El rastro de la EHE en Galicia: 416 vacas muertas y 180.000 euros en ayudas
Ganadería
Según Medio Rural, el 1,2 % del vacuno registrado en la comunidad falleció a causa de esta enfermedad hemorrágica
07 Jun 2024. Actualizado a las 20:48 h.
La Enfermedad Hemorrágica Epizoótica (EHE) vuelve a estar presente en España. Esta misma semana, el Ministerio de Agricultura confirmaba un positivo en una explotación de Guadalajara. Y eso ha hecho saltar las alarmas en el vacuno gallego, donde este virus dejó una importante huella durante el pasado año. Según los datos de Medio Rural, 416 animales murieron a causa de esta enfermedad, que fue detectada en 29 comarcas veterinarias diferentes.
Fue el 20 de septiembre del pasado año cuando los laboratorios de referencia confirmaron la llegada a Galicia de la Enfermedad Hemorrágica Epizoóticapor primera vez. Dos animales en Abegondo y A Capela dieron positivo en un virus que, a esas alturas, circulaba ya por buena parte del país y había afectado a centenares de explotaciones. Porque esta plaga se transmite a través de un mosquito vector, que se activa cuando suben las temperaturas. De ahí que la enfermedad apareciera primero en las zonas más cálidas de España.
Las temperaturas suaves que se registraron durante el otoño en Galicia propiciaron que la enfermedad siguiese activa hasta mediados de noviembre. Fue el día 14 de ese mes cuando se detectó el último positivo, en una explotación de Melide. Entonces, el balance era ya muy negativo. Porque Medio Rural asegura que la EHE fue detectada en 29 focos en otras tantas comarcas veterinarias de Galicia. Por su culpa fallecieron 416 animales, lo que supone en torno al 1,2 % de las vacas registradas en Galicia.
La situación fue tal que la Xunta decidió activar una línea de ayudas para indemnizar a aquellos ganaderos que habían perdido animales por culpa del virus. Hasta el momento, se han probado ya 366 expedientes, lo que supone un desembolso de 180.000 euros. Pero el plazo para solicitar estas subvenciones sigue abierto, por lo que los interesados disponen hasta el 29 de noviembre para presentar sus peticiones.
Galicia fue una de las primeras comunidades en poner en marcha estas ayudas, a las que ahora se sumará el Ministerio de Agricultura. Este está preparando un real decreto para habilitar las indemnizaciones. También anunció que a finales del verano podría estar lista la vacuna. La duda es si esta llegará a tiempo para atajar el período de incidencia del insecto vector, que este año ha comenzado antes que en el 2023. Entonces, el primer positivo tuvo lugar el 22 de junio.
Un afectado: «Os gandeiros deberan ser máis responsables e comunicar os casos que vai habendo»
En el pasado otoño, a una explotación ganadera del municipio de Guitiriz llegó la enfermedad hemorrágica de las vacas. Se vieron afectadas 15 de las 50 reses reproductoras, y los problemas en la ganadería, en la que fue necesario administrar inyecciones con antibióticos y antiinflamatorios, se notaron en las semanas siguientes. Meses después, aún no se han despejado los nubarrones.
Las consecuencias han sido notables, ya que más o menos la mitad de las reses afectadas tuvieron que ir al matadero tras verse que tenían problemas para quedar preñadas. Los precios de la carne están ahora un poco más altos que hace meses, y esa fue precisamente la única satisfacción que encontró el dueño de los animales. Tampoco se vio en la necesidad de comprar vacas fuera, puesto que con las de su explotación pudo ir renovando la cabaña.
De todos modos, no por ello se han acabado los problemas. En primer lugar, el ganadero asegura que no dispone de datos exactos sobre el perjuicio económico sufrido: «Non calculei os gastos, pero foron moitos», dice. En segundo lugar, no cree que la amenaza de nuevos casos haya desaparecido, y teme que unos próximos meses con temperaturas altas ayuden a que la enfermedad se extienda. Incluso está reconsiderando su intención de acudir a concursos fuera de Galicia por el temor a que los animales se contagien y vuelvan las preocupaciones de meses pasados. «Aínda non empezou a calor, pero a situación podería ser peor», explica.
A esa inquietud se le añade el detalle de que no cobró ayudas, pues están previstas para casos de muerte de animales y en su explotación no se llegó a ese extremo. De todos modos, no ahorra críticas a la Administración, ni, por otra parte, deja de señalar la parte que deben cumplir los ganaderos.
«Creo que a Administración non é consciente do que hai, e creo que hai gandeiros que non informan dos problemas, e así a Administración non é coñecedora dos casos que aparecen», manifiesta. ¿Cuál puede ser, entonces, la solución que aporte alguna garantía? «Os gandeiros deberan ser máis responsables e comunicar os casos que vai habendo», afirma. Ante la llegada del verano, en su explotación procura tomar medidas: «Eu boto insecticida, pero...», dice.