La Voz de Galicia

Estas frutas no son feas, son orgánicas

Sostenibilidad

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La política agraria común promueve el consumo de alimentos ecológicos, unos productos cuyo aspecto no es a veces tan perfecto como el de los de cultivo convencional. Las razones que explican su belleza diferente son varias

26 Oct 2023. Actualizado a las 10:50 h.

Es otoño. Las manzanas comienzan a mezclarse con los tomates o las calabazas en el mercado ecológico que periódicamente se organiza en una de las plazas del centro de A Coruña. Su apariencia quizá no sea para algunos tan bella como la de las frutas o verduras de cultivo convencional que se comercializan en los supermercados, pero su olor y sabor despiertan los sentidos. No es que sean frutas y verduras feas, son orgánicas. De ahí que su aspecto no sea más que la prueba de que en su cultivo no se han usado pesticidas químicos para blindarlas del ataque de insectos u hongos.

La nueva política agraria común (PAC) fomenta la producción ecológica como una forma de cuidar el medio ambiente y fomentar la biodiversidad al no utilizar ningún producto químico. Con ellos también abre el camino para fomentar la alimentación más sana y saludable. De hecho, entre sus objetivos está que en el horizonte del 2030 el 25% de la superficie agraria europea esté dedicada a los productos ecológicos. Pero luego el porcentaje debería ir creciendo.

En España, los datos del último informe sobre la producción eco correspondientes al año pasado muestran como hay cerca de 2,7 millones de hectáreas cultivadas en todo el país, lo que equivala al 11% de la supeficie agraria útil total del país. De ahí que España esté entre los 10 mayores productores de alimentos ecológicos por superficie del mundo.

Los consumidores, por tanto, deberán acostumbrarse a esas frutas y verduras «más feas», pero igual, «o más», sanas que las de cultivo convencional. El técnico de campo Ignacio Sánchez explica el por qué de su aspecto. «No se les aplican tratamientos fitosanitarios, entonces sufren los efectos de las heladas, el frío, los bichos.... pueden salirles manchas negras, arrugarse....», explica al tiempo que pone de ejemplo esas naranjas cuyo aspecto es poco apetecicle, pero que una vez abiertas tienen «un sabor dulce y un agua que no tiene nada que envidiar a otras naranjas de aspecto perfecto».

Además de manchas o partes rugosas, las frutas o verduras ecológicas pueden tener formas extrañas. No es su forma de disfrazarse o parecer más divertidas, es consecuencia de algún ataque sufrido cuando están dando el paso a fruto después de la floración. «Cuando está formándose el fruto pueden ser picadas por una avispa u otro insecto. Son como un bebé y de ahí que adoptan una alterada forma en su estructura», apunta el técnico de campo.

No altera la calidad ni el sabor, solo la forma. Tampoco modifica la calidad el hecho de que algunas frutas ecológicas alojen en su interior algún insecto. Es la naturaleza.

El consumo de frutas y verduras feas, que muchas veces no pasan los estándares de la gran distribución, ayuda a rebajar el despedicio alimentario. Ese es otro de los objetivos de la política agraria común y de estrategias como De la Granja a la Mesa para hacer más sosteniblela actividad agroganadera.

Porque el desperdicio alimentario no es más que la muestra de la ineficiencia de la cadena alimentaria que en España, según datos de Agricultura, genera una pérdida de en torno al 20% de los alimentos.


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