«Sen persoas nin viñas non pode haber patrimonio da humanidade»

No es habitual que los debates relacionados con el futuro del sector vitícola trasciendan el marco del consejo regulador. Pero la próxima vendimia no pinta bien en la denominación de origen y la inquietud existente entre los viticultores salió a relucir en el último pleno de la corporación monfortina. «Non hai patrimonio da humanidade sen persoas nin viñas», dice el portavoz de Esperta Monforte. Este partido sacó adelante una moción en defensa del viñedo de la Ribeira Sacra en la sesión celebrada a última hora de la tarde del lunes. La fuerte caída de la demanda de uva por parte de las bodegas, consecuencia a su vez del descenso en la venta de vinos tintos, es la amenaza que justifica este pronunciamiento.

La moción fue aprobada, aunque no se suscribieron de forma unánime todos sus puntos. Aunque con matices, PP y BNG votaron a favor. Los socialistas, al frente del gobierno local, se abstuvieron en la votación por dos motivos fundamentales. Por un lado, consideran que la adopción de la práctica totalidad de las medidas que recoge la propuesta incumben a la Xunta de Galicia, pese a que el texto plantea trasladar el acuerdo también a las diputaciones de Lugo y Ourense. Por otra parte, los responsables municipales sostienen que el apoyo municipal al sector vitícola que pide la moción ya se da en Monforte con la organización del Festival do Viño.

Abandonar o vender

Pese a ello, el PSOE no votó en contra. En lo sustancial, todos los grupos políticos coincidieron en la oportunidad de la iniciativa. «Cada vez hai menos viticultores nas ribeiras e moitas máis son aínda as persoas que están convencidas de abandonar ou vender [las viñas] ante a situación actual», recoge la propuesta aprobada por el pleno. La ausencia de contratos de venta de uva con vistas a la próxima vendimia, según Esperta Monforte, puede suponer la puntilla para muchas viñas en bancales en el contexto de la delicada estructura productiva de la Ribeira Sacra y la falta de relevo generacional.

Frente a esta situación, critica que se autoricen «novas plantacións que non están precisamente en socalcos nin configuran a paisaxe e a identidade da denominación de orixe Ribeira Sacra». La candidatura a patrimonio de la humanidad, en su nueva redacción, aparca el mensaje de la singularidad del viñedo en bancales para cargar las tintas en el «paisaje del agua». Pero Esperta Monforte, una de las formaciones que firman el manifiesto Interior Galego Vivo, tiene claro que las opciones de este territorio para ser bien mundial son escasas sin su viñedo característico. Para preservarlo, la moción aprobada en Monforte reclama que se concedan incentivos económicos para el cultivo en pendiente y que se lleve a cabo la catalogación de las viñas en bancales con muras de al máximo dos líneas de vides.

Inversión y resultados

El BNG discrepó de este último apartado, por entender que beneficiaría exclusivamente a Amandi. También pidió que las medidas de apoyo no se circunscriban a las viñas acogidas a la denominación, ya que las que no lo están también contribuyen a sostener el paisaje cultural de la Ribeira Sacra. El portavoz de los nacionalistas, Emilio Sánchez, cuestionó en plena eclosión de las ferias del vino la eficacia de sus enfoques. «De pouco valen se logo nos postos de comida non se despachan os viños que promocionan», dijo Sánchez. «Se as xuntamos todas —añadió— manéxase un investimento importante que ao mellor non dá os resultados que debería».

El punto de vista del PP resultaba de especial interés por su capacidad de interlocución con la Xunta. Y el portavoz de los populares en este punto, José Luis Rodríguez, dio a entender que habrá soluciones para un problema —en referencia de los excedentes de vino— «do que todos somos coñecedores e que sabemos que é grave». «Existe —agregó— moi boa consonancia entre o consello regulador e a Xunta, e estanse xestionado axudas para o viñedo». Según Rodríguez, la denominación de origen trabaja «codo con codo» con la Consellería de Medio Rural para aprobar una posible destilación de crisis. De llevarse a cabo esta medida las bodegas recibirían una compensación por destilar excedentes de vino, que deberían transformarse obligatoriamente en alcohol para usos industriales.