A Mariña insta al Consejo Europeo a frenar la expulsión de la flota el día 9

La cuarta parte del dinero por la primera venta de pescado en Galicia lo genera A Mariña. Alrededor del 70 % de las 32.430 toneladas y de los 110 millones de euros que mueven juntos Burela y Celeiro lo aportan, sobre todo, pincheiros (palangreros) y algunos volanteros de Gran Sol. Son mariñanos 55 de los 106 barcos gallegos que faenan en esas aguas y que el 9 de octubre serán expulsados de sus caladeros históricos.

Por las decenas empresas vinculadas a la pesca que dependen de que la flota siga pescando, mariñanos y muchos lucenses claman contra el cierre de 87 áreas «pensado para trincar o arrastre, pero que prexudica sobre todo ó palangre de fondo, que só pode pescar nos cantís, sen alternativas», lamenta Sergio López, gerente de la Organización de Produtores Pesqueiros de Burela.

Cofradías, sindicatos, gobiernos locales, comerciantes y partidos políticos recogen firmas en defensa de un pilar socioeconómico de A Mariña, una comarca industrialmente castigada y en general aislada del exterior, a la espera de autovías prometidas.

Porque la Comisión Europea está «enrocada no veto e, aínda sabendo que o fixo mal no fondo e na forma, négase a rectificar», López asume que la flota deberá salir de los caladeros dentro de diez días. Apelando «o sentido común para non causar danos maiores», insta al Consejo Europeo y a la Eurocámara a emplazar a la Comisión «a suspender o peche das 87 áreas, a cumprir os principios da UE e da Política Común de Pesca e a respectar o procedemento comunitario». La Comisión «ten a competencia para o acto de execución, pero o Consello é corresponsable e pode facerlle rectificar este erro histórico».

Su llamada la comparte Jesús Lourido, gerente de la Organización de Produtores Pesqueiros Puerto de Celeiro, quien insiste «na necesidade de manter un frente único diante do sectarismo do eurocomisario» de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, el lituano Virginijus Sinkevicius.