Nueva Pescanova envasará productos congelados con plásticos recuperados en playas y cauces fluviales

La multinacional petroquímica Sabic (Saudi Basic Industries Corporation) y la empresa portuguesa especializada en plástico y materiales flexibles Polivouga van de la mano en el proyecto TruCircle, que busca reutilizar plásticos ya desechados y recuperados en vías fluviales a menos de 50 kilómetros del mar, con gran riesgo, por tanto, de acabar en mares y océanos. Como conejillo de indias: Nueva Pescanova. La multinacional pesquera con sede en Chapela será la que probará el resultado de la primera solución de envasado de alimentos congelados que alumbren Sabic y Polivouga, según han recogido varias publicaciones especializadas, entre ellas Alimarket.

Se trata de un material pionero a nivel mundial en usar polietileno reciclado (PE) circular certificado de Sabic a partir de materia prima procedente de plástico recuperado de playas y zonas costeras. Ese envase en el que Nueva Pescanova ha probado en algunas de sus referencias se lanzará un envase que se lanzará oficialmente el 8 de junio, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos.

Mediante el reciclaje avanzado, Sabic transforma los plásticos abandonados en el mar en una materia prima alternativa que luego utiliza para producir polímeros circulares certificados: PEBD lineal y PEBD. Polivouga los transforma después en film para envases flexibles y, finalmente, Nueva Pescanova envasa sus productos de mar congelados en bolsas hechas con esta película plástica.

«Esta solución circular de envasado es apasionante para nosotros porque demuestra que el plástico usado que podría acabar en nuestros mares se puede reintegrar a un flujo de materiales circular para ser convertido en envases alimentarios de alta calidad», expuso Sami Al-Osaimi, vicepresidente de PE y ventas de la multinacional saudí.

Por su parte, el consejero delegado del grupo Nueva Pescanova, Ignacio González, subrayó la responsabilidad añadida que tiene una «empresa de productos del mar» en el cuidado de mares y océanos, «los ecosistemas de los que depende nuestra actividad y que debemos cuidar entre todos». Esta iniciativa, a la vez que evita que esos desechos acaben en el medio marino, permite a la compañía avanzar en el objetivo de conseguir que en el 2025 «el 100 % de nuestros embalajes sean reciclables».

La solución basada en el reciclaje de los plásticos abandonados está certificada por el programa Zero Plastic Oceans y por la cadena de custodia Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC) PLUS. Esto significa que el flujo de materiales se controla y rastrea desde el plástico ligado al océano hasta el envase final conforme a un conjunto de normas predefinidas y transparentes.