«Non queremos o monopolio da mexilla, só protexer o noso medio de vida», dicen las cofradías
Somos Mar
Satisfacción entre los percebeiros por la creación de santuarios, mientras los bateeiros se plantean pedir el apoyo de toda la cadena para un paro o una manifestación
02 Dec 2021. Actualizado a las 07:19 h.
La luna se ha alineado para contener la tensión entre bateeiros y percebeiros tras la decisión de la Xunta de vedar amplias zonas de costa en un intento de proteger el crustáceo. El primer día de la campaña de extracción coincidió con una marea muy poco propicia para la recolección de cría para encordar en las bateas, así que no hubo mucha afluencia de mejilloneros a las rocas.
El único incidente registrado nada tiene que ver con las nuevas normas de extracción de semilla de mejillón, sino con el riesgo inherente a la actividad extractiva: una lancha de Vilanova con cuatro personas a bordo que iban a la mejilla volcó en Porto do Son y sus tripulantes consiguieron alcanzar a nado la costa.
Con todo, la cólera que el lunes pasado hizo saltar por los aires la Comisión do Mexillón sigue latente. El malestar de los bateeiros tras ver reducida su área de actuación bulle desde entonces en las numerosas reuniones que está manteniendo el sector, que se está organizando para mostrar su rechazo a lo que consideran un ataque a su actividad. «Sin mexilla, non hai mexillón», insisten, poniendo el acento en todo el arrastre económico que esa semilla tiene detrás en Galicia. Por eso van a pedir el apoyo del resto de la cadena: cocederos, depuradoras, conserveros... Respaldo para ese paro que plantean unos o la manifestación en Santiago por la que se decantan otros.
A la importancia socioeconómica del recurso también se remiten los percebeiros, la otra parte del conflicto. Por más que no se hayan recogido en la resolución de la Xunta todas las zonas que querían ver protegidas los percebeiros, en general se ha atendido «o que levamos reclamando dende hai tempo», señala José Rosas, patrón mayor de Bueu y presidente de la Federación Provincial de Pontevedra, que no es más que una protección «das zonas máis sensibles para protexer o noso medio de vida».
Rosas dice que la medida que tomó la Consellería do Mar es una «decisión difícil, pero valente», y sobre todo, «xusta e que había que facer polo ben da convivencia». Recalca que no se pide un reparto salomónico del litoral, «senón só que se vede un 10 % para garantir a nosa supervivencia».
El presidente de la federación de Pontevedra rechaza las insinuaciones de que las cofradías pretenden controlar la extracción de cría: «Non queremos o monopolio da mexilla —afirma tajante— só protexer o noso medio de vida». En este sentido, recuerda que los bateeiros lo tienen muy fácil si quieren atajar la posibilidad de que la extracción de cría quede en manos de los mariscadores: «Basta con que non firmen ningún convenio coas confrarías». Porque la orden del 2000 que regula la extracción de mejilla solo permite recogerla a titulares de bateas o a mariscadores de cofradías que hayan suscrito acuerdos con agrupaciones de mejilloneros.
Además, la prohibición de extraer mejilla en las zonas delimitadas afecta tanto al colectivo de bateeiros como al de percebeiros. «Ningún pode extraer mexilla», confirma la Xunta.