La Voz de Galicia

Toda la flota tendrá que estar localizada y tener diario electrónico en el 2030

Somos Mar

E. Abuín Redacción / La Voz

Llevarán cámaras barcos de más de 18 metros con mayor riesgo de descartes

31 May 2023. Actualizado a las 19:33 h.

Tras toda una legislatura de discusiones, debates, negociaciones y dos años de trílogos —con amenaza de retirada del texto por parte de la Comisión incluida—, Consejo y Parlamento Europeo, bajo la presidencia sueca, alcanzaron el martes un acuerdo provisional sobre el reglamento de Control Pesquero. Sí, la normativa que viene a modernizar la vigilancia de la actividad extractiva para garantizar que los buques de la UE y los que faenan aguas comunitarias cumplen las disposiciones establecidas en la política pesquera común (PPC). Sí, la normativa que levantó en protestas a la bajura por imponer la geolocalización y el diario electrónico de a bordo. Y la que amenazaba con convertir en un Gran Hermano el trabajo a bordo de un pesquero.

No será tanto. Las cámaras a bordo, que serán de circuito cerrado de televisión (CCTV) y no tendrán un seguimiento continuo, únicamente las instalarán los buques de más de 18 metros de eslora y ni siquiera todos. Las llevarán, dentro de cuatro años, aquellos que, previa realización de un análisis de riesgo por parte del Estado miembro, sean más susceptibles de incumplir la obligación de desembarque (OD).

La geolocalización también se generalizará. Más tarde o más temprano, toda la flota estará permanentemente localizada por satélite, incluso aquella que faena a escasas millas de la costa. Los de entre nueve y doce metros, dentro de cuatro años. Los que midan menos de 9 metros demorarán ese seguimiento hasta el 2030. Pero para entonces, toda embarcación de pesca deberá llevar un dispositivo que comunique su situación. Y lo mismo ocurre con la transmisión de datos de capturas, que tendrán que mandarlos a través de un diario electrónico de pesca. Se exceptúan las mariscadoras, pues, según fuentes de la Eurocámara, se habría aceptado un sistema como se realiza en Galicia, a través de puntos de control que recopilan el volumen de capturas.

Otro asunto que motivó amplias discusiones fue el control de la pesca recreativa. El pacto del Consejo y el Parlamento impone el registro de capturas y su comunicación a través de medios electrónicos.

También se revisa el sistema de sanciones, pues se establecerán unas cuantías mínimas para las infracciones graves de las normas de la política pesquera común, como alternativa a las sanciones penales y se acordará a nivel de la UE una lista de criterios comunes para algunas de las infracciones graves enumeradas.

Asimismo, se mejora la trazabilidad a lo largo de la cadena de suministro, que afectará los productos transformados, incluida la conserva.

En cuanto al margen de tolerancia, uno de los puntos más polémicos que casi llevaron a la Comisión a retirar el texto normativo, se permitirá que haya un 10 % de diferencia por especie entre la pesca estimada a bordo y la finalmente desembarcada. Ese porcentaje subirá al 20 % para cualquier otra especie a bordo que no supere los cien kilos. Y en el caso de los pequeños pelágicos, la pesca industrial y el atún tropical, el margen de tolerancia será del 10 % de la cantidad total registrada.

Próximos pasos

El texto del acuerdo debe ser adoptado formalmente por el Parlamento Europeo y el Consejo. Está previsto que se someta a votación en una de las próximas reuniones de la Comisión de Pesca de la Eurocámara.

La ponente del informe, la eurodiputada socialista Clara Aguilera, celebró que se haya cerrado el acuerdo «exactamente cinco años después de que la Comisión propusiera la revisión del sistema de control pesquero». Recuerda que esta es la última propuesta que faltaba por revisar de la política pesquera común (PPC). «Una propuesta que nos pondrá a la cabeza en el control con digitalización, armonización de las normas y trazabilidad total de los productos pesqueros».

El eurodiputado gallego Francisco Millán, que durante los últimos cinco años ha participado en las negociaciones en nombre de los populares, calificó el acuerdo de «equilibrado y gradual» y descató que protege al sector «frente a la deriva ecologista radical de la Comisión Europea». Lo dice porque, a su juicio, el acuerdo «es mejor que el texto que el Parlamento Europeo aprobó en primera lectura en el año 2021 y es mucho mejor que la propuesta que presentó la Comisión en el 2018», que, por cierto, llevaba el sello del comisario maltés Karmenu Vella, no del actual, Virginijus Sinkevicius.

Millán Mon puso en valor que el pacto refuerza el control de las importaciones y la protección de los pescadores europeos frente a la pesca ilegal en terceros países, avanzando en el deseado terreno de juego igualitario internacional. «La digitalización del control de las importaciones, el conocido como sistema Catch, evitará que accedan al mercado europeo productos del mar de dudoso origen».

El comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevi?ius, señaló que «al revisar y actualizar el sistema de control de la pesca, aseguramos un control más efectivo sobre el uso de nuestros valiosos recursos marinos y una mejor aplicación de las reglas en el futuro. Con el acuerdo también estamos haciendo que el control de la pesca sea adecuado para el futuro mediante un mayor uso de tecnologías digitales. Nuestro logro de hoy demuestra que las largas y difíciles discusiones a lo largo de los años valieron la pena todos los esfuerzos».

 


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