España presiona para poder pescar el año que viene lo que no se extrajo este
Somos Mar
Quiere que se modifique el reglamento para aumentar el 10 % permitido ahora
14 May 2020. Actualizado a las 05:00 h.
Pescar el año que viene lo que no se haya podido capturar este. Al menos más de ese 10 % al que ya autoriza por defecto la política común de pesca (PCP) con la denominada flexibilidad interanual. Un capítulo que hace posible adelantar al ejercicio en curso ese porcentaje de la cuota del año siguiente y viceversa, traspasar a la temporada posterior un 10 % de la cantidad sobrante en la presente.
Puede que en una campaña anual normal esa proporción de intercambio tenga sentido. Pero en un ejercicio excepcional como este -«extraño», en calificativo del ministro de Agricultura y Pesca, Luis Planas-, en el que la pandemia del coronavirus ha trastocado desde la forma de trabajar en los barcos, hasta los flujos comerciales e incluso la forma de consumir pescado y las especies de pescado, puede que haya que abrir la manga en esa transferencia de cuotas.
Esa fue la principal reivindicación que trasladó ayer Planas en un Consejo de Ministros de Agricultura y Pesca, una cumbre telemática en la que los responsables comunitarios hicieron un repaso del impacto de la crisis sanitaria en el sector de la pesca y la acuicultura. Esa es una de las demandas que el sector trasladó a las autoridades pesqueras en cuanto estalló la crisis que llevó a muchos a cesar en la actividad extractiva. Elevar la flexibilidad interanual por encima del 10 % «nos parece muy relevante, puesto que estamos en una situación que no es normal, en la que hay ajustes de oferta y demanda, donde en ocasiones la flota no ha salido a faenar en determinadas pesquerías y en zonas concretas y eso supone que los recursos pesqueros extractivos no han sido consumidos y creemos que debe poderse de forma ajustada acumular a la campaña siguiente para que no sean pérdidas», expuso Planas.
Y ese trasvase, a su juicio, no debe circunscribirse solo a las aguas comunitarias, sino que debe afectar a todas las zonas de pesca. Por eso el ministro español trasladó la petición de que esa solicitud se transmita a las organizaciones regionales de pesca (ORP) para que se aplique la medida en las cuotas que estas gestionan.
Modificación de fondos
Planas encontró en la cumbre virtual el foro oportuno para agradecer a la Comisión y a los demás Estados miembro los esfuerzos realizados para introducir las modificaciones necesarias del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP) para hacer frente a los efectos de la crisis. «Supone un instrumento muy positivo que nos permitirá movilizar 50 millones de euros en lo relativo a los fondos europeos y nacionales para paradas de flota, almacenamiento y las ayudas a las organizaciones de productores, sin olvidar a la acuicultura y las mariscadoras». Eso sí, entiende el ministro que, para que sea eficaz, es necesario que el nuevo FEMP cuente con una dotación suficiente. Planas anunció, asimismo, que España está diseñando con las comunidades autónomas un mecanismo más rápido y eficaz para que el sector acceda a estos apoyos y pueda recuperar la actividad normal a la mayor brevedad posible.
Las cofradías gallegas confían en que la Xunta les dé el apoyo económico que les niega Europa
Tienen cabida los armadores, los tripulantes, las empresas de acuicultura, las mariscadoras, las organizaciones de productores..., pero no las cofradías de pescadores. No se ha encontrado para esas corporaciones de derecho público colaboradoras de la Administración, un encaje legal para hacerles llegar las ayudas que la Comisión Europea ha previsto para el sector para mitigar el impacto de la pandemia del coronavirus. Y, sin embargo, los pósitos se han visto arrastrados a continuar operando, haciendo tareas de una Administración sin atención al público y manteniendo abiertas las lonjas como parte del servicio esencial que es el abastecimiento de alimentos. Eso sí, sin ingresar lo suficiente para pagar la luz, el teléfono, las fábricas de hielo y el material de protección, y sin derecho a ayudas como tales entidades.
Con esos argumentos, el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez, demandó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, al que acompañó en una visita presencial a la lonja de Ribeira, apoyo económico para hacer frente a la merma de ingresos que ha supuesto una menor actividad de la flota artesanal debido al cierre del principal cliente de este segmento: la hostelería y la restauración.
Tanto Feijoo como la conselleira de Mar, que lo acompañó en la visita el martes, «amosaron a súa predisposición a valorar esta situación», apuntan desde la federación gallega.