La Voz de Galicia

España lanza un plan para dejar de ser campeón mundial en consumo de psicofármacos

Sociedad

J. V. Lado J. V. Lado Redacción / La Voz
Los consejeros de Sanidad con la ministra Mónica García en el Consejo Interterritorial de ToledoLos consejeros de Sanidad con la ministra Mónica García en el Consejo Interterritorial de Toledo

Sanidad ha logrado el consenso de las comunidades gobernadas por el PP para esta nueva estrategia que también pretende reducir la sujección física de los pacientes

04 Apr 2025. Actualizado a las 18:32 h.

Las necesidades en salud mental han conseguido poner de acuerdo al Gobierno, encarnado por el Ministerio de Sanidad, y a las comunidades gobernadas por el PP, que en enero habían tumbado el Plan de Acción de Salud Mental 2025-2027, pero ayer, en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud reunido en Toledo, lo aprobaron por consenso.

La iniciativa está dotada con 39 millones de euros y, según la ministra, Mónica García, nace para mirar de frente a «los tres grandes elefantes que tenemos en la habitación»: el excesivo consumo de psicofármacos, la falta de profesionales y la necesidad de garantizar los derechos de las personas con enfermedades mentales.

«Ha sido un consejo muy potente en cuanto a los puntos del orden del día y también de consenso», valoró el consejero de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Sanz, que ejerció como anfitrión.

«É un boa noticia, pero non quedamos satisfeitos de todo debido á ausencia de diálogo en relación aos temas que son realmente importantes», señaló el titular gallego de Sanidade, Antonio Gómez Caamaño, quien lamentó que quedasen fuera «o déficit de profesionais e tamén todo o relacionado co estatuto marco». También cree que se centraron demasiado en normativas y proyectos técnicos cuando, a su juicio, el Consejo Interterritorial «ten que ser un escenario no cal se traten os grandes asuntos, os problemas da sanidade pública» en España.

«Fóra disto, hai que agradecer o cambio de posición do ministerio. Conseguiuse un consenso coas diferentes sociedades científicas, engadiuse tamén un memoria económica cunha cantidade determinada e puxéronse enriba da mesa as dificultades que vai haber para levalo a cabo [el plan] debido ao déficit de profesionais tanto no campo da psiquiatría como da psicoloxía», añadió Gómez Caamaño.

«Cuando tenemos que hablar de lo que verdad importa, nos ponemos de acuerdo», valoró la ministra, que tuvo un agradecimiento especial para las sociedades científicas, la comisionada de salud mental y los técnicos «de todas y cada una de las comunidades que han ido tejiendo ese plan con mimo durante meses».

Menos pastillas

«Vivimos en una época en la que todo el mundo habla con una normalidad pasmosa de un Trankimazin, un Lexatin o un lorazepan y a nadie le suena ningún medicamento para el hígado o para el corazón. Y este consumo se ha vuelto preocupante, sobre todo entre las chavalas jóvenes, donde ha llegado a duplicarse», denunció Mónica García, que entiende como urgente que España deje de ser el país del mundo donde se consumen más psicofármacos. Además, apuesta por la manera más directa y a la vez compleja, que es tratar de reducir el consumo de aquellas personas que ya los están tomando mediante «una guía práctica clínica sobre la desprescripción».

En cuanto al segundo de los pilares del plan, que es paliar la falta de profesionales, se va a impulsar, como ya ocurre en el caso de la psiquiatría, la especialidad de psicología clínica en la infancia y la adolescencia. También se creará la figura del «acompañante terapéutico»: personas que han pasado por un determinado proceso de salud mental y que pueden ayudar con su experiencia a nuevos pacientes. Aunque las soluciones de calado deberían venir a partir del «informe de necesidades de recursos» que van a elaborar las comunidades.

El tercer elemento central se basa en «impulsar todas aquellas alternativas a la contención mecánica para reducir las intervenciones y los ingresos involuntarios», como dijo Mónica García, que se comprometió a «promover prácticas más humanizadas que respeten la voluntad y la integridad de las personas» a través de un «plan integral de desinstitucionalización». El objetivo final es que las personas con enfermedades mentales puedan «vivir en comunidad» y que «seamos la sociedad la que nos hagamos cargo de todas estas personas» para «reducir el sufrimiento psíquico y garantizar el derecho a una vida que no duela».

El Consejo también sirvió para aprobar la estrategia de abordaje integral de la esclerosis múltiple, una guía común de interrupción voluntaria del embarazo, la ampliación del catálogo nacional de pruebas genéticas, el plan anual de evaluación de las tecnologías sanitarias y la creación de un grupo de trabajo sobre el depósito de reservas estratégicas del Sistema Nacional de Salud.


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