Galicia se libra del cupo cero de jurel, pero solo lo podrá pescar de forma accidental
Somos Mar
El ministro Planas habla de resultado «sinceramente positivo» en la cumbre de la UE, destaca los logros en merluza ibérica y caballa y los aumentos en lenguado y abadejo. Justificó su voto en contra por sus divergencias con el reglamento del Mediterráneo occidental
23 Dec 2022. Actualizado a las 13:04 h.
Cuarenta y ocho horas después de haber llegado al edificio del Consejo de la UE para empezar a negociar los totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas para el 2023, los ministros de pesca de los Veintisiete consiguieron alcanzar un acuerdo. Un acuerdo que no apoyó España por principios. Porque rechaza el reglamento del Mediterráneo occidental que por varias cuestiones tiene denunciado en los tribunales.
Pese a todo, un Luis Planas que vio confirmados sus peores augurios sobre la longitud y dificultad de la cumbre, habló de un resultado «sinceramente positivo para España y su sector pesquero». Un «buen resultado» porque en circunstancias complicadas -no están cerradas las negociaciones con el Reino Unido y están bloqueadas las de Noruega- se han logrado incrementos de capturas en especies importantes para la flota, como la merluza, el rape, el gallo e, incluso, se han reconducido los recortes planteados para el lenguado y el abadejo -que seguirán como este año- y porque se han conseguido limitar los recortes en el Mediterráneo.
La situación del xurelo
Los mayores logros están en cuanto a la merluza de aguas ibéricas, para la que se ha establecido un TAC de 9.953 toneladas, un cupo que duplica el del 2022, supera en un 10 % la cuota revisada este año y constituye la mejor cifra en 8 años, para tranquilidad de los 1.200 barcos del Cantábrico que viven de esta especie. En la xarda también hay buenas noticias. Se incrementa un 20 %, hasta las 29.439 toneladas. Y a diferencia de otros años será íntegra para los 900 barcos del norte que la explotan, dado que, por fin,se ha acabado de pagar la multa pendiente por sobrepesca.
Tampoco habrá TAC cero para la anguila, que tendrá una veda de seis meses en vez de tres que se podrá aplicar en dos períodos, y se ha conseguido esquivar el que se planeaba para el jurel. Se ha aprobado un TAC de 3.271 toneladas, pero no se podrán capturar de forma dirigida. Queda solo para accesoria, lo que augura un mal año para el cerco gallego, dependiente de esta especie.
Y aunque no han concluido las negociaciones con el Reino Unido, sí hay algunos avances que el ministro trasladó a los medios. Como que «por primera vez la flota tendrá licencias para pescar bonito en aguas del Reino Unido». O que habrá un 5 % más de merluza en Gran Sol, un 11 % más de rape y un 14 % más de rapante.
Para otros stocks no ha quedado más remedio que prorrogar los TAC de este año y fijar provisionalmente un 25 % de la cuota para el primer trimestre. Es, sobre todo, por el bloqueo de Noruega, reticente a firmar un acuerdo con la UE. Planas expresó públicamente su preocupación por esta situación.
El comisario europeo de Pesca, Virginijus Sinkevicius, admitió que lo acordado implica «algunas medidas difíciles» para el sector pesquero e instó a los pescadores a contar con las ayudas financieras de la UE: «podrán contar con el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca» y con otros instrumentos de apoyo, señaló en rueda de prensa.
Sobre el voto en contra de España en torno a la pesca en el Mediterráneo, el eurocomisario explicó que pese a los avances logrados en los últimos años en la recuperación de las poblaciones, «hacen falta más esfuerzos» en esas aguas.
Galicia, insatisfecha
A pesar del moderado optimismo de Planas, el resultado de las negociaciones ha caído como un jarro de agua fría en Galicia. La conselleira de Pesca, Rosa Quintana, no dudó en calificar de «mal acuerdo» el reparto pactado por los Veintisiete para el 2023, augurando «muchas dificultades» para una parte de la flota gallega, empezando por el cerco.
Quintana ha criticado a Bruselas la «falta de empatía» y la «intransigencia» mostrada por la Comisión, que ha vuelto a dejar de lado los criterios socioeconómicos y no ha tenido en cuenta todos los informes científicos disponibles sobre el estado de salud de las poblaciones de especies como el xurelo. Algo que ya ocurrió en su momento con la merluza y que derivó en un recorte de su cuota durante varios años hasta que la Comisión tuvo que admitir un error en el método de cálculo. «El jurel puede estar pasando una situación semejante», ha señalado en una entrevista a Radio Galega, en la que ha cargado contra la decisión de reforzar la veda de la anguila, que pasa de tres a seis meses.
¿Será el 2023 un año aciago para la flota gallega? Quintana lo descarta: «No será un año de los peores» para los marineros gallegos. Y es que el incremento de las posibilidades de pesca para la merluza, el lenguado, el rape o abadejo les ofrece una vía de escape.
¿Tendrán que paralizar la actividad algunos barcos? La conselleira manifestó su deseo de que eso no ocurra, recordando que tendrán a su disposición ayudas en caso de no poder continuar pescando.