Crece en Galicia el cultivo de altramuz, una planta con salida en la elaboración de aperitivos y de bebidas
Agricultura
Una hectárea puede dar al año un rendimiento económico de casi 500 euros
03 Jun 2023. Actualizado a las 11:20 h.
El altramuz es una planta favorable para la economía de quien la cultiva y para el terreno donde crece. Esta legumbre es un cultivo extendido en la agricultura de lugares como Extremadura y Andalucía, pero ahora está empezando a introducirse en fincas gallegas. La planta silvestre es fácil de encontrar en cunetas y en terrenos baldíos de Galicia, pero la expansión del cultivo se está realizando con una variedad propia de Chile (rumbo baer)
Fernando Almeida, ingeniero agrónomo natural de Valencia de Alcántara (Cáceres) y con más de 20 años de residencia en Galicia, explica que el altramuz puede usarse de diversas maneras en la alimentación humana, lo que permite obtener un mayor beneficio que si la planta se dedica a la nutrición animal. Una hectárea puede dar un rendimiento medio anual de tres toneladas, con precios que varían: una tonelada destinada a la alimentación animal puede pagarse a unos 450 euros; una que tenga como salida la alimentación humana puede acercarse a los 500.
Las formas de emplear la planta en la industria agroalimentaria son variadas. Almeida recuerda que en el sur de España es habitual tomar altramuces como aperitivo y que hay empresas envasadoras. En cambio, en algunos países de Europa se usan para la elaboración de batidos y de bebidas, aprovechando las proteínas de la planta. Además, como recuerda este ingeniero, el altramuz tiene salida en la industria fitosanitaria por su valor para combatir algunas plagas del campo.
La planta puede crecer en terrenos ácidos, que abundan en Galicia. Sus características, por otro lado, le permiten desarrollarse sin necesidad de gastos en abono. En primer lugar, es capaz de absorber nitrógeno con ayuda de una bacteria (rhizobium) que se da en muchos lugares de Galicia de modo natural. En segundo, por sus raíces y por su fisiología, puede asimilar fósforo. Un ciclo habitual del cultivo incluye siembra en enero o en febrero y recolección en agosto o en septiembre, y la planta, por sus propiedades, es muy indicada para alternar en fincas con cereales. En ese sentido, recuerda Almeida, su función en el suelo resulta similar a la de plantas como la soja.
Con la colaboración de la empresa de Almeida, en casi medio centenar de hectáreas de varias zonas de Galicia se está empezando a cultivar altramuz. En muchos casos se trata de iniciativas relacionadas con la ganadería, ya que el destino de la cosecha será la alimentación animal; no obstante, este ingeniero subraya que deben explorarse la salida en la alimentación humana: «Lo ideal sería que en Galicia se le diese valor añadido, como en Andalucía o en Extremadura», afirma.
Víctor Piñeiro, cultivador en Cospeito: «Así consigo unha alimentación natural»
Víctor Piñeiro ha plantado este año altramuz en tres fincas, situadas en el municipio de Cospeito. Las tres suman una superficie total de alrededor de una hectárea, y la cosecha, una vez molida, se usará en la alimentación de los animales de la explotación de porco celta que comparte con un socio. Bellotas o centeno son otros productos que comen los animales: «Así consigo unha alimentación natural, con recursos sustentables. O produto que vendemos, que sexa de calidade», dice. A finales de agosto o a principios de septiembre se recogerá la primera cosecha, que será, según sus cálculos, de unas 2.000 toneladas.
La explotación tiene actualmente cerca de medio centenar de cabezas. Los animales se venden, a unos 600 o 700 euros, a clientes de toda Galicia.