La Voz de Galicia

El Ártabro regresa tras grabar al Villa de Pitanxo a 740 metros apoyado de babor

Somos Mar

j. ROMERO REDACCIÓN / LA VOZ

Los peritos creen que las imágenes tomadas son suficientes para la investigación

05 Jun 2023. Actualizado a las 15:58 h.

Fin de la misión. El buque Ártabro, que la empresa viguesa de servicios submarinos ACSM destinó a la búsqueda, localización e inspección del Villa de Pitanxo en aguas del Atlántico norte, puso ayer por la tarde rumbo de regreso a Vigo al considerar los peritos que las imágenes recogidas por el robot submarino eran suficientes para la investigación del naufragio.

El buen tiempo en el Flemish Cap —el caladero a 250 millas de Terranova en el que estaba faenando el pesquero del Grupo Nores cuando se hundió— y la extraordinaria nitidez de las imágenes conseguidas por el ROV aceleraron el final de los trabajos, para sorpresa de los familiares.

Lo cierto es que todo se precipitó desde que el jueves pasado los técnicos encontraron la estructura metálica de un barco en la zona del Atlántico norte en la que el 15 de febrero del año pasado se hundió el pesquero marinense

Ya en la primera inmersión del robot submarino, dedicada a grabar el perímetro del pecio, quedaron disipadas todas las dudas de que se trataba del Villa de Pitanxo. La calidad de las imágenes no dejaba lugar a dudas. Captaron el barco cerca del punto donde el pesquero emitió por onda corta la alerta de que estaba en peligro. Solo que ahora descansa sobre el lecho marino del Flemish Cap, a 740 metros de profundidad, sobre su costado de babor. Precisamente, según el informe provisional que la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) publicó al año del naufragio, el buque se hundió «tras escorar progresivamente a babor y sumergir simultáneamente su popa mientras estaba realizando un lance en una playa al oeste de la zona conocida como Flemish Cap».

En esa primera bajada que hizo el robot submarino desde el buque Ártabro también captó imágenes del aparejo que tenía largado cuando se hundió. El ROV, que graba desplazándose a una velocidad de 0,2 nudos, volvió a realizar ayer una nueva inmersión con la intención de acercarse lo máximo posible a la estructura metálica e inspeccionar la cubierta del buque. Y consiguió su objetivo, porque a última hora se recogieron los aparatos y emprendieron regreso rumbo a Vigo.

Los cinco peritos que van a bordo —dos nombrados por el juzgado, uno de la Ciaim, otro por parte de las familias y un observador de la Agencia Europea de Seguridad Marítima, dieron su conformidad al fin de la misión. Consideran que ya se ha recogido material suficiente para poder determinar las causas y circunstancias en las que se hundió el pesquero del Grupo Nores. Pruebas que servirán tanto a la investigación técnica, de la que se ocupa la Ciaim, como a la judicial, esta a cargo del titular del Juzgado Central número 2 de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que investiga a la armadora y al patrón del buque, Juan Padín, por 21 posibles delitos de homicidio por imprudencia y otros tantos contra la seguridad de los trabajadores.

Tumba de 12 personas

Pero para los familiares de las 21 personas que perecieron a bordo del pesquero marinense, esa estructura metálica que resultó ser el Villa de Pitanxo es más que una prueba en una investigación judicial. «É coma si fora a tumba de doce persoas»; aquellos tripulantes cuyos cuerpos no han sido jamás localizados. Ni siquiera tras esta expedición, pues el robot submarino no avistó ningún cuerpo.

La portavoz de los familiares, María José de Pazo, reclamaba ayer más empatía y sensibilidad por parte de las instituciones oficiales y de la investigación técnica, pues no tenían confirmación oficial por su parte de que el barco encontrado era realmente el Villa de Pitanxo. Que lo es «de forma inequívoca» lo saben por otras fuentes, cuando consideran que deberían ser los responsables de la misión los que los mantuviesen informados.


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