Muere un marinero «tratando de escapar de abusos a bordo de buques chinos que pescan ilegalmente en Somalia»

La oenegé Environmental Justice Foundation (EJF) denuncia públicamente que un marinero murió «tratando de escapar de abusos a bordo de embarcaciones chinas que pescan ilegalmente en Somalia». Citando testimonios de otros tripulantes, EJF hace público en su página web que el pescador «se ahogó en un intento de fuga mientras intentaba nadar hacia la orilla».

Formaba parte de un grupo de tripulantes indonesios, a quienes capitanes de una flotilla de seis arrastreros chinos «obligaban a trabajar sin paga y se les negaba la comida si no trabajaban». Esa parte de la dotación de los pesqueros también habría sido «privada de alimentos y golpeada». La información difundida por EJF también da cuenta de que se les «negó el acceso a agua potable, equipo de protección adecuado o acceso a suministros médicos y asistencia».

La citada oenegé ha difundido este 26 de octubre un suceso que se remonta al verano, cuando «al menos 13» tripulantes indonesios terminaron sus contratos en la flotilla china, pero el propietario «se negó a repatriarlos y se vieron obligados a quedarse a trabajar». El que intentó huir a nado pereció. A los otros 12 consiguieron repatriarlos Destructive Fishing Watch, International Justice Mission y la propia EJF, explica esta última en la información publicada en su página web.

EJF asegura que con los seis arrastreros chinos identificó a un barco frigorífico para transporte de pescado como parte de esa flota. «Ninguno había transmitido desde septiembre de 2020 su AIS», el sistema de identificación automática que geolocaliza a los buques y permite conocer su posición. La oenegé sostiene que los seis arrastreros «estaban pescando sin autorización y utilizando artes prohibidos, violando tanto la Ley de Pesca de Somalia como el Reglamento de Gestión de la Pesca en Aguas Lejas de China».

La información difundida por EJF ha estado precedida en los últimos meses por repetidas denuncias sobre el trato a tripulantes de barcos chinos, cuestionándose también que la Unión Europea permita la entrada en el mercado comunitario de latas de atún esclavista. Tal es la preocupación que en los mercados gana cada vez más protagonismo el respeto a los derechos humanos de los pescadores, hasta el punto de que demostrar que no hay esclavismo va a ser más relevante que la cara medioambiental del pescado.