Un velero roza el casco del megayate ruso de 417 millones fondeado en Vigo
Somos Mar
A bordo de la pequeña embarcación iban un patrón y varios niños. El capitán del barco de recreo de un millonario ruso, el SYA, avisó a su consignataria y a la Capitanía Marítima de Vigo pero luego no denunció.
31 Mar 2021. Actualizado a las 22:54 h.
Un velero pontevedrés, tripulado por un patrón con varios niños a bordo, rozó el casco del megayate A, fondeado en la ría de Vigo, y le dejó marcas de pintura, según comprobó la naviera. Tras el impacto, la pequeña embarcación mantuvo el rumbo lateral, navegando varios metros en paralelo rozando el costado del coloso marino hasta que el palo tocó la puerta levadiza de la carlinga, que lo frenó. Aunque inicialmente, se hablaba de rascazos, la investigación posterior de la compañía evita hablar de golpes y dice que el velero solo lo rozó y le dejó una marca de pintura en el casco. No habría golpes, sino solo un rastro de pintura causado por la fricción.
El capitán del yate Sailing Yacht A (SYA) anunció a su consignataria en Vigo, Joaquín Davila & Cía., su intención de denunciar al velero ante la Capitanía Marítima de Vigo porque le generó un rascazo de más de un metro de longitud. La consignataria ha recibido el aviso esta mañana en las oficinas de Vigo. El megayate, técnicamente un velero híbrido con motor accesorio, costó 500 millones de dólares (417 millones de euros, a la cotización actual) y es propiedad del millonario e industrial ruso Andrey Melnichenko. Finalmente, la compañía desistió de reclamar por los daños.
A bordo del yate SYA disponen como prueba del siniestro marítimo de un vídeo que registra los momentos próximos al impacto. Los tripulantes grabaron con su sistema de cámaras de vigilancia la matrícula del velero, que tiene unos cinco o seis metros de eslora y está matriculado en la provincia marítima de Vigo, aunque su numeración corresponde a la zona de la ría pontevedresa.
El incidente fue el domingo en un contexto en el que decenas de aficionados a la vela de la ría de Vigo salieron a navegar durante el soleado fin de semana y el comienzo de Semana Santa para ver de cerca el súperbarco de recreo ruso, que se convirtió en un atractivo para los amantes de la náutica. El yate SYA acabó rodeado de una nube de veleros y, uno de ellos, se acercó demasiado y, al cortarse el viento, fue arrastrado contra el barco ruso. El golpe fue leve pero le dejó una marca o rascazo que, probablemente, obligará a realizar labores de chapa y pintura.
En el velero viajaban dos adultos, una niña y un adolescente y probablemente otro niño más. Al ver que se iban contra el casco del megayate, los menores dieron gritos y se movieron nerviosos a bordo mientras el patrón intentaba controlar el rumbo sin éxito. Uno de los menores extendió el brazo para presionar el casco y apartar la pequeña embarcación. En las maniobras, el mástil tocó con la puerta levantada de la carlinga del yate, que estaba abierta mientras un operario observaba el incidente. Al hacer tope, la barca se paró.
Fuentes de la consignataria Joaquín Dávila & Cía. confirmaron que la intención del capitán del yate SYA era denunciar al infractor. Recalcan que el rascazo no es pequeño y que el vídeo grabado demuestra que el velero se colocó muy cerca del casco. En ese momento hacía viento pero el casco del yate SYA es tan alto que provocó un «efecto muro» y cortó la corriente. Sin viento, los ocupantes del velero perdieron el control y golpearon el costado del megayate ruso. Finalmente, la propiedad del SYA renunció a reclamar daños y perjuicios al tratarse de un incidente leve que dejó marcas de pintura.
El sistema de cámara del buque captó el roce y en las imágenes se aprecia que el velero tiene matrícula de la séptima lista, lo que corresponde a la base de Vigo. En aquel momento, había hasta medio centenar de veleros rodeando el megayate, hasta el punto de que los prácticos del Puerto definieron la escena jocosamente como un barco rodeado de una colonia de «formigas».
El megayate SYA lleva varios días fondeado en la ría y ha coincidido en la misma zona con otro gran buque de lujo, el Azzam, que ya está atracado en los muelles de Vigo para una estancia de cien días.