Dani Fernández, sobre sus excompañeros de Auryn: «Tuvimos una relación tóxica, pero no les tengo ningún rencor en las decisiones que hemos tomado»
Sociedad

El cantante ha explicado cómo fue el fin de la «boyband» española y su duro camino de nuevo a la fama: «Es complicado aceptar que de repente ya no le importas a nadie»
12 Mar 2025. Actualizado a las 13:31 h.
Hace justo diez años desde la última vez que el cantante Dani Fernández visitó el plató de El Hormiguero. Pero las circunstancias no pueden ser más diferentes. En aquel entonces, su nombre propio se veía desdibujado por el quinteto del que formaba parte, Auryn, la boyband que marcó a una generación de adolescentes en España. Ahora ha regresado ya en solitario y tras triunfar en una gira por toda España que le ha llevado a llenar el Movistar Madrid Arena hasta en dos ocasiones.
Mucho ha cambiado desde la para muchos traumática separación de la boyband española por excelencia, solo un año después de su última visita al programa de Pablo Motos. En su comunicado, la banda lo anunció como un descanso temporal que nunca se pensó como tal. «Sabíamos que no era un descanso», le ha confirmado Fernández al presentador sobre ese momento trascendental en su vida y en su carrera.
El artista revela que la banda, formada por chicos que cuando empezaron tenían 20 años y unos 25 cuando dejaron el proyecto común, había pasado por una serie de asuntos que habían hecho el clima interno «complicado». «Yo creo que es una relación tóxica la que hemos tenido», ha definido, «éramos chavales muy jóvenes, no sabíamos afrontar el momento en el que estábamos».
Daniel Fernández Delgado, ahora con 33 años y una hija, recuerda que, justo cuando dejó la banda, tenía una muy buena relación con sus compañeros a pesar de todo lo que habían vivido en común. El contacto se ha ido perdiendo y enfriando con el paso de los años, pero reconoce que todavía le tiene mucho cariño a todos. «No les tengo ningún rencor en las decisiones que hemos tomado», asegura, indicando que con algunos se cruza más a menudo, con proyectos comunes, mientras que a otros les ha perdido la pista.
«Con Álvaro [Gango], con el que hacía tres o cuatro años que no hablaba, coincidí en Fuerteventura y quedamos y conoció a mi hija», ha contado, asegurando que siempre intenta recordarlos a todos de la mejor forma.
Con la ruptura de la banda, revela, llegó también el fin de su relación con mucha gente que ahora es consciente que se movía solo por interés. Aprendió muy joven la parte sombría de la fama y de las relaciones. «Yo creo que ya ni siquiera les tengo rencor», indica sobre algo que le ha dejado un aprendizaje básico: «Tienes que rodearte de gente que de verdad te quiere, que te cuida, que te escucha», reflexiona.
Eso le valió para afrontar el fin de una etapa. De una travesía en el desierto desde el éxito prematuro hacia un futuro indeterminado en el que tenía que buscar un nuevo camino propio. Fue gracias a su familia, a sus amigos y también a la ayuda de terapia profesional que consiguió encauzar su nueva vida.
Dani Fernández se encontró a los 25 años, tras trabajar desde muy joven, con la hipoteca de una casa, con coche y con un nivel de vida que no era el de sus amigos, que estudiaban. «No era muy de derrochar dinero», asegura, «pero cuando a los 25 años tienes mucho más dinero que la gente de tu edad...».
Por suerte, tuvo a su familia a su lado para pararle los pies. Y también para prestarle dinero en un momento delicado económicamente. «No me llegué a arruinar como tal», puntualiza, «pero le tuve que pedir dinero a mi padre para un amplificador, por ejemplo».
Así empezaron sus primeros pasos en solitario. Con pequeños conciertos en salas, y con una sensación agridulce al sentir que, de repente, «ya no le importas a nadie». Pero gracias a la ayuda de la terapia, se confirmó en lo importante de ese momento: había una nueva realidad en la que tenía que decidir adónde quería ir. Por ejemplo, en dejar el inglés como idioma de las canciones, como había hecho Auryn. «Yo no tenía ni idea de inglés y cantábamos en ese idioma», se cachondea.
Sus primeros bolos le hicieron ir descubriéndose a sí mismo. «Y a corregir muchos errores», explica, «como músico y como persona ahora soy mucho mejor».
Por suerte, el camino de ese chaval que empezó su carrera musical con solo 14 años representando a España en Eurovisión Junior —quedó cuarto en el concurso del 2006, en Rumanía, con Te Doy Mi Voz— y continuó con un éxito abrumador dentro de la banda Auryn, ha culminado con un nuevo triunfo. Esta vez ya por méritos propios, con su propio sello, su propia voz y una aclamación por parte del público y de la industria musical, que lo ha premiado ya con premios a Artista revelación y Mejor artista de Los 40 Principales, Mejor artista español en los MTV Europe Music Awards, varios premios Cadena Dial y un Ondas a Fenómeno musical.