La Voz de Galicia

Las características individuales de cada adolescente determinan los efectos de la tecnología sobre ellos

Sociedad

La Voz Redacción
Imagen de archivo de dos adolescentes utilizando sus teléfonos móviles.Imagen de archivo de dos adolescentes utilizando sus teléfonos móviles.

Varios estudios revelan que el género, la edad o la frecuencia y patrones de uso son factores que afectan a si los dispositivos son beneficiosos o lesivos

10 Feb 2025. Actualizado a las 14:00 h.

Los resultados de los últimos estudios realizados por la red EU Kids Online, de la que forma parte el equipo de investigación IRTIS de la Universidad del País Vasco, indican que los efectos de la tecnología sobre los adolescentes dependen de características individuales como el género, la edad, la frecuencia de uso de los dispositivos y aplicaciones y los patrones de uso. Unos adolescentes experimentan resultados positivos, mientras otros afrontan consecuencias negativas, subrayando la complejidad de las relaciones entre el uso de la tecnología y el bienestar, según reflejan los 15 estudios presentados por el grupo investigador.

David Smahel, investigador principal, ha explicado que «es imposible hablar de efectos universales al referirnos a los medios digitales», ya que «su impacto depende en gran medida en cómo se usan los medios». En esa línea, ha indicado que algunos adolescentes acceden a contenidos violentos, mientras otros usan internet para aprender e informarse. Las redes sociales, por ejemplo, «pueden ser beneficiosas o lesivas, dependiendo de su contexto de uso», según ha añadido, para remarcar que, «al mismo tiempo, hay diferencias entre los adolescentes en la gestión de sus experiencias en línea. Mientras algunos gestionan adecuadamente sus experiencias, otros pasan apuros con sus consecuencias».

Los resultados generales demuestran que los efectos del uso de la tecnología digital sobre el bienestar de los adolescentes varían entre las diversas áreas. La mayoría de los estudios evidenciaron poco impacto en aspectos relacionados con el bienestar social, como el apoyo o la competencia social. En cambio, las diferencias de género sobresalían en el bienestar físico, particularmente en lo relativo a la percepción del cuerpo y factores asociados con esta. Estos resultados «ponen en entredicho la idea de un efecto uniforme de la tecnología en los adolescentes y subrayan la importancia de considerar las diferencias individuales», según ha destacado la Universidad del País Vasco.

Uno de los estudios se centró en la relación entre el uso de los teléfonos inteligentes y el estrés, mostrando que un mayor uso de ellos implicaba mayores niveles de estrés en el 20 % de los adolescentes. Sin embargo, Michaela Saradín Lebedíková, autora del estudio, los resultados sugieren que no solo es el tiempo de pantallas, sino la naturaleza del uso. En sentido, ha subrayado que familias y profesorado «deberían hablar no solo sobre el tiempo de uso sino también de la frecuencia de uso. Algunas estrategias pueden ayudar a regular los aspectos estresantes del uso del teléfono, como la limitación de las notificaciones», ha señalado.

Otro estudio examinó la relación entre los juegos sociales en línea, los estados depresivos y la soledad. Los resultados mostraron que los cambios en estos juegos no afectaban significativamente sobre el estado depresivo. Sin embargo, un aumento de su uso se asociaba a una leve reducción de la soledad, aunque con notables diferencias según el género. David Lacko, autor del estudio, sugiere que estas diferencias pueden derivar de las diferentes motivaciones de chicos y chicas para jugar. Para algunas chicas, los juegos pueden ser un mecanismo de evasión de la depresión, cosa que no se observó en los chicos.

Además del bienestar psicológico y social, también se examinaron los efectos del uso de la tecnología sobre el sueño. Un estudio investigó cómo el uso de teléfonos inteligentes antes de acostarse influye sobre la calidad del sueño. Al contrario de lo que se esperaba, los adolescentes que usaban más el teléfono antes de acostarse iban algo más temprano a la cama y dormían más tiempo. Sin embargo, el mayor uso de ordenadores y portátiles tenía un efecto negativo sobre la hora de acostarse. Estos datos sugieren que «mientras los teléfonos pueden, en algunos casos, servir como apoyo al descanso, los efectos del uso de la tecnología a la hora de dormir son complejos y dependen del tipo de dispositivo que se utilice», según los autores.


Comentar