Toda la pesca de fondo, expulsada de los caladeros en 94 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda
Pesca y Marisqueo
La Comisión Europea consuma el veto a los artes de anzuelo y de red, pese al rechazo de la flota
29 Jun 2022. Actualizado a las 20:26 h.
Por proteger corales, esponjas o plumas que se sabe o se supone que existen y las convierten en ecosistemas vulnerables, la Comisión Europea consuma la expulsión de todos los artes en contacto con el fondo de 94 áreas de España, Portugal, Francia e Irlanda. Ningún arte, ni de anzuelo ni de red, ni fijo ni de arrastre, podrá faenar en los cantiles, en profundidades de entre 400 y 800 metros, el final de la plataforma continental. Entre ellos, gran parte de los barcos españoles de Gran Sol, como los volanteros e incluso los palangreros, pescadores selectivos de líneas de anzuelo que tocan el suelo marino cada 50 metros con los pesos del tamaño de un adoquín que sumergen los aparejos. La medida no entrará en vigor de inmediato, porque al Reino Unido le concede dos meses para pronunciarse, contados a partir de que se la comunique.
Virginijus Sinkevicius, comisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, impone una medida rechazada por la flota comunitaria, que incluso cuestiona su legalidad y advierte de «dramáticas consecuencia» para la economía y el suministro alimentario en la Unión Europea. Actúa como no esperaban los pescadores, «a la fuerza», pese a que el Consejo Europeo, la voz de los Gobiernos nacionales en la UE, optó por una inusual «no opinión». Se inhibió y le devolvió la pelota a la Comisión después de que catorce representantes de los Estados votaran a favor, dos en contra (España e Irlanda), se abstuvieran nueve y dos no asistieran a la Comisión de Pesca y Acuicultura de este 28 de junio.
La flota comunitaria considera el resultado una evidencia de «la ausencia de una mayoría cualificada», y la atribuye a «las reconocidas lagunas científicas, la falta de una consulta adecuada y de un análisis de impacto socioeconómico, así como la falta de respaldo por parte del Consejo», subrayan desde EBFA y desde la patronal española Cepesca. Aun así, hicieron «sonar la voz de alarma» porque, pese a las «reservas expresadas por los Estados miembros», la última palabra la tenía la Comisión.
El suspense duró poco
Debía «decidir unilateralmente», lo que generó suspense, pero duró poco. Con la Conferencia de los Océanos que se celebra en Lisboa como telón de fondo e invocando la Estrategia de Biodiversidad, la Comisión que preside Ursula Von der Leyen lanzaba desde su web el mensaje de que «la UE da un paso más para proteger los ecosistemas de aguas profundas de la pesca de fondo en sus aguas».
«Solo por alcanzar objetivos políticos sin ningún beneficio real para la naturaleza y con enormes consecuencias para los pescadores y la seguridad alimentaria», en palabras de Iván López, presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA, por sus siglas inglés).
Con una lectura del resultado de la votación diferente a la de los pescadores, la Comisión entiende que el Consejo le permite «concluir el procedimiento y adoptar la medida», porque «el apoyo de los Estados miembros acerca un paso más a convertir en ley» el cierre de 94 áreas. El comunicado público transmite palabras de Sinkevicius, quien recuerda el objetivo de «proteger los ecosistemas vulnerables del impacto de los artes de fondo», sin distinción, por ejemplo, entre los de arrastre o los de palangre, cuyos impactos son completamente distintos. Y sigue explicando que se trata de «limitar el uso de los artes más perjudiciales para la biodiversidad en las aguas de la UE».
Reconoce el «gran esfuerzo de nuestro sector»
Lo presenta como «muestra del compromiso de la Comisión Europea con la protección de las especies de aguas profundas y sus frágiles hábitats, propensos al deterioro, pero esenciales para un vida marina saludable». Entre ellos, peces esenciales para la alimentación que no cita y de los que viven miles de pescadores y comunidades costeras, como merluzas, palometas rojas, alfonsinos, cabras... Sin embargo sí menciona a los trabajadores del mar: «Sé que esta decisión requiere un gran esfuerzo de nuestro sector pesquero y me gustaría reconocer su papel esencial en la preservación de nuestro océano y nuestro futuro».
Según la Comisión, la norma se basa en las recomendaciones de los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés». De los cuatro posibles, el representante de la flota Iván López critica la elección del «más restrictivo, proponiendo cerrar la pesca en caladeros tradicionales completos». Desde el gabinete de euroministros del que forma parte Sinkevicius dicen que «incluye todos los niveles, aplicando el principio de precaución con una interrupción mínima de las actividades pesqueras».
Admite otro reproche de la flota, la inclusión de zonas tampón «que triplicarán la superficie de las áreas cerradas donde existen ecosistemas vulnerables sin una justificación clara de su necesidad», pero la Comisión lo presenta como un «'corredor' de pesca, que todos los buques que faenen en aguas profundas deberán respetar pescando en su interior». Protege lo que llama «áreas vírgenes, ya que los barcos pesqueros no podrán operar allí para pescar especies de aguas profundas».
Ahora sí consultará al Reino Unido
Sostiene la Comisión que elaboró su propuesta después de «consultas con los Estados miembros y las partes interesadas, incluida la industria pesquera y las oenegés, durante los últimos dos años». Contrasta con las protestas en nombre de los pescadores de la EBFA, «sorprendida de que la Comisión no haya llevado a cabo un proceso de consulta adecuado digno de ese nombre con todas las partes interesadas».
La flota advirtió que no había consultado al Reino Unido, también afectado, por lo cual la Comisión anuncia ahora que «recibirá una notificación forma de la adopción pendiente de la medida y tendrá dos meses para proporcionar comentarios o solicitar aclaraciones antes de la entrada en vigor del reglamento». A eso añade que «pronto» reanudará las consultas con los Estados miembros y las partes interesadas «en vista de los últimos dictámenes del ICES, que incluyen nuevos datos y se esperan para finales de año».