La Voz de Galicia

Un viaje de ida y vuelta para el vino de Ribeira Sacra pendiente de vender

Agricultura

LUIS DÍAZ MONFORTE / LA VOZ
Depósitos de acero a la entrada de la bodega Rectoral de Amandi, en una imagen de archivo

Medio Rural autoriza almacenar lotes fuera de la denominación y de forma temporal para que Rectoral de Amandi disponga de espacio esta vendimia

30 Sep 2021. Actualizado a las 05:00 h.

Las situaciones excepcionales justifican medidas también de carácter extraordinario. A partir de esa premisa, la Consellería de Medio Rural acaba de autorizar la modificación del pliego de condiciones que rige en Ribeira Sacra para permitir el almacenamiento temporal de excedentes de vendimias anteriores fuera de este territorio. Rectoral de Amandi, la mayor bodega de la denominación de origen, había solicitado la adopción de esa medida al consejo regulador para poder adquirir el volumen de uva de otras campañas. Sin sacar el vino que se acumuló en los tanques en los peores meses de la pandemia, no tendría capacidad para dar entrada a la producción de los casi quinientos viticultores que tiene en cartera.

El pliego de condiciones es el reglamento interno por el que se rige la denominación de origen. Ribeira Sacra solo autoriza la elaboración, almacenamiento y embotellado de los vinos amparados por su sello en las parroquias acogidas a sus cinco subzonas y en algunas limítrofes. El traslado fuera de la zona de producción se considera un riesgo para la calidad del vino porque se puede ver expuesto «a fenómenos de óxido-redución, variacións de temperatura e outros, tanto máis graves canto maior sexa a distancia percorrida».

El problema, señala la consellería, es que la caída de ventas provocada por la pandemia «fixo que algunha adega teña dificultades para dar cabida a toda a colleita da vendima da campaña 2021 por ter as súas instalacións cunha ocupación moi superior á que sería habitual en circunstancias normais». En previsión de que parte de la producción quedase sin recoger por problemas de espacio, se ha optado por aparcar momentáneamente la prohibición de sacar vino fuera de la denominación de origen.

 

Hay que recoger la uva

«A uva hai que collela», recalca José Manuel Rodríguez, presidente del consejo regulador, que el pasado 13 de septiembre acordó solicitar la modificación del pliego de condiciones. Pese a la crisis de ventas motivada por la situación sanitaria, en el 2020 Rectoral de Amandi procesó 1,7 millones de kilos de uva, de un total de algo más de cinco millones cosechados en la Ribeira Sacra. La bodega está dispuesta a recoger de nuevo la producción de todos sus proveedores, pero no a costear la ampliación de sus instalaciones por un problema puntual.

Tras la modificación del reglamento, cualquier bodega que lo justifique podrá almacenar vino sin embotellar en instalaciones situadas en otras zonas de Galicia. Tendrán que ser, no obstante, bodegas dedicadas a la producción de vinos de mesa, ya que para utilizar instalaciones amparadas por otras denominaciones de origen habría que modificar también los respectivos pliegos de condiciones. Los vinos que se trasladen, por otra parte, deberán viajar de nuevo a Ribeira Sacra para su embotellado, que no se podrá llevar a cabo fuera de este territorio. La modificación se mantendrá, en un principio, hasta el próximo 31 de diciembre.

 

Solo si no se embotelló

Medio Rural autoriza temporalmente la salida de los vinos «de colleitas anteriores á de 2021 sen embotellar, sempre baixo o estrito control do consello regulador», al que corresponde supervisar «todos os movementos deses viños». «Trátase dunha modificación puntual, pero sería bo deixar escrita esta posibilidade con vistas ao futuro. Ninguén pensa que poidan pasar estas cousas, ata que pasan», dice el presidente de Ribeira Sacra.

Hasta la fecha, solo Rectoral de Amandi se interesó por la posibilidad de almacenar vino temporalmente en otras zonas. La bodega ourensana Ponte da Boga también tuvo problemas de espacio, pero parece haberlos solucionado tras la compra de Adegas Valcar, en Parada do Sil. Según la consellería, la caída de las ventas motivada por la pandemia afectó de forma muy especial a Ribeira Sacra debido a que su mercado de concentra «dunha forma moi importante na canle de hostalería e restauración».

La demanda vuelve a niveles del 2019

La pandemia desató la tormenta perfecta para las bodegas de Ribeira Sacra. Los cierres y las restricciones en la actividad de bares y restaurantes noquearon a un sector en su mayoría de escasa presencia en las grandes superficies y el mercado internacional. Año y medio después, los datos del consejo regulador apuntan a que por fin se ha superado la ralentización de las ventas por la crisis sanitaria. «Nos últimos meses recuperouse o ritmo de embotellado do 2019», apunta el presidente de la denominación de origen, José Manuel Rodríguez.

Sobre un total de 3,5 millones de litros certificados por el consejo regulador en la vendimia del 2020, queda por embotellar un millón y medio de litros, de los que 410.000 son de vinos de guarda o en barrica. En cuanto a la añada del 2019, en la que se produjeron 4,8 millones de litros, faltan por embotellar 1.100.000 litros, de los que 400.000 son de vinos de crianza.

Un sondeo entre los bodegueros pone de relieve opiniones dispares sobre la reactivación del mercado. Hay quien asegura haber despachado la práctica totalidad de la pasada cosecha y quien dice, por el contrario, que aún no pudo dar salida a la mayoría del vino del 2020 pese a haberlo embotellado. En una posición intermedia se sitúa Manuel Verao, de la bodega Rectoral de Gundivós. «A venda vai lenta, pero ben. O mercado empeza a moverse en Galicia e onde máis se notou foi na propia zona», explica Verao.

La afluencia de visitantes a la Ribeira Sacra este verano supuso un revulsivo para las ventas de los vinos que, como en este caso, tienen una fuerte dependencia del mercado local.


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