Francia sorprende a su propia flota al rebajarle 0,35 euros el litro de gasoil
Somos Mar
La pesca española se queda de piedra porque España sigue mirando a Bruselas
18 Mar 2022. Actualizado a las 04:50 h.
En Francia no han esperado por los demás. Su flota y otros sectores productivos tienen un problema ahora —el de un combustible disparado que amenaza la viabilidad de las empresas— y su Gobierno se ha aprestado a solucionarlo. No ha reparado en que se trata de un mal general, que afecta al común de los socios en la Unión Europea (UE), a los que, por cierto, Francia dirige este semestre desde la presidencia de turno del Consejo. Está en riesgo la operatividad de su flota y la soberanía alimentaria y el país ha tomado medidas, sin esperar a la cumbre de ministros de Pesca del lunes, a esa a la que Luis Planas confía las acciones dirigidas a enfriar los grados a los que ha subido el combustible pesquero.
La dirigida a los pescadores fue la primera de las medidas específicas a los sectores más afectados que anunció el primer ministro de Francia, Jean Castex, con la vista puesta en mantener una actividad que contribuye a la soberanía alimentaria: «Hoy en día, algunos barcos permanecen amarrados debido al alto precio del combustible, que en ocasiones representa más de dos tercios de sus gastos de explotación. A reducir ese porcentaje se dirige la «ayuda económica excepcional del Gobierno equivalente a 35 céntimos por litro de gasoil de pesca», una rebaja que está en vigor desde ayer y hasta el 31 de julio. Todo para que los barcos «puedan volver al mar lo antes posible».
Así como se sabe que el montante de la ayuda para los agricultores es de 400 millones de euros, Castex no pudo precisar lo que supondrá para las arcas francesas la rebaja para los pescadores, para los que, además, se está estudiando con los puertos regionales y departamentales una rebaja en las tasas que deben satisfacer. Ni que decir tiene que esta medida, que ha sorprendido a la mismísima flota francesa: «Treinta y cinco céntimos es una rebaja importante», admitía Olivier Leprêtre, el presidente del comité regional pesquero de Hauts-de-France en declaraciones recogidas por France Bleu. Castex ha asombrado a sus pescadores y dejado de piedra a los profesionales españoles, a los que su Gobierno ha hecho dirigir la mirada a Bruselas, mientras, al lado, otros Estados facilitan la continuidad de la actividad pesquera en aras del abastecimiento alimentario de un producto que no en pocas ocasiones acaba en el mercado español.
Ultimátum en España
Ese malestar podría influir en la decisión que debería tomar hoy mismo la flota española sobre si dar o no más margen mayor al ministro de Pesca, Luis Planas, para que se reúna con el sector y anuncie medidas paliativas. La pesca había pactado realizar un amarre a partir del día 21 si antes no era recibida por la máxima autoridad pesquera española y esta no presentaba un paquete de acciones para reducir un gasto de explotación que, en algunos casos, se ha encaramado por encima del 60 %. Sin embargo, al conocer que planea recibirlos la semana que viene, después del Consejo de Ministros de Pesca en el que deberían analizarse acciones conjuntas para embridar el gasoil desbocado, tanto la patronal Cepesca como la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores sugirieron la posibilidad de aplazar esa fecha límite. Ahora bien, tendrá que ser el sector en conjunto el que decida si conceder ese margen o negarlo.
De todos modos, el problema más acuciante ahora es otro: la imposibilidad de poner en el mercado las capturas de la flota. El paro del transporte se está cebando en los sectores primarios y muchas lonjas, como la de Celeiro, encadenan varios días sin subastas para la exportación.