Cuando las orcas desvían tu camino: así arrastran a un velero en A Coruña
Somos Mar
La embarcación, con rumbo Sada, tuvo que ser remolcada por Salvamento Marítimo
19 Sep 2022. Actualizado a las 20:34 h.
Las orcas se han convertido en unas vecinas cada vez más protagonistas de nuestras costas, no en vano el mar es su medio. De vez en cuando saltan noticias sobre su interacción con los navegantes humanos. Algunos sustos, con bolladuras incluidas, y también imágenes increíbles. No sabemos si más asombro o susto se llevaron los tripulantes de un velero, el Neiva 1, que surcaba el litoral coruñés rumbo a Sada este fin de semana.
«Impresionantes imágenes de este fin de semana. El velero Neiva 1 navegaba de Vigo a Sada y a la altura de Fisterra ocurrió esto. Tuvieron que ser remolcados por Salvamento Marítimo tras ser arrastrados durante minutos por un grupo de orcas», publica en su cuenta de Instagram el programa Voces de A Coruña, de Radio Voz.
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«El sábado, a las 17.21 de la tarde, recibimos la llamada del velero Neiva 1 por un ataque de cuatro orcas. En un primer momento desplazamos la Salvamar Regulus hasta la embarcación, a cinco millas al sur de Fisterra. Los tres tripulantes dijeron sentirse bien y que iban a intentar llegar al puerto de Muxía por sus medios. Sin embargo, unos minutos más tarde volvieron a ponerse en contacto con Salvamento. Su barco había sufrido daños y tuvieron que ser remolcados por el Salvamar Regulus hasta el puerto de Fisterra», apuntan desde Salvamento Marítimo.
«Nos rodearon, en unos minutos pasaron de estar a más de una milla a ponerse a nuestro lado. Eran cuatro o cinco, creemos que cuatro, una de ellas una cría. Impresiona lo rápido que se mueven, y lo grandes que son. Golpearon el barco y su objetivo era el timón, no pararon hasta que arrancaron la pala del timón», describe el momento Miguel, el patrón coruñés de este velero de 13 metros de eslora. En siete años de experiencia, nunca había vivido un momento así. Ahora están esperando a que se repare el velero para poder trasladarlo a Sada.
El incidente, que afortunadamente quedó en sobresalto y sin dejar heridos, no deja de ser un recordatorio de que, mar adentro, no navegamos solos.