidos, desde los que le dan la enhorabuena a la feliz pareja a los que censuran que hayan utilizado el método del vientre de alquiler para concebir un hijo.
La oleada de críticas hizo reaccionar pocas horas después al marido de Collins, el director de cine Charlie McDowell que ha respondido a los mensajes «crueles» con cierta ironía, justificando la decisión de la pareja de optar por esta práctica en motivos privados y en sus circunstancias personales.
«No pasa nada por no ser un experto en gestación subrogada», les dijo a sus haters con sarcasmo, «no pasa nada por no saber por qué puede necesitar alguien la gestación subrogada para tener un bebé; tampoco pasa nada por no conocer las motivaciones de la propia gestante, independientemente de tus suposiciones».
También les pidió pasar «menos tiempo escupiendo palabras de odio al mundo», y especialmente hacia su hija recién nacida, que «ha traído mucho amor a la vida de la gente». Ha finalizado su mensaje de manera tajante y sin perder el tono mordaz. «Esto es todo por ahora, porque se ha cagado y tengo que cambiarle el pañal», ha dicho para zanjar el asunto.
La gestación subrogada es una práctica muy controvertida en todo el mundo e ilegal en muchos países, como por ejemplo España. No así en Estados Unidos, donde tiene una regulación específica para proteger los derechos de la gestante y de los futuros padres de la criatura. Aun así, el debate sigue vivo también en el país, ya que muchos consideran que redunda en una forma de explotación del cuerpo de la mujer por parte de las clases acomodadas hacia personas con bajos recursos.