Biofruit ensaya el cultivo de kiwi gold y kiwi berry en su finca de Ancorados
Agricultura
La cosecha de la variedad Hayward ha comenzado con malas perspectivas
17 Nov 2024. Actualizado a las 11:07 h.
El kiwi gallego está en temporada. En la finca que la firma Biofruit Galicia tiene en la parroquia de San Tomé de Ancorados (A Estrada) la campaña ha comenzado esta semana. La empresa cuenta desde el año 2009 con una plantación de hectárea y media de kiwi de la variedad Hayward. «El kiwi Hayward es el kiwi verde normal. Es la variedad neozelandesa, la que vemos en todas partes», explica el gerente de Biofruit, Javier Agrelo.
Por la evolución de la finca y las cifras de los últimos años, Agrelo calcula que la cosecha podría rondar este otoño las 12 o 13 toneladas de kiwi. Eso, si hubiese sido un año bueno. Pero no lo ha sido. «En mayo hubo problemas con las heladas. Vino calor y después frío de golpe y se quemó la flor, así que es probable que la producción se vea reducida a la mitad. Contamos con unas seis o siete toneladas de kiwi», explica el productor.
Biofruit comercializa la mayor parte de su producción a través del sello Kiwi Atlántico, al que está asociada. Una pequeña parte la distribuye también de forma directa en el comercio minorista y las tiendas gourmet con las que trabaja habitualmente y a las que vente sus otros productos, tanto frescos como transformados.
La producción de kiwi Hayward está consolidada y tiene un mercado fiel. No obstante, para atender a los nuevos nichos de mercado, Biofruit está experimentando también con otras variedades de kiwis, como el kiwi amarillo o kiwi gold y el kiwi berry.
«Son variedades chinas de kiwi que cada vez están teniendo más demanda en el mercado europeo. Con el kiwi amarillo empezamos a experimentar ya hace cinco años y con el kiwi berry hace dos años, pero no es fácil implantarlas aquí. Al kiwi amarillo le afecta mucho una bacteria llamada PSA. Es una bacteria sistémica que ataca al kiwi. Estamos probando para intentar dar con un patrón resistente a la bacteria y también a las heladas, que es otro de los problemas. En este momento tenemos dos variedades que parecen resistir. Si se confirma que aguantan, a uno o dos años vista podríamos empezar a producir kiwi amarillo», explica Javier Agrelo. «Ya aprendimos la lección. En el 2010, con el kiwi Hayward, tuvimos muchos problemas con la PSA. Estuvimos replantando hasta el 2013 porque las plantas morían. Ahora, antes de plantar, trabajamos siempre con campos de ensayo con unas pocas plantas y solo plantamos las que demuestran su buena adaptación», explica el productor.
«Aquí el consumidor tradicional sigue queriendo el kiwi verde, pero el amarillo, que es más dulce, está teniendo mucha demanda, sobre todo entre la gente más joven. El mercado es muy volátil y queremos estar preparados para el futuro», comenta el estradense.
En su campo de ensayo Agrelo también experimenta con el kiwi berry, también conocido en Galicia como kiwiño. «Le llaman kiwi berry por el tamaño, pero en realidad no tiene nada que ver con los berries», aclara Agrelo. «Es un kiwi del tamaño de una freixoa. Es dulce, no tiene pelo y se come con piel. Y es potente en vitaminas y nutrientes», comenta. «En los mercados de antes no era una fruta interesante porque la gente compraba más con los ojos. Querían kiwis como melones. Pero ahora la fruta pequeña está ganando terreno en el mercado con los nuevos estilos de consumo y alimentación», explica el estradense.
Agrelo cuenta que el kiwi berry resulta interesante porque permitirá desestacionalizar la producción local de kiwi. El kiwi Hayward en Galicia se cosecha desde noviembre hasta finales de diciembre. Se recolecta con un determinado grado de azúcares y muchas veces se termina de madurar en cámaras. De esta forma la fruta gallega abastece el mercado hasta mediados de marzo aproximadamente. «El kiwi berry, en cambio, produce desde finales de agosto a finales de septiembre», explica Agrelo.
Experimentos con aguacate
Además de kiwis, Biofruit produce arándanos y manzana de sidra y de mesa y tiene campos de ensayo de fresa blanca y de aguacate. «El objetivo es tener producto desde finales de abril a febrero. Nos queda por cubrir la franja de finales de diciembre a finales de febrero y es lo que intentaremos con el aguacate, aunque estamos en el límite geográfico para conseguirlo. En Tomiño hay una plantación semiprofesional. Aquí el problema son las heladas de enero y febrero», dice.