La Voz de Galicia

El futuro de la cría de capón de Vilalba: «Dá moito traballo, pero non hai algo así noutros sitios»

Ganadería

XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ
La feria de este año demostró una vez más que el capón tiene compradores muy fieles.

Criadoras expertas admiten que es un proceso laborioso, pero confían en la incorporación de jóvenes

23 Dec 2022. Actualizado a las 21:49 h.

Doscientos capones vendidos en dos horas demuestran interés por ese producto. Fue lo que ocurrió este miércoles en la Feira do Capón de Vilalba. El mercado, que se celebra en Vilalba en vísperas de Navidad, se caracterizó por el alza de precios, ya que prácticamente ninguno se vendió por menos de 120 euros.

También confirmó la tendencia de que muchos criadores venden las aves antes de la feria, pues compradores de Galicia y del resto de España hacen encargos con antelación. Otro detalle evidente es que el número de criadores va disminuyendo: en la asociación que los agrupa hay ahora 35 inscritos, y a la feria acudieron 25.

Criadoras veteranas como Milagros Lozano u Oliva Souto admiten que preparar los capones es un proceso laborioso, aunque también reconocen que precios como los de este año demuestran que el ave tiene salida en el mercado y que es un producto singular. «Xa sei que é algo que dá moito traballo, que hai que ter moito coidado, pero é algo que non hai noutros sitios».

Así reflexiona Milagros Lozano, criadora de la parroquia de Distriz. Este año crio 20 capones que vendió sin ningún problema. «Non chegaron a nada», dice. En la feria de este miércoles ya hubo caras nuevas (por ejemplo, Lucía Freire, de la parroquia de Santaballa), y Lozano explica que hay otras personas jóvenes con planes para sumarse a esta actividad.

No oculta que la alimentación, que en las últimas semanas de las aves se basa en una masa con patata y maíz, requiere una atención constante. Sin embargo, la rentabilidad que se puede lograr también parece clara. Prueba de ello es que ella vendió los capones a 120 euros «e ninguén protestou».

Oliva Souto, de Goiriz, suele criar más de cien capones, cuya venta está asegurada por la fidelidad de compradores de dentro y de fuera de Galicia. El número de aves que vende cada año la coloca por delante de otros miembros de la asociación de criadores. Hubo otros ejemplos en los que se ensayó la cría a una cierta escala, aunque fueron desapareciendo.

De lo que no duda Oliva Souto es de que la cría de capón puede tener ser una opción de futuro y de rentabilidad en el medio rural. «Pode ser unha cousa interesante», afirma. 

Juan Carlos Trastoy, criador de Lanzós, colocó sus 25 capones a clientes de Navarra, del País Vasco y de Madrid, entre otros lugares. Su visión es un poco más crítica, y recuerda que el alto precio del capón se vio ayudado este año por una disminución del número de ejemplares criados: la cifra se situó en torno a los mil, cuando antes de la pandemia se rebasaban tranquilamente los 1.500.

Por otro lado, subraya que el aumento de precio de este año es consecuencia directa del alza de costes de producción: dice, por ejemplo, que un saco de harina de maíz de 30 kilos cuesta ahora 22,50 euros, mientras que uno de 40 kilos podía comprarse el año pasado por 11,50 euros.

Trastoy opina que un paso adelante sería buscar algún tipo de unión para comprar conjuntamente materia prima como la citada harina de maíz, si bien no se atreve a pronosticar que se logre ese propósito a corto plazo. Eso sí, sus capones no bajaron de los 120 euros, e incluso vendió uno en la feria a 140 euros.


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