La piratería en el Índico está bajo mínimos diez años después del secuestro del Alakrana
Somos Mar
El atunero vasco «Alakrana» fue secuestrado el 2 de octubre del 2009 por piratas somalíes que retuvieron durante 47 días a sus 36 tripulantes, 16 de ellos españoles.
03 Oct 2019. Actualizado a las 15:01 h.
La piratería en el océano Índico está bajo mínimos, con ataques «absolutamente puntuales» a barcos, que son repelidos por la seguridad privada a bordo y por las fuerzas militares de la misión Atalanta, un escenario muy distinto al de hace justo 10 años, cuando fue secuestrado el atunero Alakrana.
La secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz y el secretario general de la patronal española de armadores (Cepesca), Javier Garat, han coincidido en este análisis, una década después del suceso que marcó un antes y un después en la estrategias de seguridad de los buques que faenan en esas aguas.
Para Villauriz, la situación «ha cambiado mucho» y los barcos pueden desarrollar su trabajo con más «tranquilidad», gracias a las medidas de seguridad. Actualmente, se puede producir algún ataque «muy esporádico» que cuenta con la respuesta «rápida» de los sistemas de vigilancia marítima y aérea establecidos.
La secretaria general de Pesca ha defendido la funcionalidad de la misión Atalanta de la Unión Europea (UE) contra la piratería, de la que forma parte España, que comenzó antes del secuestro del Alakrana como reacción al incremento de la inseguridad en el Índico.
Tras el suceso, cada barco incluyó seguridad privada a bordo, un refuerzo al que contribuyó el Gobierno, con ayudas a los armadores para poder sufragar parte de los gastos, según Villauriz, quien subraya la colaboración entre la UE y Somalia para que dicho país, del que suelen proceder los piratas, ayude a controlar la situación.
Desde el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación mantienen un contacto fluido con el de Defensa para informar en cada momento del número de barcos en la zona, su posición y su actividad.
Los armadores, por su parte, han valorado que la operación Atalanta, la misión naval de la UE de lucha contra la piratería, siga vigente y el buen funcionamiento de la seguridad privada.
El secuestro del atunero obligó a contar con tres o cuatro agentes a bordo, pero «gracias a las acciones de unos y otros» la piratería «en los últimos años ha descendido considerablemente», ha señalado el secretario general de Cepesca, Javier Garat.
A pesar de ello, sigue habiendo ataques «aislados» que «han sido repelidos y, afortunadamente, no ha habido ninguna desgracia más».
Según Garat, las administraciones ya no subvencionan parte de los gastos por esta seguridad privada: «Lo pagamos al 100 % las empresas. Desde luego, las ayudas (públicas) serían bienvenidas».
Desde el Estado Mayor de la Defensa han señalado que la piratería en las aguas de Somalia se «ha erradicado» en la última década, pero «no conviene bajar la guardia porque sigue latente». Del 2009 al 2011, eran asaltados cada año en torno a 50 barcos, unas cifras que han descendido «a prácticamente cero».
Según la misma fuente, conseguir llevar ante la Justicia a estos piratas es «uno de los éxitos de la misión europea», porque la UE ha alcanzado acuerdos con países de la región para que sean juzgados.
El atunero vasco «Alakrana» fue secuestrado el 2 de octubre del 2009 por piratas somalíes que retuvieron durante 47 días a sus 36 tripulantes, 16 de ellos españoles.
Dos piratas fueron capturados y la Audiencia Nacional les impuso una pena de 439 años de cárcel, que fue finalmente rebajada a 403 años por el Tribunal Supremo.
En la sentencia, la Audiencia Nacional aseguró que «sin duda alguna» fue el Gobierno español, y no la empresa armadora, el que pagó el rescate para la liberación del atunero, extremo que negó en su día la ministra socialista Trinidad Jiménez al frente de Asuntos Exteriores.