La pesca presenta alegaciones contra los últimos cuatro proyectos de eólica marina planeados para Galicia
Somos Mar
Son Xistral, en A Mariña lucense; O Boi, en A Coruña-Arteixo; Atlántico 1 para A Guarda, y Atlántico 2,3,4 para Ortegal
07 Jul 2024. Actualizado a las 05:00 h.
La Plataforma en Defensa da Pesca e os Ecosistemas Mariños y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores (FNCP) han presentado alegaciones contra los últimos cuatro proyectos de eólica marina planeados para la costa gallega que han iniciado el trámite de evaluación ambiental. Se trata de los parques O Boi, de Invenergy Renewables, que prevé ocupar con 24 aerogeneradores 206,39 kilómetros cuadrados frente al litoral de A Coruña y Arteixo para producir dos TWh año; Xistral, de Capital Energy, planteado para A Mariña lucense, con 54 molinos que generarían 810 megavatios e incluye un proyecto secundario de acuicultura; y los que Repsol y Orsted Offshore Wind Spain ha diseñado para la costa sur de Galicia —el Atlántico 1, frente a A Guarda, con 35 turbinas en 117,73 kilómetros cuadrados para conseguir 525 megavatios— y otro frente a Ortegal y Estaca de Bares, en varias fases (Atlántico 2, 3, 4), que, de acuerdo con la documentación, sumarían 177 aerogeneradores y 2.655 megavatios.
Aunque los pescadores entienden que se trata de un trámite previo y muy preliminar, no creen oportuno que se emprendan estas consultas por parte del Ministerio de Transición Ecológica porque el real decreto que diseña los planes de ordenación de espacio marítimo (POEM) ha sido recurrido ante el Supremo y, por tanto, pendiente de resolución judicial. Pero al margen de eso, los profesionales de la pesca señalan que la directiva marco de ordenación del espacio marino recoge que los proyectos deberán «tener en cuenta consideraciones medioambientales y socioeconómicas, además de basarse en el mejor conocimiento científico, y es evidente que no se han tenido en cuenta salvo meras referencias genéricas», señalan. Así, exigen que se detalle y cuantifique el impacto socioeconómico sobre la flota pesquera que directa e indirectamente se verá afectada y detalle los posibles perjuicios al medio, sobre todo «teniendo en cuenta los recientes estudios sobre afectaciones de la eólica marina a los ecosistemas».
Por eso reclaman que en los informes se incorporen datos sobre cómo afectarán a los caladeros, a los stocks demersales y a las especies migratorias, a las corrientes, a las larvas de las especies, los efectos físicos sobre el fondo, la fuga de energía electromagnética... Además de todo eso, echan también en falta datos sobre el impacto del desplazamiento de la flota a otros caladeros tanto a las empresas como a las zonas costeras, por el cambio del lugar de descarga.
Al margen de esas cuestiones, los pescadores hacen constar en sus alegaciones las normas y recomendaciones políticas de distintas instancias, como el convenio Ospar, que impone el principio de precaución cuando la actividad en el medio pueda afectar a los ecosistemas marinos; la ley de protección del medio ambiente marino, que también impone precaución y un enfoque ecosistémico, o el acuerdo del Congreso de los Diputados de evitar el perjuicio al sector pesquero y a los ecosistemas marinos.