La Voz de Galicia

El Piedras se fue a pique en llamas cuatro horas después de sufrir una vía de agua en Gran Sol

Somos Mar

Marcos Gago Marín / La Voz

La armadora confirmó que toda la dotación del pesquero está a salvo. Es el segundo barco de Marín que se hunde desde febrero, esta vez sin víctimas

01 Jun 2022. Actualizado a las 21:41 h.

El Piedras, un barco de bandera inglesa pero con base en Marín se hundió esta tarde en aguas de Gran Sol, según ha confirmado testigos del naufragio, que también informaron de que los once miembros de la tripulación se encuentran a salvo.

La embarcación marinense sufrió una vía de agua que forzó al traslado de los tripulantes por razones de seguridad y que se encuentran en el Armavén 1, otro barco gallego que estaba faenando en la zona. «Todos están bien, que es lo importante», señala la armadora. 

El gerente de la asociación de armadores de Marín, Juan Carlos Martín, explicó que el barco acababa de descargar pescado en el puerto de Castletown y, de hecho, esa mercancía se subastará hoy en Vigo, a donde llegó por vía terrestre en carga frigorífica. El Piedras volvió a hacerse a la mar y esta pasada madrugada se produjo la vía de agua que motivó que se activase el operativo de salvamento.

Juan Carlos Martín señaló que cerca del Piedras se encuentra el Armavén 1, al que se trasladó a nueve de los once tripulantes del pesquero accidentado; en ese momento solo quedaron a bordo el patrón y el jefe de máquinas. Sin embargo, ante la gravedad de la vía de agua, se optó por desalojar totalmente el pesquero y ahora mismo sus once tripulantes se hallan a bordo de la otra embarcación. Entre los marineros hay gallegos, marroquíes y ghaneses.

El pesquero se fue hundiendo poco a poco. Este mediodía era visible fuego a bordo y presentaba una fuerte escora a babor, según Salvamento Marítimo. Irlanda movilizó un equipo con bombas de achique para intentar sofocar el incendio. Pasadas las 14.00 horas, cuatro horas después de la alarma, el capitán del Armavén 1, el buque que rescató a los marineros, confirmó a este periódico que el barco acababa de hundirse.

El capitán del Armavén Uno: «Están todos bien, todos en perfecto estado de salud»

Cuando el Piedras dio la señal de alarma por la vía de agua que acabó hundiéndolo en el caladero del Gran Sol, cerca suya se encontraba otro barco con bandera británica, pero con armadores y tripulación gallega, el Armavén Uno. El capitán de este segundo pesquero, Jesús Rea, vecino de Marín, explica cómo fue el operativo de rescate. «Nos acercamos allí y una vez que estuvimos muy cerquita de ellos echaron una balsa, se subieron nueve tripulantes a bordo, nos acercamos a la balsa, subieron por el costado por la escalera y el capitán y el jefe de máquinas quedaron a bordo». Los dos intentaron durante una media hora más «ver qué se podía hacer». Sin embargo, la situación fue empeorando cada vez más y, según el relato del capitán del Armavén Uno, «cuando vieron que no se podía hacer nada, el capitán y el jefe de máquinas subieron a la balsa, se separaron del barco, nos acercamos y los cogimos», subraya. «Fue así de sencillo», comenta.

Sobre el estado de salud de los once tripulantes del barco siniestrado,Rea quiso transmitir un mensaje de tranquilidad. «Están todos bien, todos en perfecto estado de salud. Nerviosos, pero todo perfecto». Mientras   relataba cómo había sido el rescate, Rea también pudo comunicar en directo los últimos momentos del Piedras. Era en torno a las dos y cuarto de la tarde, mientras atendía las preguntas de La Voz de Galicia, Rea indicó: «Te puedo decir que se acaba de hundir ahora mismo, le queda solo la proa a la vista». Tres minutos después, añadió: «Ya desapareció el barco, ahora ya no está».

Afortunadamente, en esta ocasión, solo hay que lamentar la pérdida del barco. Una de las claves del rápido desenlace estuvo precisamente en las circunstancias y el momento en que se produjo la vía de agua en el Piedras. El capitán del Armavén Uno precisa: «Nosotros estamos en contacto permanente. Estábamos trabajando juntos los dos barcos». Al emitirse el aviso de peligro, todo el operativo fue más rápido. «El mar estaba en calma, eso fue lo bueno», recalca Rea. La tripulación del Piedras pudo echar sin riesgos la balsa al mar, que se abrió automáticamente, y bajar por el costado y subirla, para poder ser rescatados por el Armavén Uno. Ahora el barco navega en dirección al puerto de Castletown, en Irlanda. «Todos se encuentran bien, no hay ni golpes ni nada, todo bien, hubo tiempo a hacer todo».

 


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