La Voz de Galicia

La cooperativa polaca que hace polvo el suero y la leche de sus 7.500 ganaderos

Ganadería

Maruxa Alfonso Maruxa Alfonso Polonia
Planta de fabricación de la cooperativa polacaPlanta de fabricación de la cooperativa polaca

Mlekpol cuenta con una de las plantas de secado más grandes de Europa

20 Apr 2025. Actualizado a las 05:00 h.

Doce plantas de producción, tres mil empleados y 7.500 ganaderos hacen posible que Mlekpol pueda presumir de ser la principal cooperativa láctea de Polonia, que procesa dos billones de leche al año. También, de ofrecer a sus ganaderos los mejores precios por su leche. Pero es que este gigante produce todo tipo de alimentos lácteos, entre ellos leche en polvo y suero de queso en polvo con alto contenido en proteína, porque cuenta con su propio instituto de investigación, en el que, entre otras cosas, se diseñan nuevos productos en función de la demanda del consumidor o de los mercados.

La firma tiene más de cuarenta años de historia y su principal fuente de ingresos es la producción de queso, del que puede producir alrededor de mil toneladas al día. Lo hacen con la leche que le suministran los 7.500 ganaderos que son también copropietarios de esta cooperativa. «El precio que les ofrecemos a los ganaderos es de los más altos de Polonia y eso les da más estabilidad», explican desde la dirección. Aunque este varía, en función de la calidad y de otros factores, el pasado mes, por ejemplo, pagaron el litro de leche a 63 céntimos de euro, cifra muy por encima de las medias que reciben los ganaderos gallegos. Su estructura de producción no es, en cambio, muy diferente a la gallega. Porque de las 7.500 granjas con las que trabajan solo 185 producen más de un millón de litros. El resto, son explotaciones más pequeñas.

Ser competitivos es uno de los objetivos de esta compañía, que exporta el 30 % de su producción a más de un centenar de países de todo el mundo. Su gama de productos es amplia e incluye desde la leche fresca hasta diversos tipos de nata, mantequilla, bebidas fermentadas, queso crema y queso en barra. Y para lograr esa competitividad han apostado, sobre todo, por la innovación. En su fábrica de Mragowo, al norte del país, cuenta con una planta de cogeneración, lo que les permite convertir en energía todo tipo de residuos. «Producimos calor y con eso conseguimos reducir nuestros costes de producción», explican en la compañía.

Laboratorio en el que desarrollan su investigaciónMaruxa Alfonso

También destinan muchos recursos a la innovación y cuentan con su propio instituto de investigación. Esto les permite no solo controlar la calidad y la seguridad alimentaria de todo lo que producen, pues aquí se analizan las muestras de leche de los ganaderos, sino también diseñar nuevos productos lácteos siguiendo las demandas de los consumidores. «Tenemos uno de los laboratorios más grande de Polonia y durante todo el año vigilamos el proceso de producción, pero también diseñamos productos innovadores y etiquetas y envases más respetuosos con el medio ambiente», aseguran. Aquí se buscan respuestas para los problemas que plantean los consumidores, como que la mantequilla tenga la consistencia perfecta para que se unte de forma sencilla o que la viscosidad de los yogures sea la adecuada. Durante la pandemia, además, fueron el laboratorio autorizado para detectar el covid en productos lácteos.

Una planta muy eficiente

Dentro de esa línea de eficiencia que caracteriza a esta cooperativa, Mlekpol apostó en el año 2017 por poner en marcha una de las plantas de elaboración de leche y suero en polvo más grandes de Europa. Aquí cuenta con tres líneas de elaboración que, además de secar la leche, le permiten aprovechar el suero que sobra tras la elaboración del queso y convertirlo en un polvo de alto valor proteico que tiene mucha demanda en los mercados. La producción de estos alimentos requiere de altos consumos de electricidad y agua, de ahí que la factoría esté completamente automatizada y pueda realizar todo el trabajo reduciendo al máximo el consumo de estos dos elementos. «Tenemos equipos muy modernos que nos permiten minimizar el consumo de energía y recuperar también parte de la energía que gastamos para usarla en otros procesos», explican en esta firma. Aquí procesan tres millones de litros de leche al día para hacer 220 toneladas de polvo.

Aunque la empresa ya contaba con tres plantas para hacer leche en polvo y recuperar el suero del queso, esta nueva instalación «nos permite hacer productos que antes no podíamos hacer», asegura. Es el caso del suero concentrado con un muy alto contenido en proteína, del 85 % concretamente, un alimento que les ayuda a convertir lo que era un residuo, el suero del queso, en un producto de alto valor añadido.

Una explotación láctea automatizada y con su propia planta de biogás

Marek Chaplinski es uno de los granjeros de la cooperativaEuropean Union 2025 - photographer: Cornelia Smet

Marek Chaplinski es uno de los miles de granjeros que forman parte de Mlekpol. Él heredó la explotación de sus padres en el año 84 cuando esta tenía 11 hectáreas y nueve vaca en ordeño. Con el paso del tiempo, ha conseguido ir creciendo hasta convertir a su explotación en un referente. Hoy, no solo está completamente automatizada, sino que ha sido reformada para que los animales disfruten de las mejores condiciones posibles. Y ha puesto en marcha su propia planta de biogás, lo que le permite utilizar el purín no solo para abonar sus campos, sino también para calentar su vivienda.

«Mi primera inversión fue construir una fosa de purín y comprar 50 hectáreas más de tierra», explica este ganadero polaco durante la visita de un grupo de periodistas europeos organizada por la dirección general de Agricultura de la Comisión Europea. Marek es de los pocos ganaderos que tiene el relevo generacional garantizado, pues hace unos años su hijo Pawel se sumó a la actividad y cuenta con su propia explotación. «Tenemos dos granjas separadas, pero las trabajamos juntas», relatan.

Una de las cuestiones más importantes para este ganadero es la alimentación de sus animales. Por eso cultiva buena parte del alimento que le dan, que se completa también con concentrados y pastoreos. «Siempre nos aseguramos de que la alimentación de las vacas sea la mejor, porque eso influye en la calidad de la leche y el bienestar de los animales», explica. La segunda, es el bienestar de sus animales. Actualmente, la explotación está completamente automatizada. Cuentan con dos robots de ordeño automático, estaciones de alimentación, dispositivos de higienización del ganado, alimentadores y un robot que recoge el alimento, además de un sistema de circulación automática del aire. «Queremos a toda costa evitar el estrés del animal, que pase calor, y por eso todos los establos cuentan con un sistema de ventilación», añade.

En parte, fue el ingreso en la UE de Polonia lo que permitió al sector agrícola del país implementar cambios más dinámicos, como comprar maquinaria. A Marek, por ejemplo, le permitió modernizar su granja e instalar una planta de biogás. «Utiliza solo el purín y cubre entre el 55 y el 70 % de nuestra demanda de energía, también produce calor para calentar la casa». A mayores, convierte el purín en un digestato «que es más seguro y menos agresivo y que no huele tanto». También considera una ventaja pertenecer a una cooperativa como Mlekpol. «Nos da un precio estable y eso nos permite poder contar con una granja mejor», asegura. Para el futuro está pensando también en poner en marcha un negocio de turismo.


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