Un helicóptero hizo un intento de izar a los náufragos del Argos Georgia, pero se frustró al estar ya al límite de su autonomía
Somos Mar
La Autoridad Marítima de Malvinas justifica su demora en dar información por el afán de contrastar la realidad de los hechos
27 Jul 2024. Actualizado a las 04:45 h.
Las autoridades malvinenses se ofendido ante la cantidad de acusaciones vertidas en redes sociales sobre fallos y retrasos en la gestión del naufragio del Argos Georgia, el pesquero que se hundió el día 22 a 170 millas de las Malvinas. Y han utilizado los mismos canales para rechazar esos reproches, colgando una declaración del responsable de la Autoridad Marítima de las islas, Jack Ford, detallando las decisiones que se tomaron y asegurando que, desde que ocurrió el accidente, la mayor preocupación fue difundir información contrastada y ese afán de ceñirse a los hechos ha estado, en ocasiones, reñido con la inmediatez.
Explica que la Autoridad Marítima de las Islas Malvinas tuvo noticia el día 22 de que había un pesquero con 27 personas en problemas y solicitaba asistencia. A las 16.00 horas les llegó aviso de que la tripulación del buque abandonaba el barco. Entonces, «se establecieron rápidamente comunicaciones entre el Gobierno de las Falkland, el de las Georgia, las Fuerzas Británicas de las islas del Atlántico Sur, la Agencia de Guardacostas del Reino Unido, la armadora Argos Froyanes y otras compañías con buques en el mar».
El avión BFSAI A-400M Atlas, explica, fue el primero en llegar a la zona, avistó las balsas y comunicó. La vigilancia se mantuvo durante toda la noche hasta el martes, turnándose aquel avión con el A-330 Voyager de la Armada británica. El martes llegaron a la zona la patrullera Lilibet, el buque pesquero Robin M. Lee, con bandera de Malvinas pero capital gallego, y el chileno Puerto Toro, que desarrollaron la velocidad máxima que les fue posible. Esa tarde, y en una arriesgada operación, dada la distancia a que se encontraba el lugar del naufragio, un helicóptero de búsqueda y rescate operado por Bristow Helicopters intentó recoger a los náufragos, pero no tuvo éxito por las duras condiciones meteorológicas y por estar ya demasiado al límite de su autonomía. La aeronave regresó a Puerto Stanley para repostar y realizar un segundo intento, pero el clima empeoró y hubo que suspender el operativo por aire. El viento soplaba con fuerza 7, a 35 nudos y las olas alcanzaban hasta los 7 metros.
Al llegar, los tres buques comenzaron inmediatamente la búsqueda, que se prolongó hasta el miércoles. Como resultado «del muy eficaz trabajo en equipo de todas las agencias y de los esfuerzos de todos los que respondieron ante el mal tiempo», 14 miembros de la tripulación fueron rescatados y 9 cuerpos fueron recuperados. Los 4 individuos restantes están desaparecidos, presuntamente fallecidos».
La Autoridad Marítima de Malvinas se refirió también al horror que debió haber sido para la tripulación de los pesqueros que participaron en la búsqueda, el Robin M Lee y el Puerto Toro tener que recuperar los cuerpos de sus compañeros pescadores, pues incluso conocían personalmente a algunos». Y especialmente duro, especula Ford, debió haber sido para el Puerto Toro, que no ha tenido siquiera la satisfacción de rescatar a algún marinero con vida y no ha podido más que embarcar hasta ocho cuerpos sin vida.