La Voz de Galicia

Europa, inquieta porque su acuicultura se estanca mientras crece en el mundo

Somos Mar

e. abuín redacción / la voz

Un informe encargado por la UE achaca el retraso a la maraña burocrática de los Estados

30 Jan 2017. Actualizado a las 07:44 h.

La Comisión Europea ha dado mimos a la acuicultura hasta la saciedad. Tantos, que incluso ha provocado los celos de la pesca extractiva, con tanto empeño en promocionar la cría de peces. La ha favorecido en la reforma de la política común de pesca (PCP), le ha allanado el camino en la Organización Común de Mercados (OCM) y le ha reservado una importante dote en el Fondo Marítimo y Europeo de la Pesca (FEMP), nada menos que 1.200 millones de euros para el período 2014-2020.

Pero a pesar de ese protagonismo sin precedentes que se le ha otorgado en todos los reglamentos, la acuicultura europea -en la que Galicia juega un papel también muy relevante- se está quedando rezagada. Avanza a pasos irrisorios frente a las grandes zancadas que da este sector en otros países del resto del mundo, con China a la cabeza. Esa lentitud ha inquietado a la misma Comisión Europea, que apeló al Comité Económico Social y Europeo (CESE) en busca de un dictamen exploratorio para determinar por qué no se consiguen remover los obstáculos para que la acuicultura sostenible despegue en Europa. Y ese informe, redactado por el español Gabriel Sarró Iparraguirre, hace suya la inquietud de Bruselas y manifiesta «su grave preocupación porque la acuicultura de la UE no ha mejorado su situación». Y apunta a que los principales lastres de la actividad, que son la lentitud de los trámites administrativos, por un lado, y la falta de localizaciones, por otro, tienen una causa principal y clara: la compleja implementación por parte de los Estados y de sus regiones de las normativas ambientales de la UE, sobre todo la directiva marco de aguas, la relativa a la estrategia marina, junto a la Red Natura. Todo esto «conduce a unas exigencias a las empresas de acuicultura excesivamente gravosas económicamente». Y, aún encima, esos requisitos, «paradójicamente, no aseguran una mayor protección ambiental».

El problema es de tal índole que el CESE exhorta a la Comisión Europea a llegar hasta el límite de sus competencias para asegurarse de que los Estados se coordinan y, sobre todo, que simplifican al máximo los trámites burocráticos, al tiempo que garantiza que no colisionan las Administraciones nacionales y regionales. Porque una cosa tienen clara: si no se suelta lastre administrativo, la acuicultura europea no podrá aprovechar los fondos del FEMP, de la misma forma que tampoco se pudo beneficiar del FEP.

Iniciativas sin financiar

Asunto espinoso este de la financiación, pues el órgano asesor apunta su temor de que, por eso de reducir el déficit presupuestario, los Estados dejen de financiar iniciativas de acuicultura sostenible que podrían generar empleo y riqueza.

Por eso, a pesar de que reconoce los esfuerzos de los países a la hora de elaborar sus planes estratégicos plurianuales, subraya que subsisten los cuellos de botella, obstáculos que, a su criterio, «no están siendo abordados con suficiente vehemencia». Y esas trabas están localizadas, en su mayor parte, «en departamentos de las Administraciones públicas de los Estados miembros que han estado ajenos a la elaboración de los planes estratégicos y que, por ello, no los conocen». Así, requieren «la involucración activa de esos departamentos en la aplicación de los planes». Por último, el CESE insta a la Comisión a exhortar a los Estados y sus regiones a que en la implementación de las normas medioambientales europeas tengan en cuenta el desarrollo sostenible en sus tres vertientes.

España espera que el 2017 sea un punto de inflexión para el sector

La patronal de la piscicultura marina (Apromar) ha sufrido en sus propias carnes el lastre de la descoordinación entre niveles administrativos que ha impedido el despegue. De todos modos, desde la agrupación se muestran optimistas y confían en que este año se produzca el punto de inflexión «hacia una mejora sustancial de la situación de la acuicultura española, tanto marina como continental».

Apromar confía en que las acciones que ha desarrollado por su cuenta y las que se realizan en el marco del plan estratégico de la acuicultura española comiencen a dar frutos y el sector comience a crecer, a mejorar su competitividad y a incrementar el empleo. La llegada de los fondos comunitarios permitirá avanzar en la promoción del producto, como es el caso del sello Crianza de Nuestros Mares, en la innovación y la sanidad de las especies.

La patronal espera, además, que este año se publique la ley de acuicultura estatal que dentro de sus competencias tratará de mejorar y unificar la gestión acuícola de las comunidades autónomas y que potencie la inversión en los recién recuperados planes nacionales de acuicultura.

Las propuestas

Para facilitar el despegue, Apromar reclamará la aplicación máxima de las concesiones de ocupación del dominio público marítimo-terrestre, la autorización de la repoblación de ríos con trucha arco iris para la práctica de la pesca deportiva, así como la autorización del cultivo de trucha común. También reclama que se recupere la labor promocional del extinto FROM.

La necesidad de un foro europeo para debatir la situación y ofrecer recomendaciones

La línea creciente de la producción acuícola europea se truncó en el 2000. Es cierto que ha subido su valor, pero en cuestión de volumen sigue siendo prácticamente el mismo que entonces ponía en el mercado. Ni siquiera los planes estratégicos aprobados por los Estados han servido para dar impulso al sector. Y mucho menos se han resuelto la falta de una adecuada ordenación del espacio marítimo y la complejidad del proceso de autorización que denunció el Tribunal de Cuentas ya en el 2014.

Por eso el Comité Económico Social y Europeo (CESE) comparte la «absoluta necesidad» de contar con un foro europeo en el que participen todos los agentes implicados para debatir sobre la situación de la acuicultura y ofrecer recomendaciones a las instituciones europeas. Así que da la bienvenida al nuevo Consejo Consultivo de Acuicultura, aunque lamenta el retraso de su puesta en marcha que ha dejado un vacío entre su creación y la clausura del Comité Consultivo de la Pesca y Acuicultura. Ahora bien, lamenta que en este consejo la Comisión no se implique de la misma manera que en el antiguo comité y cree que esa menor vinculación puede afectar tanto a la capacidad de convocatoria como a la difusión de las recomendaciones. De ahí que prefiera que en lugar de ser un menor participante más, siga teniendo el rol protagonista.

El CESE ensalza el proceso de creación de un Consejo Consultivo de Mercados, dedicado a una puesta en el mercado más adecuada de los productos de la pesca y la acuicultura.


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