Avalancha de solicitudes en toda Galicia para legalizar corrales: «Hai medo na xente, baixou un 70% a venda de galiñas»

La necesidad de registrar los corrales caseros, que se reconocen oficialmente como explotaciones de autoconsumo, ha creado en las últimas semanas una avalancha de peticiones en toda Galicia. Las solicitudes pueden presentarse en oficinas rurales de la Xunta, en donde se da una situación dispar: en algunas hay auténtica preocupación y algunos funcionarios están prácticamente dedicados en exclusiva a esa tarea; en otras hay mucha más tranquilidad. Según datos de este martes, aportados por Medio Rural, hay ya registrados 40.698 gallineros de autoconsumo.

No obstante, esa falta de movimiento no es real, puesto que los trámites también se pueden hacer por internet. Son bastantes quienes eligen ese sistema, y no faltan quienes actúan, ante el mostrador de una oficina o frente a un ordenador, como intermediarios. Gente mayor que vive sola o que tiene poca soltura en el uso de nuevas tecnologías acude a la ayuda de conocidos, como explica Manuel Calvo, propietario de una tienda en el municipio coruñés de Santa Comba.

Ese empresario es el portavoz de la recién creada Asociación de Tiendas Agrarias de Galicia (Atiga), que agrupa ya a más de 200 establecimientos de toda la comunidad. La razón que movió a los profesionales a unirse fue el rechazo al real decreto del Ministerio de Agricultura que recoge una serie de condiciones para la avicultura. Por un lado, las explotaciones de autoconsumo, aquellas que no pasan de 30 aves, deben estar dadas de alta en un registro. Por otro, quien no efectúe esos trámites no podrá reponer gallinas u otros animales, algo que ya se está notando.

«Hai medo na xente, hai pánico, baixou un 70 % a venda de galiñas», afirmó este martes. En gente mayor —cuya pensión de jubilación, en muchas casos, no es muy alta— hay gran preocupación por posibles multas, ya que la Ley de Sanidad Animal, a la que se remite el citado real decreto, estipula sanciones de 600 a 3.000 euros. En muchas tiendas, dice, se están realizando trámites para gente mayor, que así no tiene que acudir a las oficinas: van a una tienda, aportan los datos, el dueño le resuelve el papeleo ante la Xunta y luego el interesado vuelve al comercio a recoger la documentación que acredita el alta de su corral. Calvo aporta un dato para explicar el perfil de sus clientes: tiene registrados 2.400, y unas tres cuartas partes pasan de 70 años.

Además de ese temor, en el sector de las tiendas hay un gran descenso de ventas. Este suele ser un momento del año de gran salida para pollos de unas cinco semanas, procedentes de granjas avícolas. La comparación entre las ventas de finales de febrero y principios de marzo del año pasado y de este resulta reveladora: en el 2023 vendió 200 pollos, y en el 2024, 14. Cada pollo suele costar unos tres euros.

Únete a nuestro canal de WhatsApp

La actividad de muchas tiendas ya se está resintiendo, dice Calvo. Los establecimientos que decidieron unirse advierten de que se va a dar una situación curiosa: mientras en Galicia no pueden adquirir aves quienes no inscriban su corral, en el norte de Portugal no se aplica ninguna limitación a esa compra.

La Xunta presentó casi 40 alegaciones al real decreto de Agricultura, que fueron rechazadas. Medio Rural sigue sosteniendo que se trata de una carga burocrática excesiva, decidida sin atender las particularidades de Galicia, en donde esta variedad de la ganadería está muy extendida. Las inspecciones de la administración autonómica se harán cuando haya alguna denuncia registrada.