Las altas exigencias de España desvían a Portugal el atún que no es para conserva
Somos Mar
Las latas importadas deberán ser trazables si se quieren vender en la UE
15 Sep 2023. Actualizado a las 04:45 h.
La industria atunera mundial está reunida en Vigo para hacer un repaso de dónde está, hacia dónde camina, qué le espera al doblar la esquina y, sobre todo, cómo desenvolverse en medio de esa incertidumbre de la que el mundo en general y la pesca en particular no acaba de salir. Ahora que según los expertos los stocks de túnidos tropicales están robustos, sanos —con la excepción de los del océano Índico— y abundan es la inflación la que está haciendo estropicios en las cuentas de las empresas, incapaces de trasladar el incremento de costes energéticos, salariales y de materias primas. «Lo del aceite de oliva es un drama para el sector», expuso Jose Pernas, director general de Atunlo.
Este, tan solo momentos antes había explicado todos los problemas que tiene una compañía como la suya, que se ha hecho fuerte en la venta de lomos de atún y en la elaboración de productos a base de túnidos para consumo humano directo —como filetes, bocaditos, ventresca, hamburguesas y otros— para importar lo que ya supone más de un tercio de su producción, que es el atún en salmuera, o a -18 grados. Un producto cuyo uso ha crecido exponencialmente en el primer decenio de este siglo, abanderado por España, al tiempo que se ha exacerbado su regulación y requisitos sanitarios. Pero la falta de armonización aduanera, además de alentar el fraude, está perjudicando esta actividad que irrumpe con fuerza en el sector.
Pernas explicó que buena parte del producto que antes entraba en España por el puerto de Vigo ahora lo hace por Portugal y los Países Bajos, donde no son tan estrictos como las autoridades españolas, que exigen gráficas de temperatura del producto a lo largo de la cadena y un carta jurada del armador o el patrón del barco de que el producto se ha congelado y permanecido a -18 grados, aparte de ser sometido a controles de histamina y de aditivos utilizados en su tratamiento. «Eso supone una desventaja competitiva», dijo Pernas señalando que de las 6.700 toneladas que importaron los operadores españoles, 4.300 entraron por Portugal, 627 por España y el resto por los Países Bajos.
Es otro ejemplo de lo que la falta de armonización y de un terreno de juego igualitario (level playing field) perjudica a la industria pesquera europea y a la atunera en particular. Lo defendió la secretaria general de Pesca, Isabel Artime, en el acto institucional de bienvenida a los representantes del sector que se dieron cita en la World Tuna Conference —el 80 % de la producción mundial tiene presencia en la cumbre—, pues no puede ser de otro modo en un mercado globalizado.
Trabajo de la UE
Y hacia ahí dice encaminarse la Unión Europea. Al menos según las intervenciones de Aldona Sek-Sporydopwiz, de la Dirección General de Mercados Internacionales de la Comisión Europea, que desgranó la propuesta normativa para blindar el mercado europeo de productos fabricados con mano de obra forzada. La funcionaria aseguró que la normativa garantizará que si hay evidencias de esclavismo en la fabricación de un producto se prohibirá su venta, se retirarán los que haya en el mercado y se vetará su comercio.
También Francesca Arena, de la dirección general de Asuntos Marítimos, al desgranar las novedades que trae el nuevo reglamento de Control y lo que le espera al sector atunero, explicó las nuevas exigencias de trazabilidad para los productos transformados, un imperativo que, aseguró, también se aplicará a las algas y, por supuesto, a las conservas de terceros países, que tendrán que cumplir los mismos requisitos de rastreabilidad.