El País Vasco prueba redes selectivas de arrastre para reducir los descartes
Pesca y Marisqueo
El centro tecnológico Azti crea nuevos productos que aprovechan las especies desechadas al llegar a puerto
04 Dec 2015. Actualizado a las 05:00 h.
La prohibición de la Unión Europea de descartar en puerto las especies no aprovechables trae de cabeza a los pescadores gallegos. El centro tecnológico vasco Azti participa en un proyecto a nivel europeo, liderado por Dinamarca, que se aplica para aprovechar estas unidades que, a partir de ahora, habrá que desembarcar obligatoriamente.
Para lograr reducir los descartes, trabajan en dos aspectos en el golfo de Vizcaya. Por un lado, reducir las capturas no deseadas. Por otro, adaptar estos peces a nuevos productos alimentarios y comerciales.
Jaime Zufía, director del área de procesos eficientes del grupo vasco, explica que el uso de mallas selectivas de arrastre permite excluir a aquellas especies que no se desea capturar. El grupo de investigación europeo analizó las formas de las diferentes especies y adapta cada red a las necesidades del buque que zarpa a la mar. Concretamente, el grupo indagó qué sucede con el uso de cuatro formas: cuadrado, romboidal, oblonga y rectangular.
Una red específica para la cigala atraparía solo este crustáceo, pero no permitiría apresar un lenguado o un gallo. A la inversa, el resultado sería el mismo. La especialización de las pesquerías sería fundamental para agilizar el empleo de estas nuevas tecnologías en los próximos años.
Pero, en el caso de que no se haya podido evitar capturar estas unidades, el grupo de investigación ha ideado nuevos productos alimentarios. Por un lado los destinados a seres humanos, como las hamburguesas marinas o las delicias de pescado para niños. Por otro, las dedicadas a consumo animal como las harinas y aceites de pescado.
Estas dos iniciativas se encuadran en el proyecto Discadless, que finalizará sus investigaciones en el 2018. Participan 31 entidades de 12 países diferentes que se reparten cinco millones para reducir los descartes en tierra y aprovechar los pescados en nuevos usos.
La flota de la sepia del futuro agilizará los procesos productivos
La sepia del Atlántico Sur da trabajo a dieciséis buques en Galicia. Pero la flota que la explota es antigua. Las Malvinas ofrecen contratos de pesca por veinte años, lo que ha permitido a los armadores planificar a largo plazo las campañas, pero también descuidar la calidad de los buques y la seguridad laboral de los operarios abordo. El objetivo es que se trabaje con estos buques lo antes posible para maximizar los beneficios de las empresas.
El proyecto Aralfutur propone un nuevo modelo de barco, adaptado a las necesidades de la flota, según explica José Irisarri, director comercial de Optimare. En primer lugar, ofrecen un nuevo espacio de trabajo en cadena. Los responsables de Optimare estudiaron las incidencias laborales y previeron en los diseños cualquier tipo de problema a la hora de trabajar. Además, cada barco incorporará en la popa una línea de congelado de pescados en general. Además, los buques serán más eficientes.
En el caso concreto de la sepia, Optimare ha diseñado una caja que permite, con una serie de divisores, calcular rápidamente el tamaño y peso de los cefalópodos. Cada operario tendrá además una báscula para agilizar el proceso de captura, limpieza y congelado.
La compañía ha calculado que estas modificaciones en los barcos, eliminando los puntos más peligrosos, reducirán en un 75 % los accidentes abordo. Un dato que beneficia sobre todo al armador, pues un siniestro grave en alta mar implica volver a tierra y, por ende, perder dinero.