Pequeñas explotaciones ganaderas de Lugo que envasan su leche: «É o sabor de sempre coas garantías de hoxe»
Ganadería
Mercados cercanos y de grandes ciudades reciben la mercancía, que se vende bien aunque es algo más cara
11 Dec 2023. Actualizado a las 21:29 h.
Producir y vender directamente. Es la experiencia que lleva a cabo alguna ganadería, capaz de colocar en el mercado la leche de sus vacas. Se trata de explotaciones de tamaño pequeño y mediano que saltan uno de los peldaños habituales en el sector lácteo en particular y en la cadena sector alimentario, la presencia de un comprador. El mercado de Galicia pero también del resto de España es el destino de la mercancía.
A menudo se trata de iniciativas en las que la leche se emplea también para elaborar otros productos (fundamentalmente queso), lo que proporciona a los promotores de estas iniciativas un mercado más o menos conocido al que dirigirse. El precio de la leche fresca, que se envasa tras su pasteurización, es algo mayor que el de la leche UHT, y se sitúa en torno a 1,35 o 1,40 euros, unos 15 o 20 céntimos más. Sin embargo, no parece que pagar un poco más aleje a los clientes de su interés por el producto, como explican los ganaderos.
Quntián (O Páramo): «A xente paga a diferenza de prezo»
Unos 30.000 litros de leche al mes es la media que vende Gandería Quintián, situada en O Páramo y conocida por su trabajo de fabricación de queso. Chelo López y su marido, Julio López, promueven, de lunes a viernes, un reparto que llega a Lugo y a Sarria. Sin embargo, también la leche se vende en Madrid, adonde se envía una vez por semana en transporte refrigerado. Cafés y restaurantes son los principales compradores en la capital de España.
«É o sabor de sempre coas garantías sanitarias de hoxe», dice Chelo López. En botellas de litro y medio o envases de diez litros, que van para negocios que preparan helados o croquetas con leche de esta ganadería, sale la materia prima. «A xente paga a diferenza de prezo», afirma la ganadera, que además destaca el interés por esta leche y por otros productos en un determinado contexto: «Á xente gústalle comer dun xeito saudable», comenta.
ARQUEIXAL (palas de rei): «Á xente recórdalle o que consumía cando era pequena»
«Circuítos curtos». Así define Xosé Luis Carrera, de Palas de Rei, el radio de acción en el que distribuye su leche. Tiendas pequeñas de A Ulloa y de municipios cercanos de A Coruña son el destino de la mercancía, que se produce con criterios ecológicos y que se envasa en botellas de un litro. Hace unos seis años que inició la experiencia, en la que se mueve en cantidades reducidas, unos 200 litros por semana.
La leche se vende con la etiqueta de Arqueixal, nombre de la quesería de Carrera. Precisamente apunta que la leche es también, en buena parte, un servicio que se presta a los compradores de queso. El sabor de la leche parece la principal baza: «Á xente recórdalle o que consumía cando era pequena», afirma, aunque sin pensar por ahora en aumentar la producción.
CASA VIDAL (GUITIRIZ): «Deixeino porque estaba eu só»
José Díaz Ansede, de Guitiriz, ya no vende directamente la leche de su explotación. «Deixeino porque estaba eu só», explica. Hasta se deshizo de las máquinas en las que pasteurizaba y envasaba el producto, aunque aún tiene unas 35 reses. El mercado estaba asegurado, puesto que no solo llevaba la mercancía a Guitiriz, a Vilalba e incluso a Viveiro sino que rechazó propuestas para distribuirla en Ortegal y en A Coruña.
«Aínda hai xente que me di que se volvo vender leite, non a deixe sen el», confiesa Díaz Ansede. En cada viaje, que realizaba en días laborables, llevaba 300 o 400 litros. Ve difícil que recupere esa actividad, aunque agrega que es un campo que puede abarcar perfectamente una explotación que use también la leche para elaborar derivados lácteos.
Una inversión de poco más de 20.000 euros en tecnología
Si una explotación decide iniciar el proceso de envasado de su leche, debe contar con un gasto de algo más de 20.000 euros en tecnología. Esos son los cálculos realizados por José Díaz Ansede: 20.000 euros para una máquina pasteurizadora y 2.000 para una envasadora, a los que habría que añadir el coste de una furgoneta frigorífica.
La leche suele tener un período de consumo de una semana, mucho más corto que el de la que se vende en briks. También es más corto el tiempo que pasa entre que se ordeña y se distribuye: Xosé Luis Carrera, por ejemplo, explica que la leche sale de su explotación al día siguiente de ser ordeñada.