Los jabalíes destrozan maizales, prados y viñedos del sur lucense
Somos Agro
En las comarcas de Chantada y Lemos se registran numerosos ataques
07 Aug 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Los ataques de los jabalíes están causando daños de consideración en campos de maíz, prados y viñedos del sur de la provincia. En los últimos días —según explica Mariano López Nieves, secretario de Unións Agrarias en las comarcas de Chantada y Lemos— se han registrado episodios de este tipo en diversos municipios, como Taboada, Chantada, O Saviñao, Monforte y Pantón. Los destrozos en los maizales, añade, se están incrementando cuando falta «entre un mes e pico e dous meses» para que se recoja la cosecha.
López Nieves recuerda que «o millo é unha forraxe esencial para as explotacións gandeiras» y añade que las previsiones meteorológicas para las próximas semanas no son favorables para este tipo de cultivo. «Aínda ten que pasar a canícula de agosto, parece que van vir días de moita calor, e se a isto se suman os ataques dos xabarís, podemos ter bastantes dificultades», comenta. A su juicio, es necesario que en estas zonas se lleven a cabo con urgencia batidas preventivas para evitar que los daños sean aún mayores.
Uno de los afectados por los recientes ataques de los jabalíes es Santiago Gómez Cadahía, que posee fincas en los municipios de Taboada, Chantada y Monterroso. Según explica, los animales han echado a perder una buena parte de sus plantaciones de maíz cerca de Ponte Mourulle, en la parroquia taboadesa de Vilela. «Tamén houbo ataques nas fincas que teño na zona de Chantada e algo menos en Monterroso», dice. Estos problemas —añade Gómez— los están padeciendo también numerosos agricultores de estos municipios.
Pérdidas económicas
Sembrar una hectárea de maíz, apunta asimismo Gómez, puede suponer actualmente un gasto de en torno a 1.500 euros. «Iso é só o que custa botar as sementes, xa non falo das horas de traballo que hai que pasar para facer a plantación», dice. «A día de hoxe, unha colleita de millo require gastar moitos cartos e xa se pode supoñer as perdas económicas que pode ter un agricultor se os xabarís lle derraman tres ou catro hectáreas, que é algo que é fácil que suceda», agrega. Los daños de los jabalíes, dice por otro lado, no se limitan a los maizales, porque también se pueden extender a los huertos.
En opinión de este agricultor es necesario tomar «medidas drásticas» para frenar la proliferación del jabalí en estos municipios. «Pero non me parece que se estean tomando esas medidas, porque todos os anos estamos tendo estes mesmos problemas e nestas condicións chegará un momento en que moitos nos cansemos de dedicarnos á agricultura», dice. «E os problemas non son só para a agricultura, porque os xabarís supoñen tamén un risco moi grave de accidentes nas estradas», señala.
Las batidas preventivas, dice por otro lado el agricultor, «tampouco poden solucionar moito, porque estes bichos móvense moito e refúxianse en sitios de acceso difícil aos que non poden chegar os cazadores».
Un problema recurrente que se hace sentir de forma especial en Taboada
Las incursiones de jabalíes en los maizales y prados son un problema recurrente en diversos municipios del sur lucense, particularmente en el de Taboada. En numerosas ocasiones, los destrozos no se han producido en plantaciones ya crecidas, sino en campos recién acabados de sembrar. Eso fue lo que sucedió en mayo del 2019 en las fincas de la sociedad agraria de transformación (SAT) Seixas, en la parroquia de Bembibre, donde los animales salvajes arrasaron totalmente una hectárea de terreno recién sembrada de maíz, antes incluso de que las plantas empezasen a brotar.
En el 2008, la misma SAT había perdió de esta manera el 70% de lo que había sembrado. El problema persistió en los años siguientes, aunque en menor medida, ya que los campos fueron protegidos con vallados y pastores eléctricos.
Motivo de polémicas
Los frecuentes destrozos provocados por los jabalíes en los campos de cultivo también han dado lugar a polémicas, como sucedió en noviembre del 2019, cuando un ganadero de Taboada anunció su intención de denunciar a dos cotos de caza del municipio por los daños producidos en sus fincas. Los animales le había echado a perder en pocos días un sembrado de hierba forrajera de unos 4.000 metros cuadrados de extensión. Los responsables de uno de estos cotos advirtieron entonces que lo cerrarían si llegasen a ser multados por este motivo.