El mercante chino refugiado en la ría de Ares confiesa que le cayó al mar otra grúa pórtico
Somos Mar
El casco está dañado, pero ha acreditado la estabilidad del buque y sigue sin fecha el traslado al puerto exterior de A Coruña
11 Dec 2024. Actualizado a las 13:48 h.
Este miércoles se cumplen cinco días desde que el mercante chino Shang De Wu Yi Shan se refugió en la ría de Ares porque, según declaró su capitán a autoridades españolas, el temporal le había movido y destrozado la carga que transportaba de Alemania a Tailandia. Inicialmente trascendió que llevaba dos grandes grúas pórtico de las que se usan en los puertos para mover contenedores. Primero reconoció que una o parte le había caído a 2,2 millas del puerto exterior de Ferrol. Este martes ha confesado que perdió otra, a unas 88 millas del cabo Ortegal, en una zona con unos 4.700 metros de fondo, explican fuentes de Marina Mercante.
La estructura metálica que se desprendió cerca del muelle ferrolano estaría entre 65 y 69 metros de profundidad, donde, según Marina Mercante, no suelen faenar pesqueros con redes de arrastre, cuyos aparejos correrían riesgo con ese obstáculo en el fondo marino. El capitán del buque chino ha informado de la segunda pérdida tras emplazarlo la Capitanía Marítima de A Coruña a «comunicar el lugar exacto dónde se produjeron otras».
Así está el mercante chino fondeado en la ría de Ares
Con el puente de mando a la proa, sobre la cubierta de este mercante de 169 metros de eslora y 43 de manga quedan más grúas destrozadas, que también cuelgan sobre el casco, como muestran las fotografías facilitadas por Marina Mercante. Sobre cuántas podría transportar, de momento hay información oficial.
Sin plan para retirarlas ni para el traslado a Langosteira
Por los daños en su carga y en el propio buque, el capitán del Shang De Wu Yi Shan le pidió el día 6 a Salvamento Marítimo un lugar de abrigo. Las autoridades optaron por la ría de Ares. Desde que fondeó allí, la Capitanía Marítima de A Coruña mantiene un estrecho y permanente control. Además del estudio de estabilidad que ya ha entregado y se le ha aceptado, le ha exigido un plan para retirar los restos de las grúas. En el momento de elaborar esta información no lo había presentado.
Cuando se desprenda de las grandes piezas metálicas que cuelgan sobre su costado, llegaría el momento de solicitar y, en su caso, autorizar el traslado a Langosteira, el puerto exterior de A Coruña. No hay fecha, pero la Capitanía solo lo permitirá «de día, en condiciones meteorológicas favorables y escoltado por un remolcador y un práctico a bordo durante toda la maniobra».
Una vez en Langosteira, sería sometido a una nueva inspección, para comprobar si cumple las normas establecidas por la Organización Marítima Internacional para navegar. Tampoco hay fechas, pero superar esos requisitos resulta indispensable para que la Capitanía de A Coruña le autorice el reinicio de su viaje. En todo caso, fuentes oficiales indican que por los daños en el casco precisará reparaciones.