El mercado de fincas rústicas crece en Galicia y deja unos 172 millones al año
Agricultura

El mayor número de transacciones se produjo en las comarcas ganaderas
19 Feb 2024. Actualizado a las 09:37 h.
La tierra rústica se mueve en Galicia. Y no porque el Instituto Geográfico Nacional haya detectado un mayor número de terremotos. Lo que hace es cambiar de manos. Porque la tendencia muestra un aumento en el número de transacciones, según muestran los datos de un informe elaborado en el período 2018-2022 por el Observatorio Galego de Mobilidade de Terras, un organismo que nace de un convenio suscrito en el 2016 entre la Consellería do Medio Rural, la Axencia Tributaria de Galicia, el Instituto de Estudos do Territorio, la Fundación Juana de Vega y la Universidade de Santiago de Compostela. Solo en ese último año se realizaron 58.157 operaciones de compra-venta que afectaron a una superficie estimada de unas 17.112,3 hectáreas, de las que 9.741 fueron de monte. En ese ejercicio, el valor estimado de las operaciones de este tipo registradas en Galicia alcanzó los 172 millones de euros, una cantidad que sube hasta los 516 millones al sumar los ejercicios 2020 y 2021. El documento también muestra que entre el 2021 y el 2022 se produjeron el mayor número de intercambios, con más de 125.000 transacciones que afectaron a unas 36.000 hectáreas, lo que supone una subida de más del 40 % en relación al bienio anterior.
El tamaño medio de las parcelas fue de unas 0,3 hectáreas, pero en el caso de la superficie agraria útil hubo un incremento del tamaño de los terrenos del 50 % en los últimos quince años.
Aunque es verdad que el precio medio de las superficies de uso agrario bajó en el 2022 un 20 % en relación al promedio de los 14 años anteriores, los 12.800 euros a los que cotizaba de media la hectárea convierten la tierra rústica gallega en una de las que más valor tienen en el conjunto de Europa. Porque según los datos e Eurostat correspondientes a ese mismo ejercicio, el precio medio en el conjunto de la UE fue de 10.578 euros por hectárea.
Bien es cierto que cuando se habla de tierra cultivable las cotizaciones son tan variadas como fincas hay sobre el terreno, dependiendo de factores que van desde el acceso al agua, la calidad del suelo, la pendiente de las fincas, la productividad, la cercanía a una vía de comunicación o la norma particular de cada país. O también el interés del comprador en una finca concreta y su poder de compra. En definitiva, la ley de la oferta y la demanda.
En España, por ejemplo según Eurostat, la comunidad más barata para adquirir terreno agrícola es Extremadura donde el precio medio de la hectárea fue en el 2022 de 4.906 euros. ¿Por qué los precios son tan bajos? Ahí podrían coincidir múltiples razones. Puede que por la despoblación, la sequía que últimamente ha pegado de lleno en la comunidad o el tamaño de las parcelas. Ese precio es dieciséis veces menos de lo que costaba en Canarias, donde la hectárea de terreno rústico alcanzó los 83.299 euros.
Productividad de la tierra
Lo que está claro es que en el caso de Galicia «a terra é moi produtiva e ademais as parcelas son pequenas»: «Eses son factores que fan que cotice máis. No caso de que as parcelas foran máis grandes como poden ser as de Estremadura, é probable que o prezo medio do metro cadrado fora menor», explica Eduardo Corbelle, investigador y doctor del Laboratorio do Territorio de la USC.
Con todo, las diferencias de precios son muy variadas en la comunidad. En el caso del terreno de monte, por ejemplo, el precio medio de la hectárea se ha mantenido estable en torno a los 8.000 euros. Aunque ahí la variabilidad puede radicar, por ejemplo, en el hecho de que una finca esté más cercana a una zona de carga.
No solo varía el precio, también lo hace la tasa de transferencias. Porque aunque la media en este caso es del 1,05 %, hay territorios con gran especialización ganadera donde sube hasta el 2 %, un porcentaje desde el que ya se entiende que el mercado de tierras es dinámico. Pero ahí también hay matices porque, como explica el investigador del Laboratorio do Territorio, «o terreo é finito, entón en lugares onde houbo movementos de terra nun determinado momento e probable que despois tarden máis en volver cambiar de mans».
Con todo, según las estimaciones realizadas en el informe elaborado por el Observatorio Galego da Mobilidade da Terra durante el período analizado las transacciones son más frecuentes en la mitad norte de Galicia, sobre todo en el interior de la provincia de A Coruña. Ahí la tasa de movilidad supera incluso a la de Lugo. De hecho, son además los concellos de Mesía, Frades y Castro de Rei donde más terrenos han cambiado de manos, llegando a tasas del 2,8 %.